La historia Fuat K. y Bahri S. parece la de dos turcos envueltos en la neblina de un controvertido incidente. Se trata de los dos ciudadanos de Turquía que la noche del viernes pasado fueron denunciados por el casino City Center por jugar al póker con cartas marcadas en una de sus mesas y haber ganado una cifra considerable en pesos. Sin embargo, uno de ellos declaró en el Juzgado de Instrucción Nº 3 que fue víctima de coerción, privación ilegítima de la libertad, extorsión y robo. Fue Bahri S. quien contó, en inglés, que durante dos horas estuvo retenido por personal de seguridad del casino sin que participara la policía rosarina. Afirmó que fue separado de su amigo, conducido con custodia al hotel céntrico donde se alojaban para que retirarse dinero y, de nuevo en el casino y ante las cámaras de vigilancia, entregó varios miles de pesos en concepto de devolución por lo que supuestamente habían robado. Tras ese periplo, según su versión, fueron entregados a los efectivos de la comisaría 21ª, donde al cierre de esta edición continuaban presos.
El abogado que representa a los turistas es Marcos Cella, quien ayer presentó ante el juez Luis María Caterina una solicitud urgente de libertad para Fuat K. y Bahri S. Además pidió que se les dicte la falta de mérito por considerar que "hubo una serie de irregularidades".
En este sentido, el letrado enumeró que "no hubo secuestro de punzón" ni de otro elemento que se haya podido emplear para marcar la baraja. Además, Cella dijo que el casino "entregó las cartas marcadas dos horas después de la detención" de sus clientes y acotó: "En caso de que hayan habido cartas marcadas, en esa mesa se sentó mucha gente".
Vacaciones en la 21ª. "Mis clientes son turistas que llegaron con 10 mil pesos. Fueron al casino a jugar al póker y ahora están presos. No cometieron ningún delito pero están pasando sus vacaciones en una comisaría", indicó Cella, y añadió que los turistas "tienen pasajes para volver a Turquía en 15 días".
En este marco, el abogado requirió que se secuestren los videos de las cámaras de vigilancia del City Center y del hotel de San Lorenzo al 900 donde los turcos se alojaron. También pidió que se le tome declaración a los empleados del hotel y a los policías que, según denunciaron los detenidos, se hicieron cargo del procedimiento dos horas después de que fueran privados de la libertad en el casino.
El incidente motivó la intervención de la embajada de Turquía en Buenos Aires. La fiscal que actúa es Lucía Aráoz.
Sin captura. Fuat K. tiene 35 años y Bahri S., 39. Residen en Estambul, la ciudad más importante de Turquía. Fuat K. sólo habla turco pero su amigo, en cambio, también maneja el inglés. Según contó Cella, ambos trabajan en una empresa de conectores para cable y no sufren necesidades económicas.
Según fuentes allegadas a la pesquisa, desde Interpol se precisó que no pesa pedido de captura sobre los turcos.
Fuat K, y Bahri S. llegaron a Rosario de vacaciones según su abogado. El jueves a la noche fueron al City Center y se sentaron en una mesa de póker de cinco cartas. Ganaron unos 15 mil pesos y al otro día, tentados por la buena fortuna, regresaron al casino, repitieron la mesa y el juego. Pero la suerte había cambiado.
Dos historias. De lo sucedido hay dos versiones contrapuestas. La oficial, difundida por la policía rosarina, indicó que el viernes por la noche los turcos "no perdían una sola mano" jugando al poker y que eso atrajo a la seguridad interna del casino, que posó ojos y cámaras de vigilancia sobre los extranjeros y su forma de jugar.
Según esta versión, la seguridad del local notó que los jugadores advertían las marcas que tenían las cartas del crupier. No necesitaban mirar la baraja porque, debido a la personal convención de signos creada especialmente por ellos, conocían el valor de cada naipe que el crupier desplegaba sobre el paño de la mesa. Por ejemplo: habían punzado todos los ases con la misma señal, lo mismo para las K y las Q, todas marcas descriptas como "delicadas" y "casi imperceptibles".
En ese marco, personal de seguridad los retuvo y dio parte a la policía. Por eso Fuat K. y Bahri S. están acusados de tentativa de estafa y estafa.
Sin embargo, en su declaración en tribunales, Bahri S. contó otra versión de la historia y enumeró una serie de irregularidades que, según asegura, se prolongaron durante al menos dos horas.
Hombres de negro. El ciudadano turco afirmó que cuando estaban jugando y ganando se les acercaron "hombres de traje negro" y los sacaron -primero a Fuat K. y luego a Bahri S.- del salón. Los llevaron a un cuarto donde quedaron con dos hombres de seguridad y su encargado. Bahri S. relató que el trato de los empleados era ameno en aquellos sitios donde había cámaras de vigilancia, pero intimidante donde no las había.
El turco señaló que el diálogo se dio en un inglés chapuceado y que en un momento le colocaron en un papel una cifra: 20 mil pesos y que ese era el monto que debían devolver. "Why (¿por qué?)", fue la pregunta que hizo varias veces el turco en inglés antes de que, según su relató, fuera separado de su amigo, ya que Fuat K. quedó en el casino y a él lo subieron a un auto y lo llevaron al hotel donde estaban alojados.
Al llegar al hotel, que cuenta con cámaras de vigilancia, lo hicieron subir a su habitación del piso 11 y retirar una suma de dinero en pesos que fue a parar a manos de uno de los empleados que lo escoltaban.
Cuando regresaban hacia el casino la persona que identificó como "el jefe de seguridad" recibió un llamado a su celular. Luego de esa comunicación la persona apuntada le entregó la plata y le hizo señas de que la guardara.
Al llegar al casino, y ante una cámara de videovigilancia, los ciudadanos turcos le entregaron al jefe de la seguridad del casino el dinero retirado del hotel. Acto seguido, los turistas fueron entregados a efectivos de la comisaría 21ª, donde al cierre de esta edición seguían detenidos.