Sobre el mediodía del lunes 24 de agosto de 2020 tres gendarmes estaban apostados en un Citroën Berlingo en inmediaciones del kilómetros 365 de autopista Rosario-Córdoba, a la altura del ingreso a la ciudad de Cañada de Gómez. Tenían información de que una avioneta “bombardearía” con droga alguno de los campos de la zona. Cuando la vieron penetraron en los caminos rurales de la zona y se toparon con dos camionetas _una Volkswagen Amarok y una Toyota Hilux_ que esperaban por una carga de droga. Al ver la polvareda de la Berlingo, las camionetas se pusieron en fuga. Pero una de ellas, la Hilux, hizo una mala maniobra y volcó. Dos hombres murieron: Mauricio Santos, de 37 años, y Guillermo José Díaz, de 56. El único sobreviviente fue el conductor, un hombre de 30 años domiciliado en barrio La Lagunita. Nunca se indicó que fue de la avioneta y su carga.
Pero tres años y dos meses más tarde, el 1º de noviembre pasado, efectivos de Gendarmería realizaron 38 allanamientos en nuestra provincia gestionados por los fiscales Adriana Saccone (Federal 3) y Diego Iglesias (Procunar) y rubricados por el juez federal Carlos Alberto Vera Barros.
El operativo tuvo saldo el decomiso de tres avionetas con matrículas y banderas adulteradas; 25 vehículos; dos motos; 68 teléfonos celulares; cinco armas de fuego, 5 millones de pesos argentinos; 39 mil dólares; y 18 computadoras, entre otros elementos y documentación de interés para la causa. En total diez personas, entre argentinos y paraguayos, fueron detenidos por infracción a la ley 23.737, de estupefacientes, y la 25.246, de lavado de activos.
Esta investigación, que tuvo uno de sus primeros movimientos en el fatal accidente del 24 de agosto de 2020, operó como disparador de una investigación que determinó “la existencia de una organización ilícita cuya consolidada estructura de lavado de activos, y la creación de empresas fantasmas de exportación de granos, les permitiría adquirir aeronaves para realizar vuelos clandestinos y transportar estupefacientes desde Santa Fe hacia distintos puntos del territorio argentino, como así también su exportación hacia Europa por la hidrovía”, según se explicó en un comunicado emitido por Gendarmería.
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Uno de los 38 lugares allanados fue hangar ubicado en un country y club de campo y golf de la localidad de Oliveros.
Banda narco
La hipótesis de trabajo de los federales es el “posible traslado de cocaína desde el Estado Plurinacional de Bolivia, mediante las rutas terrestres, con una flota de taxis; y aéreas, utilizando aeronaves (con matrículas y banderas adulteradas) propias de una organización narcocriminal. La misma estaría integrada por personas de distintas nacionalidades con presuntos antecedentes por contrabando de estupefacientes y con conocimientos aeronáuticos, eficaces para realizar vuelos a cierta altura, capaces de garantizar la evasión de radares y controles aéreos”, indicó Gendarmería.
La pesquisa puso bajo la lupa fue un hangar ubicado en un country y club de campo y golf de la localidad de Oliveros, ubicado 40 kilómetros al norte de Rosario. Un punto en el mapa “utilizado por los involucrados para aterrizar con la excusa de «ver campos» y en el que en las distintas ocasiones de uso, permanecerían por cierto tiempo a puertas cerradas, lo que resultaba llamativo por tratarse de un sitio descampado que incluso contaba con seguridad propia y cámaras de vigilancia”, de acuerdo a lo explicado por la fuerza nacional.
“La investigación llevada a cabo permitió corroborar el vínculo con los dueños de un country (testaferros) ubicado en la localidad de Oliveros, lugar que cuenta con un aeródromo privado. Tras inspeccionar el hangar y demás domicilios, los funcionarios decomisaron tres aeronaves, un remolcador, vehículos, armas de fuego, dinero en efectivo, dispositivos tecnológicos y documentación relevante para la causa”, se indicó. Los detenidos quedaron a disposición del juez Vera Barros y fueron indagados.
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Gendarmería decomisó en un hangar de un country en Oliveros tres avionetas con matrículas y banderas adulteradas.
Vuelco trágico
En febrero de 2020 un productor agropecuario dejó una denuncia en el “buzón de la vida” instalado en el cuartel de bomberos de Cañada de Gómez que indicaba que “periódicamente” podía observarse cómo en los campos aledaños a esa ciudad “una avioneta arrojaba bultos en vuelo rasante”.
Esa denuncia anónima sobre narcotráfico, anónima fue judicializada en el fuero federal de Rosario. Seis meses más tarde, el lunes 24 de agosto de 2020, tres gendarmes del área de inteligencia esperaban apostados a la altura del ingreso a la ciudad de Cañada de Gómez la llegada de una avioneta. Al verla comenzaron a transitar caminos rurales y así se toparon con dos camionetas que esperaban por la carga de droga. Así comenzó una intensa persecución por un camino de tierra, conocido como de Simonit, que une Cañada con Casilda.
Al ver, a la distancia, la polvareda las camionetas se pusieron en fuga. Tras una persecución de seis kilómetros la Toyota blanca hizo una mala maniobra y volcó. La Hilux era conducida por Javier Maximiliano M., de 30 años, domiciliado en barrio La Lagunita, en el sudoeste rosarino. Cuando los gendarmes llegaron lo encontraron mal herido. A unos diez metros de la camioneta, en un zanjón, estaban los cuerpos de Mauricio Santos, oriundo de San José de La Esquina, y el rosarino Guillermo José Díaz, con antecedentes penales desde el año 2006, según se precisó por aquellos días.