Alan Funes, de 24 años y condenado por un homicidio y por narcotráfico con penas que suman más de 44 años de cárcel, está detenido en el penal federal de Marcos Paz luego de haber sido trasladado desde Ezeiza. En esas dos unidades penitenciarias las últimas visitas que recibió fueron de una joven de 26 años llamada Leila S., quien firmó en el ingreso como su novia. De esa forma se la mencionó en distintos artículos periodísticos a raíz de hechos violentos ocurridos alrededor de su casa del barrio Tablada, una vivienda ligada a los Funes donde también hubo allanamientos en distintas ocasiones. La joven dialogó con La Capital para asegurar que no es la novia de Alan sino su amiga y que no está vinculada a las acusaciones que recaen contra él.
"Yo entiendo que me van a investigar porque voy todas las semanas a ver a Alan o porque él me llama por teléfono a mí. Pero qué ¿es un delito ser amiga de Alan Funes o hablar con él?", se preguntó Leila S. en una charla con este diario mano a mano que solicitó tras una publicación en la que se la nombraba. En la misma nota, referida al homicidio de Mariana Cristal Rodríguez ocurrido el 6 de agosto en Ayacucho al 4000, se mencionaba un allanamiento reciente en su casa ubicada en la zona. En ese operativo, solicitado en el marco de la investigación por una tentativa de homicidio a un joven vinculado a Leila y que incluyó inspecciones en viviendas aledañas, según la Fiscalía se secuestraron municiones y el cargador de un arma de fuego.
Leila asegura que ese material no fue hallado en su casa y se desvincula de las investigaciones que puedan existir a Alan Funes, sobre quien además de sus condenas pesa una acusación de 2022 por liderar una asociación ilícita cuando estaba alojado en la cárcel de Ezeiza. Pero, entiende, su vinculo con Funes motiva que su casa sea reiteradamente allanada aunque hasta el momento no existan evidencias en su contra. "No tengo nada que esconder, me llaman y voy, me piden el teléfono y se los doy. Sin ir más lejos ya tienen un montón de teléfonos míos", aseguró.
Leila supone que quedó en el blanco de distintas investigaciones por su supuesta relación sentimental con Alan, algo que ella niega y asegura que también le genera problemas en la calle. "¿Si alguien le quiere hacer daño a él a quién van a ir a buscar?", se preguntó. "Yo entro como novia porque le restringieron todo. El Servicio Penitenciario me dijo que la única forma de ingresar era anotándome como novia porque no soy familiar", dijo. "Les dije que sí y lo puse así, o no puedo ingresar y él no tiene visitas de otras personas", agregó.
Acerca de los allanamientos reiterados en su vivienda, en los cuales asegura que le secuestraron sus celulares en cada ocasión, indica que también afecta a Funes en su derecho a tener comunicaciones telefónicas permitidas por el Servicio Penitenciario. "A él le restringieron las llamadas y puede hablar solo con los números que le autorizan ahí. Cuando me secuestran el celular él pierde comunicación porque retrasan una semana hasta que le autorizan un número nuevo y queda incomunicado", sostuvo.
>>Leer más: "El pasillo" de Tablada, el supuesto búnker que Alan Funes administraba desde la cárcel
"Yo no corro, no me escondo, no me niego, no me resisto", dijo Leila en relación a las veces que la policía llegó a su casa, siendo este viernes la última ocasión en el marco de la investigación por el crimen de Mariana Cristal Rodríguez. En la vivienda Leila estaba con dos jóvenes que fueron demorados para su posterior identificación y además se reportó el secuestro de un celular y una tablet. "Yo no tengo problema que me investiguen, pero que no vengan todas las semanas a allanarme la casa y a sacarme los celulares", agregó. "No puedo estar todas las semanas arreglando cerraduras o comprándome celulares", insistió.
Siempre según lo que ella asegura, las visitas a Alan y el contacto que mantiene con él se debe a que los hermanos del joven están presos y su padre no puede ir por el trabajo. Sus demás familiares cercanos, madre y dos hermanos, fueron asesinados entre 2016 y 2018. "No soy la novia, soy la amiga, no es un delito y no voy a dejar de ir a verlo", remarcó.
Por otro lado, Leila indicó que estas medidas que cuestiona van de la mano con las restricciones que se tomaron en relación a Alan Funes luego del intento de fuga de Esteban Alvarado en mayo pasado. En la investigación a esa evasión en helicóptero que terminó frustrada, se supo que el plan incluía a otro recluso y los pesquisas creen que era Funes. Por ese motivo fue trasladado al penal de Marcos Paz. "Además de lo que me hacen a mí es cómo lo tienen a él. Está pésimo, lo tuvieron solo más de un mes y medio. Él dice que no tiene problemas en ir a ningún pabellón, quiere estar con gente, está cansado de estar solo, se está volviendo loco", indicó.
Riesgos
En los últimos meses Leila S. estuvo presente en tres hechos violentos y en otra ocasión su madre fue baleada. Todas estas situaciones se investigan en la Justicia como parte de conflictos relacionados a la venta de drogas.
El primer hecho ocurrió el 8 de mayo a primera hora de la madrugada cuando Julieta G., madre de Leila, fue baleada en su casa de Ravignani al 1300, zona oeste de Rosario. La mujer, de 46 años, fue trasladada al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez con heridas en el pecho de las que pudo reponerse con el paso de los días.
A fin de ese mes, la madrugada del 28 de mayo, Leila presenció un ataque contra Solange, una hermana de Alan Funes que tiene 18 años. Las jóvenes estaban en Mendoza y Provincias Unidas, la zona de las Cuatro Plazas, cuando Solange fue atacada a tiros por dos personas. Una de las balas rozó la cabeza de la joven, que minutos después ingresó por sus medios al Hospital Provincial y dijo que todo había ocurrido en un supuesto intento de robo.
>>Leer más: Balacera en barrio Las Heras: le dispararon a un joven desde un auto y está grave
El 7 de junio Leila se vio envuelta en otro hecho violento cuando tuvo que trasladar en un auto ajeno a un joven de 22 años que fue baleado en la puerta de la casa de ella, en Ayacucho al 4300. El vehículo, un Honda Civic, fue hallado prendido fuego en pasaje Verano al 2400. En la investigación por ese hecho se supo que se habían utilizado armas de distintos calibre, lo que llevó a la hipótesis de un enfrentamiento y motivó uno de los allanamientos en la casa de calle Ayacucho.
Finalmente el 15 de julio Leila estaba en su casa cuando cerca de las 22 dos jóvenes llegaron a bordo de un auto e intentaron ingresar por la fuerza luego de atravesar un portón. Allí dispararon con un arma de fuego varias veces en dirección al interior de la vivienda donde estaba la joven, que no tuvo resultó herida. Los autores del ataque fueron detenidos momentos después tras una persecución policial e imputados por tentativa de homicidio, portación de arma de fuego de guerra, resistencia a la autoridad y encubrimiento.