El hecho resonó en la semana por una denuncia por un posible cautiverio de dos mujeres que pedían auxilio
En una audiencia llevada a cabo este sábado por la mañana en el Centro de Justicia Penal, el fiscal Diego Giró imputó a Franco B. y a Jorge L. por los delitos de tenencia de estupefacientes con fines comercialización y suministro ocasional de drogas a dos mujeres. La jueza Melina Carrara dictó para ambos imputados la prisión preventiva efectiva por el plazo de ley (2 años). El hecho fue resonante ya que, en un principio, se sospechó por un posible caso de trata de personas.
El hecho comenzó cuando un vecino de Riobamba al 1000 denunció gritos y pedidos de auxilio de dos mujeres que estaban aparentemente encerradas en un departamento de pasillo y contra su voluntad. Al llegar, la policía encontró a dos mujeres, de 20 y 21 años, una de ellas con una crisis y descompuesta tras haber consumido. También encontró en el lugar distintos envoltorios con cocaína.
El fiscal Giró les atribuyó a los hombres tener 126 gramos de cocaína, 67 gramos de cogollos de marihuana, 33 pastillas de éxtasis (con forma de oso violeta) y una escasa cantidad de cristales de presunto MDMA. A ello, sumaron elementos que sugieren el comercio de sustancias, como bolsitas herméticas y banditas elásticas, y un kilo de una sustancia blanca en polvo posiblemente usada para estirar la cocaína. También llamó la atención el acopio de casi 200 pastillas, en su mayoría ansiolíticos con venta bajo receta.
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El hallazgo se produjo cuando personal policial acudió al lugar por un llamado al 911 alertando de una situación y allí encontraron a ambos Imputados junto a dos mujeres, una de ellas inconsciente dentro de una habitación debido a la ingesta de estupefacientes que fueron suministrados a título gratuito por los imputados.
La damnificada debió ser trasladada al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez para recibir atención médica y, en estas circunstancias, se procedió a la aprehensión de los imputados y al secuestro del material estupefaciente.
Las mujeres no presentaban signos de violencia ni de abuso, al menos físico, indicó el Ministerio Público de la Acusación ante las primeras versiones que señalaban que las jóvenes habían sido retenidas en contra de su voluntad y obligadas a drogarse.
Por Miguel Pisano
Por Gonzalo Santamaría