Dos repartidores de pescado marplatenses sufrieron el robo de más de 200 mil pesos de recaudación el martes a la tarde, cuando realizaban la última entrega de mercadería en un local del macrocentro de Rosario. Mientras uno de ellos cobraba el pedido, un ladrón escoltado por un cómplice subió a la cabina del camión y le apuntó al chofer, quien sin resistirse le entregó un bolso deportivo con el dinero. Los maleantes se fueron corriendo y en el camino se descartaron de pertenencias personales de las víctimas.
El robo fue 15 minutos antes de la 19 frente a la pescadería de Mendoza al 2300 que lleva el nombre de la calle y funciona allí desde hace 32 años. José, el dueño, se encontraba con un empleado cuando estacionó enfrente un camión refrigerado que llegaba desde Mar del Plata con el pedido. "Estaban terminando el recorrido. Yo era el último cliente del reparto", contó a este diario.
Según precisó, del camión descendió Elbio, encargado del reparto, y juntos bajaron la mercadería. Al volante quedó el chofer, un muchacho "gordito". En ese momento, empleados de una gomería de la esquina le pidieron que corriera el camión porque obstruía la salida. El conductor avanzó entonces unos metros y estacionó frente a un edificio de la cuadra.
Así, José y Elbio lo perdieron de vista cuando entraron a la pescadería para arreglar el pago en una oficina. En el negocio estaba una clienta y su novio la esperaba afuera en una moto. Ninguno se percató cuando dos hombres se acercaron a pie hasta la cabina del camión y sorprendieron al conductor mientras mandaba mensajes con su celular.
"Dame la plata o te mato", dijo un ladrón que subió por el lado de acompañante y lo encañonó con un arma de fuego. Era un muchacho "grandote" vestido con una campera. El chofer no dudó y le entregó un bolso deportivo con unos 200 mil pesos más cheques. Algunos vecinos, incluido el muchacho que esperaba en la moto y huéspedes del Hotel Zurich, vieron a los dos jóvenes salir corriendo hacia calle Alvear. Pero nadie pensó en un robo.
"Yo estaba buscando la guita para pagarle al encargado y empiezo a sentir la bocina del camión y al gordito que gritaba «me robaron»", contó el dueño de la pescadería. Una clienta llamó a la policía, llegaron patrulleros y la calle se convirtió en un caos: el chofer dejó la puerta del conductor abierta y un trole quedó encajonado en la calle.
Una vecina contó que los maleantes corrieron por Alvear hasta 3 de Febrero. En ese trayecto se encontraron cosas que descartaron, como documentos y medicación para la presión que toma Elbio. Empalidecido, el repartidor dio una nota a un canal de televisión mientras los agentes salían a recorrer la zona. Luego fue a la comisaría 2ª a radicar la denuncia, antes de emprender el viaje de regreso.