Un hombre de 40 años fue asesinado de un balazo en la cabeza en la tarde de este lunes, en la puerta de su taller mecánico de bulevar Rondeau al 3900, en la zona norte de Rosario. Según la información preliminar recabada en la escena del hecho la víctima, que se dedicaba a la compraventa de vehículos, salió a la vereda luego de recibir un mensaje de una persona que lo había contactado para comprarle un auto y en esas circunstancias fue atacado por al menos un hombre que le disparó al menos un tiro en el cráneo.
Según testigos, el agresor escapó por el mismo bulevar hacia el norte en un auto gris que podría ser un Volkswagen Up o un Fiat Mobi. En principio los amigos y allegados no podían explicarse los motivos por los cuales fue asesinado el muchacho. “Tal vez quisieron asaltarlo y él, que tenía un carácter muy fuerte, se resistió y lo mataron”, se limitó a decir uno de sus hermanos ante las cámaras de los medios que se acercaron al lugar.
El fiscal de Homicidos Adrián Spelta ordenó las primeras medidas para iniciar la investigación, entre ellas el levantamiento de rastros, la toma de testimonios y el relevamiento de cámaras de vigilancia que puedan aportar información sobre los autores del crimen.
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Gustavo Leonel Granados fue asesinado a las 17.40 en bulevar Rondeau 3930. En ese domicilio, según contaban en el vecindario, había un galpón donde funcionaba un taller mecánico y un lavadero, y en el fondo un par de departamentos en uno de las cuales vivía el muchacho de 40 años con su mujer y dos hijas. En otro vive la madre de la víctima.
Amigos y familiares contaban que Granados trabajaba en el taller y también compraba y vendía vehículos, algunos de los cuales restauraba allí mismo. En ese marco, la primera versión que surgió sobre su asesinato fue que recibió un mensaje o un llamado telefónico de un hombre que le dijo que estaba en la puerta de su casa para ir a ver un vehículo que tenía en venta.
Entonces, según ese testimonio, apenas salió le dispararon. Una versión indica que una cámara de la zona tomó el momento en que Gustavo estaba hablando con el presunto interesado y de repente cayó al piso tras recibir un balazo de parte de una persona que no aparece en el video. Asimismo otro testigo habría indicado que los tiros fueron dos, lo cual no fue confirmado.
Sí está claro que al menos un balazo le perforó el cráneo a la víctima y al parecer le ingresó por uno de sus ojos. Gustavo quedó tendido en la vereda y enseguida su cuerpo comenzó a ser rodeado por vecinos y transeúntes que intentaron asistirlo mientras sus familiares, luego de escuchar los disparos, comenzaban a acercarse y constatar el peor de los finales: el muchacho perdió la vida casi en el acto.
El ataque conmocionó a la cuadra en una hora de mucho tránsito y donde hay una escuela. Algunos amigos del joven mostraban un viejo Fiat Duna blanco que sería el auto que presuntamente estaba a la venta y que el asesino habría ido a ver. Lo que aún no podía saberse era si el atacante había ido a ver el auto e intentó robarle a la víctima o si ese presunto interés fue una excusa para hacerlo salir a la calle.
“No caigo, no lo puedo creer”, decía a este diario un hermano de Gustavo. “Mi hermano estaba sentado mirando por la tele lo que estaba pasando en barrio Ludueña, cómo están matando a la gente como perros. Mi hermano compra y vende autos, toda la vida se rompió el traste para mantener a la familia, como todo el mundo”, sostuvo.
“Lo quisieron robar, se defendió y lo liquidaron, como a tanta gente”, dijo minutos después Hernán a uno de los tantos canales porteños que llegaron a la ciudad a cubrir la violencia que asuela las calles rosarinas. La hipótesis del intento de robo que esbozaron los allegados a Gustavo estaba basada, más allá de las presunciones, en el carácter muy temperamental del muchacho asesinado que, según lo describieron, solía responder a las agresiones.
Hernán pidió a "Pablo Javkin, Omar Perotti y Alberto Fernández: váyanse, hágannos el favor y váyanse". Y añadió: "Amo Rosario, amo a mi ciudad, pero no pueden matar a la gente como perros. Total no es tu hermano, Omar Perotti; no es tu hermano, Pablo Javkin".
“Venía escuchando la noticia, de lo que había pasado en Rondeau al 3900, pensando que Leonel vive ahí. Después que la víctima fue a mostrar un auto, y él compraba y vendía autos, hacía diez o quince años que vendía autos y embarcaciones, primero los restauraba un poco y después los vendía”, comentaba otro de sus hermanos sobre cómo se terminó enterando de una de las peores noticias de su vida.
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