Pocas horas antes de que sonaran los fuegos artificiales del año nuevo “Leo Rey”, como se lo reconoce en la calle a Leonardo Dalmacio Saravia, fue condenado en proceso abreviado por el Tribunal Oral Federal 2 a una pena unificada de diez años por el delito de tenencia de droga para su comercialización agravado por la participación de tres o más personas de manera organizada. Fue la segunda condena que Leo Rey, 31 años, acumuló durante 2023 ya que en julio pasado había sido sentenciado en el fuero provincial a la pena de cuatro años de prisión efectiva por los delitos de portación ilegítima de arma de guerra y encubrimiento.
Saravia es considerado un engranaje importante dentro de una asociación ilícita encabezada por Ariel Máximo “Viejo” Cantero que se dedicó a “cometer delitos contra las personas, contra la vida, contra la propiedad, contra la libertad, contra la administración pública, contra la seguridad pública y contra la salud pública”, según la acusación que se le realizó en marzo pasado. Leo Rey está detenido en el Complejo Penitenciario Federal II “Marcos Paz” del Servicio Penitenciario Federal.
EL TOF 2, conformado por el juez federal Eduardo Rodrigues da Cruz, también sentenció en el abreviado a Gustavo Daniel López Van Tuyne _ detenido en la Unidad Penitenciaria I de Coronda_ a una pena unificada de cuatro años y dos meses; mientras que Rocío Belén Morales, Dalmacio Saravia (padre de Leo Rey) y Eduardo Rodolfo Muñoz (alojado en el Complejo Penitenciario Federal II “Marcos Paz” del Servicio Penitenciario Federal) fueron penados con cuatro de prisión.
En tanto Jorge Javier Noriega, Nicolás Adrián Cardini y Héctor Daniel Pregigueiro fueron sentenciados a tres años de cárcel efectiva. Alejandro Ramón Alvarez y José Javier Herrera fueron penados con tres años de prisión condicional y quedaron sujeto a una serie de normas de conducta. Leandro Agustín Cappelletti resultó absuelto.
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El viernes 17 de marzo pasado efectivos de la División Antidrogas Rosario de la PFA detuvieron a Leo Rey en un departamento de alquiler temporario del barrio porteño de Balvanera. En una redada masiva cayeron otros 24 sospechosos de integrar su banda. La PFA incautó 25 kilos de cocaína incautados y una cocina para estirar la mercancía.
Saravia tenía pedido de captura tanto de la Justicia federal como de la Justicia provincial. Dos años antes se había fugado de la casa donde cumplía un arresto domiciliario otorgado por la Cámara Federal de Casación en una causa por narcotráfico de marzo de 2021, cuando fue detenido por la Prefectura en Santa Fe. Fue por esta última causa por la que cerró su última condena en abreviado.
Dos días después de haber sido indagado por la Justicia federal como organizador de tráfico de estupefacientes con fines de comercialización junto a otras 24 personas —entre ellos Alexis “Tartita” Cantero, uno de los hijos del Viejo Cantero y el tiratiros y sicario de Ludueña Franco “Milanesa” Almaraz—, Leo Rey fue acusado por los fiscales Haurigot y Carbone.
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Leonardo "Leo Rey" Saravia.
Para los representantes del Ministerio Público de la Acusación, Leo Rey “era el encargado de conseguir los estupefacientes que posteriormente eran repartidos a los distintos puntos de venta operados por la organización”. Además “todo eso ocurría con la venia de Cantero y Montero, quiénes lo autorizaban para la venta de estupefacientes y daban el visto bueno de las zonas donde podía operar”.
Según la acusación, Leo Rey está ubicado en el organigrama de la banda un escalón por debajo de los líderes, como parte de un grupo de “personas de confianza que dependen exclusivamente de ellos”. El epicentro del grupo criminal, según la pesquisa, era la barriada de la Vía Honda, en la zona sudoeste de la ciudad.
En Villa Banana
El 24 de marzo de 2021 efectivos de Prefectura lo sorprendieron en Villa Banana en el marco de una investigación en manos de la fiscal Adriana Saccone. Entonces se dijo que la banda de Leo Rey distribuía estupefacientes en Villa Banana y los barrios Villa Urquiza y Triángulo y Moderno. Entonces se consignó el secuestro de 29 kilos de marihuana, un kilo de cocaína, diez autos y dos motos, 764 mil pesos y 600 dólares.
En escuchas judicializadas surgió que Saravia tenía vínculos estrechos con Iván Giménez (alias “Maxi Rey”) una de las víctimas del triple crimen cometido el 29 de enero de 2022 a la salida de la fiesta de casamiento Esteban “Pinky” Rocha y Brisa Leguizamón, reconocida como la boda narco, que se realizó en un salón de fiestas de Ybarlucea.
Fuentes de la Unidad de Homicidios del Ministerio Público de la Acusación (MPA) y fiscalías federales de Rosario indicaron que Giménez era un intermediario que entregaba a Leo Rey partidas de cocaína que le remitía Fabián Gustavo “Calavera” Pelozo, encargado de la distribución de una banda transnacional que traía cargamentos de estupefacientes desde Bolivia y que se almacenaban en Ybarlucea previo a su distribución.
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La Justicia Federal no tiene probada una relación directa entre Pelozo, señalado como importante distribuidor de la droga de origen transnacional que llegaba a Ybarlucea, y Leo Rey. Pero sí está probado, según indican voceros de esa esfera, que Leo Rey le compraba cocaína a Giménez, el asesinado en la boda de febrero de 2022. Y Giménez a su vez era un vendedor de la sustancia que le proveía Pelozo.
Saravia también trabajó junto a Nelson “Pandu” Aguirre, jefe de una célula del Viejo Cantero que supo tener “mucha influencia” en los barrios Triángulo, Vía Honda y en el sudoeste de la ciudad, y quien accionó generando “extorsiones, balaceras, y ataques armados para compeler a las personas a que paguen sus deudas con él”.
Según informes de la Brigada de Capturas de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) sobre Leo Rey, a quien se refieren también como Leo o “El de la Coronita”, se sostiene que es “una de las personas a las que en distintas ocasiones se lo debe consultar antes de realizar un acto (ataque)”, y se indicó que “se presume que al comienzo de las investigación esta persona (Saravia) se colocó en un eslabón superior en la cadena delictiva y Pandu tomó su rol anterior, pudiendo estar encargado de una «zona» amplia en la que se encargaría de proveer de material estupefaciente a distintos puntos de venta para la comercialización, pudiendo ser proveedor de varios puntos de la ciudad de Rosario”.