Fueron dos crímenes con diferencia de minutos pero con una línea común: los muertos llevan el mismo apellido y son familiares. El primer homicidio se registró pasado el mediodía en el límite entre Empalme Graneros y barrio Industrial y se trató de Susana Velázquez, de 75 años. Al menos dos hombres jóvenes ingresaron a su casa de Felipe Moré y pasaje Franco y le dispararon cuatro tiros. La mujer logró salir a la puerta de su casa y sentarse en una reposera, allí murió. El otro homicidio fue distinto y sucedió lejos del primero: en Ybarlucea. Un hombre de 35 años estaba en el camino paralelo al cementerio, en avenida de los Incas al 4500. Iba con su moto Honda Wave y fue interceptado por otras tres personas a bordo de un Peugeot 308 gris y una moto negra. No le dijeron nada, lo balearon sin más y huyeron. En principio no se sabía el nombre del muerto, pero su familia lo reconocería una hora después en la morgue. Era Emanuel Velázquez. Los vecinos del barrio arriesgan: "Fue gente de la banda de Fran Riquelme".
Susana vivía hace años en el barrio. Al mediodía del viernes estaba en la casa con su nieto Matías, un chico que salió de un instituto correccional de menores hace un mes, y le pidió que fuera a hacer un mandado. Aparentemente cuando el chico salió de la vivienda ingresó a la casa, un joven casi adolescente, “el coloradito”, dicen en la zona, y otra persona más se dirigieron a la habitación donde estaba Susana y dispararon cuatro veces. Susana sufría de Epoc y, malherida, se levantó de la cama y dio unos pocos pasos hacia la puerta.
En el frente estaban las sillas y reposeras que ella usaba para sentarse a tomar mate todas las tardes, no es un barrio tranquilo pero igual todos se conocen y ella nunca se metía con nadie. Ahí estaba la reposera; se agarró del respaldar y se sentó, respiró hondo, no gritó, la voz no le dio. Una nena la vio y corrió hasta la casa de un familiar de Susana a avisarle sobre lo visto.
Cuando Matías volvió a la casa, unos diez minutos después, se encontró con la policía en la puerta e intentó correr. Lo que menos pensó es que habían matado a su abuela. Los gendarmes, que patrullan el barrio día a día, ya estaban apostados en la casa y lo demoraron hasta que la policía lo trasladó a la Seccional 12ª para interrogarlo sobre que pudo haber sucedido. El parentesco entre ambas víctimas fue confirmado a este diario por familiares en la puerta del Instituto Médico Legal.
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Los vecinos comentaron que Susana hacía años que vivía en esa cuadra y que muchos de sus familiares viven a menos de dos cuadras a la redonda. “Ella nunca se metía con nadie. Vivía con Mati y su otro sobrino, Carlos. El pibe estuvo en el viejo “Irar”, pero salió hace un mes. Dicen en el barrio que tenía problemas "con la banda de Francisco”.
Francisco no es otro que Fran Riquelme, un conocido protagonista de balas y violencia. En julio Francisco Ezequiel Riquelme, jefe de una banda ligada al capo narco Esteban Alvarado, fue imputado con prisión preventiva junto a otros tres cómplices por balaceras contra dos escuelas, una seccional y una unidad penitenciaria cometidas entre abril y mayo pasados. El hombre ya estaba preso cuando fue imputado de los delitos de balaceras y, entre otros delitos, por el atentado a una testigo clave del juicio a Alvarado, Mariana Ortigala.
Frente a la casa donde murió Susana vive otro hombre ligada a la banda de Riquelme, un tal N. quien , según cuentan, supo ser mano derecha de “Francisco” y ahora está en silla de ruedas.
Pasadas las 13 y a unos veinte kilómetros de la casa de su tía, Emanuel Velázquez, alias “Camote” y quien pasó una serie de temporadas en prisión por causas como portación de armas y cosas por el estilo, circulaba con su moto honda Wave en el camino que bordea el cementerio de Ybarlucea, en Los Incas al 4500. Había salido de su casa , sobre Pasaje Franco, muy temprano y dijo que iba a comer un asado.
Una vecina de la zona contó que. “Vimos pasar una moto y un Peugeot gris, hicieron parar al muchacho que iba con la moto y hablaron algo con él, se escucharon tres o cuatro tiros y vimos que tanto el auto como la moto salieron rápido por Los Incas y agarraron la ruta como para Rosario”.
Al llegar la policía el cuerpo estaba tirado al lado de la moto, sucio de tierra, como si lo hubieran rematado en el piso o lo hubiesen pateado. Al buscar entre la ropa los efectivos no encontraron documentos ni manera de identificar al hombre.
Pero los medios se acercaron al lugar y alguien vio por televisión la moto y avisó a la familia Velázquez, que se habían congregado en la puerta de la casa de Susana que “mataron a Camote, es la moto de él”, como dijo una voz al celular de un familiar de Emanuel.
Todo fue llanto, todo insulto, todo desconsuelo. Oficialmente el cuerpo era NN, pero a media tarde los Velázquez se acercaron al Instituto Médico Legal y un tatuaje delató al cuerpo: el muerto era Emanuel.
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En esa zona del barrio, puntualmente en Pasaje Franco, nadie habla, nadie conoce lo que sucede pero el miedo suelta la lengua. “Estos son lo Riquelme, Camote nunca se llevó bien con Francisco, broncas de barrio, se conocen de chicos. A Susana no la van a ir a matar, eran para otro esos tiros, pero a Camote lo buscaron. En esta calle vos estás parado y por ahí pasa uno de la banda y te tira. Tiene metra y pistolas que tiran que no sabes. La gente tiene mucho miedo”, dijo a asLaCapitalxs un hombre que hace años vive cerca de las vías.
“Ellos tienen mucha plata y mucho poder, hay gente en el barrio que no atraviesa las vías como para ir a la casa de un familiar o algo así, los Riquelme tienen ese lugar como territorio propio hace mucho y Francisco es un tipo muy peligroso. La policía sabe todo acá, igual que los gendarmes, pero no hacen nada. Francisco maneja todo desde la cárcel”, acotó el mismo vecino.
Francisco Ezequiel Riquelme, a quien los vecinos mencionan, se encuentra en el penal federal de Ezeiza y es considerado por investigadores el ladero del condenado capo narco Esteban Lindor Alvarado. Entre los hechos que ya le imputaron figuran los tiroteos la escuela “Rosa Ziperovich”, ubicada en Sabín al 1100, y “José Mármol”, situada en Larrea al 300 bis. Los dos fueron el 8 de abril pasado, y en ambos casos se dejaron notas dirigidas a Julián Aguirre y Matías César, acusados en otra investigación provincial como presuntos cabecillas de la célula de Los Monos que opera en los barrios Industrial, Ludueña y Empalme Graneros.
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