Más de 65 allanamientos y 30 detenciones se llevaron a cabo en distintas localidades del sur santafesino a partir de seis investigaciones por narcotráfico que se iniciaron en base a denuncias anónimas. Los procedimientos fueron ejecutados en Casilda, Venado Tuerto, Firmat e incluso en la cárcel de Piñero por personal de Gendarmería, Policía Federal, Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y la Brigada Operativa Antinarcóticos VIII de la Policía de Investigaciones (PDI).
En los procedimientos se incautó cocaína y marihuana (no se dieron a conocer las cantidades), elementos de fraccionamiento y corte, balanzas, dinero en efectivo, armas de fuego, municiones, celulares, vehículos, unos 60 mil pesos falsos y documentación.
La información para los operativos se recabó, entre otras cosas, a través de la intervención de más de 80 líneas telefónicas. Se allanaron más de 65 domicilios en Venado Tuerto, Firmat, Juncal, Wheelwright, Paraje Villa Divisa de Mayo, Hughes, Inés Indart (Buenos Aires), Chabás y Rosario.
Una de las organizaciones desbaratadas tenía base en Firmat donde se hicieron más de 15 allanamientos. Según la pesquisa los imputados, algunos con causas en trámite por infracción a la ley de drogas, se abastecían en Casilda, Chabás y Rosario.
Otra banda se asentaba en Wheelwright y se estima que era provista de material estupefaciente, principalmente cocaína, desde Rosario y que luego era introducida a través de un proveedor de Juncal.
La banda investigada en Venado Tuerto registraba el mayor volumen de operaciones. Según los investigadores era encabezada por Mauro Nahuel Novelino, quien cumple una condena en la cárcel de Piñero. Su pareja Jésica Paola Flores, quien estaba en libertad condicional condenada por el mismo caso, sería quien coordinaba la banda.
En efecto, tres de los allanamientos fueron realizados en la cárcel de Piñero. Novelino está acusado de organizar desde allí operaciones como provisión de la droga, su distribución, recaudación y la adquisición de bienes. También "patrullajes" para seguir los movimientos de quien llamaban sus "enemigos" y de las fuerzas de seguridad. Esas órdenes eran ejecutadas por Flores y otras personas de su confianza.
Los sospechosos manejaban grandes volúmenes de drogas, armas y dinero, que eran resguardados en autos o motos que guardaban en distintas cocheras y eran asiduamente cambiados de lugar.
Los imputados quedaron a disposición de la Fiscalía Federal de Venado Tuerto que encabeza Javier Arzubi Calvo y autorizados por el Juzgado Federal a cargo de Aurelio Cuello Murúa.
Una banda que operaba en Venado Tuerto estaba liderada por un hombre que cumple condena en la cárcel de Piñero