La tarde del miércoles un hombre de 43 años fue baleado por dos personas que se movían en moto. La víctima recibió tres disparos cuando estaba en la puerta de su casa de Puerto Argentino al 4200, en el sudoeste rosarino. Con el paso de las horas se supo que se trataba de Luis, hermano del ex jugador de Newell's Old Boys y actual defensor de Argentinos Juniors Miguel Torrén, quien ya perdió dos hermanos de forma violenta. El último de estos hechos, ocurrido en mayo de 2020, fue a pocas cuadras del episodio del miércoles pasado.
En Puerto Argentino al 4200, calle de tierra en los ingresos del barrio Toba, se abre un pasillo de varios metros de largo que se adentra en lo profundo de la manzana rodeada por las calles Cisneros, Dos Hermanas y Doctor Maradona. La primera vivienda es la de Luis Torrén, por estos días sin habitantes y cerrada con un portón de chapa escrito con la leyenda "Se vende". El hombre está internado en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, en estado reservado producto de las heridas de arma de fuego recibidas a mitad de semana.
Los vecinos del pasillo dialogaron con La Capital y contaron lo poco que sabían sobre el hecho. Nada sobre qué pudo haberlo motivado y algo sobre cómo fue: dos tipos en moto lo arrinconaron en la entrada de la casa y le dispararon. Lo que nadie desconoce de esta persona es que se trata de uno de los hermanos del ex jugador de Newell's y que es parte de una familia atravesada por un historial violento que ya se cobró la vida de otros dos hermanos. El primer hecho fue en 2010 y el último en mayo de 2020, episodio sobre el cual en el barrio se inclinan por una de las dos hipótesis: una muerte provocada por los golpes de policías del Comando Radioeléctrico.
Pelea y tiros en la cancha
En 2010 Miguel Torrén tenía 21, ya hacía tres que se había despedido de Newell's y jugaba en Cerro Porteño de Paraguay. De allí se tuvo que volver de un día para el otro cuando le avisaron que su hermano Walter, de 32 años, había sido asesinado.
Ocurrió el sábado 24 de abril de aquel año, a la vera de una canchita de la zona de Qompi y Aborígenes Argentinos, donde el muchacho participaba de un torneo que organizaba la comunidad Toba y reunía a 49 equipos. La reconstrucción de aquel hecho, ya lejano, indicó que Torrén y un hombre identificado como Omar L. se trenzaron a golpes al costado de la cancha y a medida que la gresca se intensificó terminaron dentro del campo de juego.
Según trascendió en ese entonces, un allegado a la otra persona que vivía en una casa aledaña a la cancha, se interpuso en la pelea con un arma en mano y disparó contra Torrén. El balazo le entró por el omoplato y le generó la herida por la que terminaría muerto.
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Luego del crimen el barrio Toba vivió horas de mucha tensión. El sindicado como homicida tuvo que escapar del barrio y un día después fue baleado el dueño de la casa de la que había salido esta persona.
Walter Torrén había pasado seis años de prisión en Coronda. Luego se había dedicado a vender choripanes y hamburguesas en un carrito con el que solía trabajar los días de partidos en la cancha en la que lo mataron. Apenas pudo viajar desde Asunción, su hermano Miguel, quien fue uno de los jugadores más jóvenes en debutar en la primera leprosa y que lleva nueve años como estandarte de la defensa de Argentinos Juniors, llegó a Rosario para despedirlo.
Diez años después
Poco más de una década después, en mayo de 2020, fue asesinado otro hermano del ex futbolista rojinegro. Gabriel Francisco Torrén, que tenía 36 años y tres hijos pequeños, apareció muerto a golpes la medianoche del jueves 21 de mayo de 2020. Fue en pasaje Rolla al 4000, a 300 metros de donde este miércoles balearon a Luis.
De inmediato trascendieron dos versiones en relación al asesinato. Una de ellas sugería que lo habían matado dos hermanos por una pelea desatada a partir de la división de dinero por la venta de una casa. Pero luego un familiar de la víctima y una vecina denunciaron que Gabriel había sido agredido por agentes del Comando Radioeléctrico que habían llegado al lugar por un llamado al 911.
Después del hecho el fiscal Miguel Moreno ordenó la detención de dos hermanos del futbolista y pidió la intervención de la Agencia de Control Policial para revisar la manera en la que habían intervenido los seis efectivos del Comando que participaron del operativo.
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La pareja de la víctima contó que el hombre pasó sus últimos tres días de vida evadiendo a sus hermanos. Incluso llegó a avisarle que lo querían matar, todo a raíz de la discusión por el reparto de dinero de la venta de una vivienda. El 21 de mayo lo encontraron pasadas las 22 en la zona de Rolla al 4000, a unos tres kilómetros de su casa.
“Al hombre lo venían persiguiendo cuatro tipos en auto y una moto. Se refugió entre las casas y pedía a gritos que llamaran a la policía, que los hermanos lo querían matar", contó una vecina por aquellos días. "Se metió en una casa desocupada de Doctor Riva al 5900 y por ahí fue saltando tapiales. Tiraba piedras a las casas y pedía que llamáramos a la policía. Estuvo así como una hora", agregó.
El foco en la policía
En los primeros momentos de la investigación la principal hipótesis del fiscal Miguel Moreno fue que a Torrén lo habían matado sus hermanos. Pero cuando uno de ellos, estando detenido, indicó que el hombre había sido asesinado a golpes por policías se abrió una segunda línea investigativa. Luego una vecina la iba a robustecer, asegurando que había presenciado la golpiza.
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“El hombre saltó desde un tapial hacia la calle (pasaje Rolla) justo cuando llegaba la policía en una camioneta. Los policías, en lugar de ayudarlo lo corrieron y le pegaron con furia. Se habrán pensado que era un choro", contó la mujer. "Cuando lo pudieron manotear le pegaron la cabeza contra una piedra y le dieron flor de paliza. Muchos vecinos vieron lo que pasó, incluso hay filmaciones", agregó.
Semanas después del crimen el informe preliminar de la autopsia de Gabriel Torrén, realizada bajo el Protocolo de Minnesota, indicó que ninguna de las lesiones eran mortales. Entonces comenzaron a evaluar la posibilidad de que el fallecimiento se había dado por "delirio agitado", un estado producido por patologías prexistentes.
En este marco, Miguel Torrén sigue su carrera futbolística en la ciudad de Buenos Aires, está bastante alejado de sus familiares aunque algunos vecinos sostienen que días atrás estuvo por el barrio donde dos de sus hermanos fueron asesinados y otro terminó baleado en circunstancias aún confusas.