Doce personas que fueron detenidas una semana atrás como integrantes de una banda liderada por Ariel Máximo “Viejo” Cantero y su pareja, Rosa Bibiana “Bibi” Montero, fueron imputadas en una audiencia que se prolongó durante dos jornadas como integrantes de una subestructura de la asociación ilícita en la que cada uno cumplía roles diferenciados. Los fiscales Valeria Haurigot (Unidad de Balaceras) y Franco Carbone (Flagrancia) sostuvieron que junto al Viejo y su pareja la conducción de la banda recaía en Nelson “Pandu” Aguirre y el bufetero Marcos Vega. En tanto Romina Berón (ex pareja de Aguirre) y Nazareno “Anteojito” Gauna (organizador de los tiratiros) fueron reimputados como “jefes” mientras Tamara Josefa “Tamy” M. quedó acusada por asociación Ilícita agravada por la participación de menores de edad. Para los pesquisas su hermano, apodado “Pochito” y actualmente prófugo, es otro de los jefes de la célula criminal desarticulada el pasado 7 de diciembre. Los restantes diez detenidos ese día quedaron acusados como miembros de la asociación ilícita y la jueza de garantías Valeria Pedrana dictó para 11 de ellos la prisión preventiva por el plazo de ley, es decir al menos dos años. Sólo la pareja de Tamy M. estará 120 días en prisión preventiva por el delito de tenencia de armas.
En mayo pasado el Viejo Cantero y otras 25 personas fueron acusadas por los fiscales Haurigot y Carbone en el Centro de Justicia Penal por integrar una asociación ilícita que “procuró dominar sectores y barrios de Rosario y excluir a bandas antagónicas con el fin de obtener beneficios económicos”. Para concretar sus objetivos, según la teoría fiscal, sus miembros cometieron delitos como extorsiones, amenazas, lesiones, encubrimientos, abuso de armas y venta de drogas. Y manifestaron que la organización bajo la lupa funcionó desde los primeros días de noviembre de 2021 hasta el 27 de abril de 2022, cuando se produjeron las detenciones del Viejo y los 25 primeros acusados en la causa.
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Este martes los mismos fiscales incluyeron dentro de esta organización a otras 12 personas que fueron detenidas la semana pasada en una redada de 24 allanamientos realizados en los barrios Vía Honda, Plata, Tablada, Villa Manuelita, Villa de los Paraguayos, Villa Nueva del Abasto, Alvear, Bolatti, Bella Vista, Puente Gallegos y las localidades de Funes, Pavón Arriba y Acebal. Así ya son 40 los acusados, tres prófugos y tres adolescentes que siguen el proceso en el Juzgado de Menores en turno.
El organigrama
Según se desprende de la acusación, el organigrama de la banda tiene en el vértice de la pirámide delictiva al Viejo Cantero y a Bibi Montero. Un escalón por debajo están Pandu Aguirre, su ex pareja Romina Berón, Anteojito Gauna y Vega, quienes según los fiscales “ejercen la jefatura de sus propias células o subestructuras delictivas”.
Por fuera de ese organigrama de mando, el Viejo y Bibi tienen gente de confianza que dependen exclusivamente de ellos como es el caso de Sofia Juana H., quien “se encarga de recaudar personal y regularmente el dinero que estos últimos cobran a las personas que se encuentran por debajo de la estructura delictiva en concepto de «zona». Es decir, habilitar un territorio determinado para que puedan realizar sin restricciones sus actividades delictivas”.
Pandu Aguirre, condenado a 16 años de prisión como autor del asesinato del albañil Javier Barquilla en 2015, es jefe de una célula con “mucha influencia” en los barrios Triángulo, Vía Honda y en el sudoeste de la ciudad. Ese grupo está integrado al menos por 17 personas y a su vez, Pandu es “el nexo” con otra célula liderada por Tamy M.
