Un hombre de 66 años fue asesinado a balazos en la tarde de este jueves en barrio Industrial, en la zona norte de Rosario, con lo que ya son 227 los crímenes ocurridos en el departamento Rosario en lo que va del año.
Un hombre de 66 años fue asesinado a balazos en la tarde de este jueves en barrio Industrial, en la zona norte de Rosario, con lo que ya son 227 los crímenes ocurridos en el departamento Rosario en lo que va del año.
Pasadas las 19, una llamada al sistema 911 denunció que sobre el pasaje Franco a la altura del 2100 había un hombre herido y tirado en el suelo. Los efectivos del Comando Radioeléctrico encontraron al arribar el cuerpo sin vida de Jorge Franco, de 66 años.
Según se desprende del testimonio de testigos, la víctima hablaba por teléfono en Fray Mamerto Esquiú y Felipe Moré, a poco más de 50 metros de Pasaje Franco y las vías, hasta que se dirigió a su domicilio cuando frenó un auto en las inmediaciones.
Pero, al llegar a la puerta, una de las personas que se encontraba a bordo del vehículo se acercó y efectuó al menos cuatro disparos, para escapar en el auto. El cuerpo quedó tendido en el suelo junto a la puerta de ingreso de su casa.
Esa misma cuadra ya fue escenario de otras crónicas policiales este mismo año. El 4 de febrero pasado, Franco al 1800 fue parte del campo de batalla de disputas por territorios de narcomenudeo. Ese día balearon a José Manuel Mansilla, el hombre de 41 años que agonizó un mes y falleció en marzo. Según relataron sus vecinos, el hombre estaba en la puerta de la vivienda cuando dos hombres en moto pasaron por delante suyo y lo balearon.
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Pasaje Franco es una estrecha calle que se despliega entre Iguazú, Felipe Moré y las vías. La traza comienza como un bulevar pintoresco pero al 1800 se achica y es casi un terraplén. En las inmediaciones de donde Mansilla fue acribillado a balazos hay una canchita de fútbol y es un lugar abierto, de fácil llegada y de fácil salida.
Según cuentan los vecinos, en los últimos cinco a siete años, los 200 metros que separan calles Iguazú de República Dominicana fueron modelando un escenario de batallas continuas entre dos bandos que pelean por la clientela del narcomenudeo. Y las batallas están ligadas a pibes que en moto o autos pasan disparando como enajenados contra frentes de viviendas, autos estacionados o personas.
El jueves 6 de enero pasado, Natalia Andrea Longhi, una mujer de 47 años viuda y madre de dos hijos, abrió el postigo de la puerta de su casa en Franco al 2000 y recibió disparos en el pecho y la cabeza. Malherida la mujer intentó volver sobre sus pasos, pero perdió mucha sangre. Sus familiares la cargaron a un auto y la trasladaron al Hospital Carrasco, lugar al que llegó viva pero en el que falleció minutos después. Tanto la familia de la mujer como fuentes ligadas a la investigación aseguran que “pudo ser una confusión”, ya que a pocos metros de la casa y en una puerta similar viviría un joven que “tiene líos por otro lado”, según dijo un vecino de Natalia. Una hipótesis que fue ganando terreno con el devenir de la investigación.