Brian “Luli” Pacheco, jornalero de la cooperativa portuaria de Puerto San Martín, de 26 años, continúa internado en estado reservado en terapia intensiva tras recibir al menos once impactos de bala la madrugada del sábado pasado cuando estaba en el bar en la esquina de Nerbutti y Ramón Rodríguez, frente al parque Almirante Brown de Puerto.
“Tuvo una leve mejoría que permitió que, al estar estabilizado, pudiera ser trasladado a una clínica céntrica de Rosario aunque su pronóstico continúa siendo reservado”, confió una fuente consultada. Pacheco recibió impactos de calibre 9 milímetros en abdomen, tórax, hombros y una fractura en una de sus piernas. Sus familiares y amigos reiteraron el pedido de cadena de oración por el joven. Allegados al muchacho reafirmaron que fue atacado “por error”, ya que no mantiene conflicto con nadie.
El sábado, alrededor de las 4.30, Luli Pacheco estaba en el bar The Garrison en Puerto San Martín junto a un grupo de amigos cuando por el lugar pasó un auto con dos ocupantes. Uno de ellos bajó ocultando su rostro con un pañuelo o barbijo del personaje “Ghostface” de la película “Scream” y comenzó a disparar hacia el bar y todos los que estaban en el lugar.
Once impactos
“Mi hermano recibió diez u once impactos. Los más graves en el abdomen y en una de sus piernas que tiene una fractura. Los atacantes eran dos, el que disparó y el que manejaba, que llegaron en un auto. Mi hermano es un laburante que no tiene problemas con nadie”, explicó Cristian, hermano del joven atacado, horas después de la balacera.
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El ataque que dejó malherido a Pacheco quedó eclipsado en medio de la conmocionó que generó el triple crimen de Capitán Bermúdez, en el que horas antes del ataque al bar Emiliano Saucedo, Eber Ramos y Santiago Ochoa fueron masacrados a golpes de maza y cortes de cuchilla en una casa de calle 13 de Marzo al 300 del barrio Posta. Las víctimas fueron al lugar para intercambiar dólares por pesos y fueron atacadas con la finalidad de quedarse con el efectivo. Por el crimen, que es investigado por los fiscales Luisina Paponi y Aquiles Balbis, hay dos personas acusadas.
La cervecería The Garrison estaba cerrando cuando se escucharon una veintena de detonaciones que generaron un efecto estampida entre los pocos clientes que estaban en la vereda. De un auto bajó un muchacho que llevaba una un pañuelo o barbijo del personaje Ghostface de Scream quien comenzó a disparar desde la esquina de Nerbutti y Ramón Rodríguez hacia el local y la gente que estaba en el lugar.
Buena parte del plomo que disparó el enmascarado fue a dar en la humanidad de Pacheco, quien se desplomó en la vereda. En un auto particular fue trasladado al hospital Granaderos a Caballo de San Lorenzo, ubicado a unas 40 cuadras de la escena del ataque, donde recibió las primeras atenciones. Debido a la gravedad de sus heridas fue derivado en ambulancia al hospital Eva Perón de Granadero Baigorria. Una leve mejoría dentro de su cuadro de gravedad permitió el traslado a una clínica privada.
Trece vainas
Los pesquisas del gabinete criminológico de la Policía de Investigaciones (PDI) recolectaron de la escena 13 vainas servidas y dos plomos calibre 9 milímetros. La investigación quedó a cargo de la fiscal Paponi quien comisionó a efectivos de la brigada de homicidios de PDI para tratar de establecer quienes son los atacantes, a qué intereses responden y cuál fue el móvil del ataque.
Horas atrás los familiares y amigos de Pacheco iniciaron una cadena de oración por una evolución favorable en la salud del joven que soportó varias intervenciones quirúrgicas y se encuentra internado en terapia intensiva.
“Pedimos cadena de oración para Brian Pacheco (Luli) que está en grave estado. Creas en lo que creas, rezá, pedí con todas tus fuerzas por él. Es un pibe bueno, joven y laburador, tiene que salir adelante. ¡La fe mueve montañas! ¡Hoy es por él gente!”, fue uno de los pedidos publicados en el grupo “Bendiciones del Padre Ignacio” en la red social Facebook y que tuvo cientos de reacciones deseando una su pronta recuperación para la víctima de la balacera.
Sus allegados remarcaron que Pacheco es una víctima fortuita. “Es un laburante. Trabaja en el puerto como changarín y no tiene nada que ver con el mundo de la violencia. es un jornalero de la cooperativa portuaria” dentro del Centro de Contratación (Cedecon) del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (Supa) en Puerto San Martín.