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La dupla conformada por Romi Berón y Anteojito Gauna ejerce la “jefatura” de una célula cuya influencia está dada en los barrios Triángulo Moderno y la Vía Honda y está compuesta por al menos una decena de personas entre quienes aparecen sus hermanos, el apodado “Witity”, “Jesi”, “Toli”, Mario Roberto P. y Mario Julián “Nicky” R., quien según la acusación, respondía a las órdenes de Anteojito y en su casa resguardaba armas y municiones. Mientras que Tamy M. lidera una subestructura con epicentro en el barrio Plata y está conformada por al menos media docena de personas.
El vínculo entre Pandu, el Viejo y Bibi se establecía a través de Vega, un hombre oriundo de Villa Constitución y bufetero del club Pescadores del Mangrullo ubicado en la ribera sur de Rosario, una institución de la que dicen se apoderaron tiempo atrás secuaces de Los Monos. A su vez, Vega cuenta con un un grupo de gente “que le responde directamente a él” y que actúa en el centro de Rosario y en Villa Constitución. En ese grupo está, según los fiscales, Leonardo Pucheta, acusado por administración fraudulenta por el manejo de cajas de alimentos que reparte la Municipalidad de Rosario y fueron halladas en el allanamiento a la casa de Cantero de Avellaneda al 4500, donde funcionaba un comedor comunitario.
Juego de roles
Para los fiscales Haurigot y Carbone, los doce acusados en la audiencia tenían roles bien marcados. Sofía H. era quien cobraba el alquiler de las zonas y respondía directamente al Viejo y a Bibi. Leandro Fabián “Toli” B. aportaba armas y motos a la célula comandada por Gauna. Sabrina A., por su parte, era una de las encargadas de atender de manera personal y regular uno de los puntos de venta de drogas regenteados por Romina Berón y el propio Anteojito. También supervisaba el fraccionamiento de la droga y la posterior venta, y los pagos a quienes ejercían el rol de soldaditos. Mario Roberto P., hermano de Romina Berón, quien indicó que no le interesaba participar de la audiencia, fue señalado como encargado de robar motos para la organización.
Tamara “Tamy” M. era “jefa o líder” de una subestructura propia que se dedicaba a la venta de drogas y disponía de armas de fuego para los soldaditos que protegían los puntos de venta. También gestionaba donde se guardaban las armas y la droga y a quién se las debían entregar. Compraba motos con pedido pedido de secuestro y las colocaba dentro de la banda. La joven también se dedicaba a la usurpación de casas en el barrio Plata.
Uriel Alejandro R., pareja de Tamy y detenido en la cárcel de Coronda en el mismo pabellón que Pandu, era el nexo entre su compañera y Aguirre para la compra de droga. Para la acusación, Mónica V., vecina de Tamy, era la encargada de vigilar y custodiar el punto de venta de ésta cuando ella no estaba y también guardaba en su domicilio armas, municiones y drogas.
Ana Clara “Priscila” V. y Eric F. participaron en delitos contra la propiedad cuyo fin fue la obtención de motos, utilizando para ello armas de fuego aportadas por Pochito M. y una vez obtenidos esos rodados eran incorporados al patrimonio de la banda. Según la acusación Jonatan “Boti” A. vendía droga por orden de Tamy y resguardaba las motos robadas por la banda. Por su parte, a Rodrigo R. y su pareja, Sofia H., se les atribuyó tener sin la debida autorización dos armas de fuego al momento de ser allanado uno de los domicilios en el que se los buscaba el 7 de diciembre pasado: un revólver calibre 22 corto en calle Rondeau al 1900 y una pistola calibre 9 milímetros en calle Sáenz Peña al 1600, ambos domicilios de Funes.
A la hora de resolver las medidas cautelares, la jueza Pedrana aceptó la acusación y dispuso la prisión preventiva por el plazo de ley para Uriel Alejandro R., Eric Adrián F., Mario Alberto P., Leandro Fabián B., Mario Julián R., Jonatan Ezequiel A., Sofía Juana H., Tamara Josefa M., Ana Clara V., Sabrina Elizabeth A. y Mónica Beatriz V. En tanto que para Rodrigo R., pareja de Sofia Juana H., la jueza dispuso prisión preventiva por 120 días.