Por estas horas, Ariel Sebastián "Teletubi" Acosta es uno de los hombres más buscados por la policía de Santa Fe. Tiene 28 años y el viernes a la tarde iba a firmar un juicio abreviado que lo condenaba a 13 años de cárcel por el homicidio de un quiosquero cometido en febrero de 2017. Sin embargo, cuando ya estaba en el subsuelo del Centro de Justicia Penal (CJP) y a poco de ser trasladado a la sala de audiencias donde daría conformidad al acuerdo, salió caminando del edificio judicial y hasta anoche nada se sabía de él. Por lo pronto, dos efectivos del Servicio Penitenciario provincial que lo custodiaban quedaron detenidos por presunto favorecimiento de evasión. Un tercer uniformado fue demorado y se investiga su participación en el espectacular episodio.
La investigación de la fuga está en manos de los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada, organismo que depende del Ministerio de Seguridad. Sin embargo, en el nuevo esquema institucional planteado por el gobernador Omar Perotti, el Servicio Penitenciario ahora es dirigido por Walter Gálvez, y depende del Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Diversidad, a cargo de Esteban Borgonovo.
Los investigadores del caso lo primero que ordenaron no sólo fue la orden de captura de "Teletubi", sino también la separación de sus cargos de quienes lo custodiaban y el análisis del registro de los videos tomados por las cámaras del CJP. Allí, dijo un informante, "se ve claramente que lo dejaron salir, que no hubo ningún tipo de violencia por parte del detenido y que no estaba esposado, lo que llama la atención debido a los mecanismos de seguridad que se deberían haber tomado".
Es que según los protocolos de seguridad, el preso debe llegar esposado en el móvil penitenciario hasta el Centro de Justicia Penal, permanecer en las celdas del subsuelo con los grilletes puestos y así ser trasladado hasta la sala de audiencias. Recién allí, y en presencia de él o los jueces, al recluso se le deben sacar las esposas y junto a él deben permanecer los agentes.
Lo cierto es que nada de eso se cumplió y para "Teletubi" todo fue muy fácil. Ahora la policía lo busca para que vuelva a prisión y seguramente el juicio abreviado que iba a ser homologado quedará sin efecto. Además, sobre el muchacho caerá una causa por evasión.
Paso a paso
Fuentes de la investigación comentaron bajo estricta reserva de identidad lo que pasó y cómo "Teletubi" ganó la calle. Dicen que cuando el muchacho fue llevado a la celda del subsuelo del CJP le sacaron las esposas y dejaron dos puertas abiertas: la del calabozo y la que da a los pasillos internos que llevan a las salas de audiencia. Ese fue el primer paso para escapar. Tras ello, los agentes del Servicio Penitenciario "miraron para otro lado" y por eso el lunes serán imputados.
Así las cosas,"Teletubi" abrió la puerta que comunica el calabozo con los pasillos internos del Centro de Justicia Penal y por los cuales sólo transitan presos, agentes de seguridad, fiscales y magistrados. Vestido con jean, una camisa y zapatos, muy lejos de la figura de un sicario o el estigma de un delincuente, salió y caminó por los intrincados laberintos internos del edificio.
Una vez liberado, "Teletubi" empezó a buscar por donde ganar la calle. Primero abrió la puerta de la sala número 1, pero en ese momento estaban llevando adelante una audiencia y como si fuera un empleado del lugar que cometió un equívoco pidió disculpas y la cerró. Hizo algunos metros y abrió la segunda puerta. Correspondía a la sala de audiencias número 2 que estaba vacía. Entonces entró, la atravesó y salió al hall sin despertar sospecha alguna entre el enjambre de gente que había en el lugar.
En segundos y atildado bajó la escalera hacia la planta baja, salió por la puerta que da a calle Sarmiento ante la mirada sin prejuicios de policías, abogados y público en general, paró el primer taxi que pasó y se fue. Dicen que hacia su casa de la zona sur. Todo eso, según las fuentes, está claramente registrado en los videos del CJP.
Hacia allí fueron a buscarlo poco después varios móviles policiales alertados de la fuga facilitada. Pero el muchacho ya no estaba allí. Seguramente hizo tiempo para cambiarse de ropa y huir con rumbo incierto.
En espera
"Teletubi" había sido llevado hasta el CJP para firmar un juicio abreviado en el cual era condenado a 13 años de prisión por el crimen del quiosquero Sergio Cecchini, quien fue baleado el 6 de febrero de 2017 frente a su negocio de Sánchez de Thompson 55 bis al quedar en medio de un enfrentamiento de bandas que sembraban de sangre ese barrio de la zona sureste de la ciudad. El comerciante falleció dos semanas más tarde en el Hospital de Emergencias.
La audiencia estaba prevista para las 14 del viernes y los fiscales Marisol Fabbro y Matías Edery, quienes estaban a cargo de la acusación, ya estaban en la sala correspondiente. En los alrededores de la puerta de ese espacio había familiares de Cecchini y otras víctimas además de algunos pocos allegados a "Teletubi". Faltaba que llegara el preso para que luego ingresaran los jueces José Luis Suárez, Carlos Leiva y Juan José Alarcón, que iban a homologar el acuerdo.
Pero entonces, a las 14.15 se notificó a los presentes que la audiencia pasaba a las 17.30 y de la sala 4 a la 10. Quizás por entonces ya se sabía que "Teletubi" había escapado. Por eso, cuando a la hora de la nueva convocatoria la gente regresó a la sala de audiencias sus caras no eran las mismas. Se les anunció que el trámite se posponía para el lunes y eso los llevó a pensar lo que ya muchos sabían a ciencia cierta. El preso no estaba.
“Si esto pasa aquí, qué queda para nosotros”
Junto a Ariel “Teletubi” Acosta, el juicio abreviado a cerrarse el viernes iba a alcanzar a Brian Ismael “Pocha” Sánchez, un muchacho acusado de haber participado del crimen del quiosquero Sergio Cecchini pero también de otros asesinatos cometidos en la zona del Parque del Mercado, donde ambos eran parte de la estructura delictiva que lideraban René “El brujo” Ungaro, Carlos Jesús “Pelo Duro” Fernández y Lautaro “Lamparita” Funes.
Entre esos crímenes está el de Walter Daniel Mena, un joven que residía en Laferrere al 4600 (Grandoli a la misma altura) y que fue asesinado a balazos desde un auto en Mitre y Montevideo la madrugada del 2 de octubre de 2016. Por ese motivo, familiares de Mena estaban en el Centro de Justicia Penal al momento en que “Teletubi” se escapó.
En diálogo con El Tres, el papá de Mena contó que cuando les avisaron que la audiencia pasaba de las 14 a las 17.30 vieron que los abogados de los acusados hablaban con la fiscal Marisol Fabbro y que tras ello los letrados dejaron el edificio. Entonces se fueron a la esquina “a esperar y tomar un café”. Pero enseguida vieron “movimiento de policías por todos lados, subidos a los techos, un revuelo bárbaro. Enseguida pensé que se les había escapado el preso”, dijo el hombre.
Mena padre comentó que volvió al CJP y habló con un funcionario judicial. “Un jovencito que podría ser asistente de la fiscal. Le pregunté por qué se demoraba todo, por qué se cambiaba de sala y el tiempo pasaba sin respuestas. Él no me respondía nada, entonces le dije: a ustedes se le escaparon los presos. Y él se puso rojo como una remolacha...no sabía qué responder”. Y agregó: “Imaginese cómo me siento. Si esto pasó aquí, con la custodia que hay, delante de los propios jueces, qué queda para los que estamos en la calle”.