El fiscal de la Unidad de Homicidios Adrián Spelta investiga un oscuro ataque a balazos ocurrido ayer a la madrugada en los monoblocks de Espinillo al 3700 (bulevar Seguí al 5500). Allí un joven de 25 años resultó gravemente herido al ser baleado desde un taxi que llegó al lugar con dos ocupantes. La víctima recibió al menos dos balazos, uno de ellos en la cabeza. El ataque fue registrado por al menos una cámara de videovigilancia privada quien no sólo captó la mecánica de la agresión sino que también registró la fuga del vehículo en alquiler. Mientras el herido era trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, efectivos de la unidad de Caballería y Perros de la Unidad Regional II de policía que circulaban en una patrulla interceptaron al taxi en bulevar Avellaneda y Saavedra tras un operativo cerrojo coordinado desde la central del 911. El chofer del vehículo, de 24 años, quedó detenido a disposición del fiscal, aunque no sería el autor material de los disparos. Su acompañante, en tanto, permanecía prófugo hasta anoche.
"Mire, acá nadie la va a hablar sobre lo que pasó a la madrugada porque es un tema de.....", explicó ayer una vecina de los monoblocks de Espinillo al 3700 que dejó la frase inconclusa porque no se animó a pronunciar la palabra droga, aunque se esforzó en explicar el término con mímicas. "De lo que pasa acá no sale nada en los medios. Los tiroteos son habituales. Hay dos bandas cagándose a tiros permanentemente. Los vecinos estamos cansados de vivir así", indicó la mujer.
Los residentes que aceptaron el diálogo con este diario lo hicieron extremando el cuidado de no ser vistos por sus propios vecinos. "Acá ya no se puede hablar adelante de cualquiera porque después te mandan al frente y te cagan a tiros a vos, a tus hijos o a lo que encuentren. Hay vecinos a los que les balearon la casa o los autos", se excusó otro residente de la zona.
Del diálogo con los habitantes de ese sector del sudoeste rosarino y del repaso de hechos policiales recientes, puede inferirse que en inmediaciones de Juan XXII (la prolongación de calle Biedma al oeste de las vías paralelas a Felipe Moré) y Espinillo funciona una boca de expendio de venta de drogas. O en su defecto existen vendedores ambulantes de estupefacientes. Otro detalle que no escapa a los vecinos es que en la zona, en los últimos años, varios taxistas denunciaron haber sido robados, varios de ellos con violencia.
El Fonavi de bulevar Seguí y Rouillón (como se reconoce popularmente a este complejo de monoblocks) se presenta como un territorio complejo tanto para propios como para extraños. Sus residentes padecen por un lado la estigmatización de los extraños y por el otro la convivencia con algunos de sus vecinos que deambulan por la criminalidad y la venta de drogas. A ese diario vivir le suman la desconfianza que les genera el complejo entramado social de los núcleos urbanos que lo rodean: el Fonavi Verde, el barrio Bolatti, el barrio Policial, el Hipotecario, el barrio Toba, la villa La Lagunita y el asentamiento de la vía Honda. Claro está que esa visión muchas veces es compartida por zonas vecinas que ven al Fonavi de Seguí y Rouillón como "el eje del mal". Miradas de recelo entre pobres que alimentan el círculo vicioso de la sospecha permanente.
La versión oficial indicó que pasadas las 2 de la mañana de ayer un taxi Chevrolet Corsa RA 2626 llegó hasta Espinillo al 3700 y estacionó a la altura de la escalera 28, a un par de metros de uno de los volquetes de basura. Aunque pueda resultar extraño, en la zona algunos comercios estaban abiertos, fogoneados por la pesadez del clima que invitaba a tomar algún porrón al aire libre. Los vecinos difieren en la cantidad de ocupantes que estaban en el auto. Pocos aseguran que iba sólo el conductor. La mayoría afirma que eran el chofer y un hombre sentado adelante, como acompañante. Entonces en escena entró Leonardo L., de 25 años, y residente en los monoblocks. Un muchacho al que todos reconocen como "Leo".
¿Diálogo transa?
El joven se acercó al vehículo y dialogó con los que estaban en el taxi desde el costado del acompañante. La escena descripta por los testigos es compatible con una "transa" en el sentido estricto del narcomenudeo. Los del taxi le entregan algo a "Leo". Este desaparece en inmediaciones de la escalera 28 y cuando regresa a la escena es recibido por al menos dos balazos. Uno de ellos le impactó en el cráneo y lo hizo caer de bruces sobre el pavimento. El relato de los vecinos no permitió avanzar en qué consistió el intercambio de elementos entre los hombres del taxi y "Leo", pero la escena resulta de mínima sugestiva.
Mientras el herido era auxiliado por sus vecinos y trasladado al Heca, la policía comenzó la búsqueda del taxi desde el que partieron los balazos. La búsqueda se vio favorecida ya que en las inmediaciones existen cámaras de videovigilancia privadas que captaron la escena. Así lograron determinar que se trataba de un Chevrolet Corsa y comenzaron a buscarlo a partir de las coordenadas del GPS del taxi.
Así, en un operativo cerrojo coordinado desde la central del 911, localizaron que el vehículo de alquiler circulaba hacia la zona céntrica y comenzaron a cercarlo. Cuando "Leo" ya estaba siendo asistido en el Heca, un patrullero con personal de Caballería y Perros dio con el taxi en inmediaciones de bulevar Avellaneda y Saavedra.
Detenido
Los policías detuvieron al chofer Alfredo Nicolás B., de 24 años y residente en el barrio Hospitales. Al revisar el vehículo los uniformados no hallaron armas, pero si detectaron una perforación de bala sobre el zócalo del auto y a centímetros de la pedalera. El chofer brindó una declaración a los investigadores que no resultó convincente y será imputado por el fiscal Adrián Spelta en las próximas horas en principio por el delito de tentativa de homicidio.
En tanto, el herido quedó alojado en la unidad de terapia intensiva del Heca en estado reservado. El taxi fue incautado y estacionado frente a la seccional 19ª, que actúa por razones de jurisdicción. Efectivos de la Policía de Investigaciones (PDI) trabajaban ayer sobre el territorio para conseguir testimonios de lo ocurrido.