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Nora Dalmasso: Empresaria, de 51 años. Vivía con su familia en el barrio privado
Villa Golf, en Río Cuarto. Se le adjudicaban relaciones extramatrimoniales. Fue encontrada el 26 de
noviembre de 2006 estrangulada y semidesnuda en el cuarto de su hija. Testigos dicen que antes de
ser asesinada, pasó a buscar a un conocido por una fiesta.
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Marcelo Macarrón: Médico traumatólogo, de 60 años. Esposo de la víctima. Se
encontraba en Punta del Este jugando un torneo de golf mientras su esposa era asesinada. Dice que
no quiere "juzgar" la vida privada de Nora y que no tiene "nada que ocultar".
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Facundo Macarrón: Estudiante, de 20 años. Hijo de la víctima. Declaró que la noche
en que su madre era asesinada, él fue a una cena en el Rotary Club de la capital cordobesa. Estrá
imputado en el caso. Luego, su tía salió a decir que Nora "ya conocía su elección sexual".
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Rafael Magnasco: Ex asesor de la Secretaría de Seguridad provincial, de 42 años.
Quedó como primer imputado en el caso luego de que se presentara voluntariamente a la Justicia.
Niega haber sido amante de Dalmasso, pese a los rumores. Cuando se enteró de que el homicida podría
ser estéril, se hizo un estudio de fertilidad y lo presentó a los fiscales del caso.
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Guillermo Albarracín: Contador, amigo de Macarrón y confeso amante de Nora. Estaba
con el traumatólogo en Punta del Este en el momento del crimen. Pero como sus comprometedores
mensajes de texto estaban en el celular de la víctima, decidió confesar su relación con ella.
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Gastón Zárate: Pintor y albañil, de 28 años. Trabajó en la casa de Dalmasso. Fue
incriminado en la causa por un amigo, pero luego éste reconoció que había sido intimidado para
hacerlo. Una multitud marchó por las calles de Río Cuarto para pedir su liberación, en el llamado
"Perejilazo".
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Carlos Curiotti: Un muchacho de 20 años que sufre problemas mentales. Incriminó a
Zárate en el homicidio, pero luego confesó que tres policías lo presionaron para hacerlo.
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Javier Di Santo: Fiscal de Río Cuarto. Principal investigador del caso. Al
principio, integraba un equipo más amplio de personas que llevaban adelante las pesquisas, pero
luego -cuando Darío Vezzaro fue nombrado fiscal general de la provincia- quedó como único
responsable del expediente.
Las Claves
Autopsia. Nora Dalmasso murió estrangulada por presión dactilar en el cuello. Si
bien la primera hipótesis que se manejaba era la de un crimen pasional luego de un ataque sexual
por que tenía el cinturón de una bata en torno al cuello, no fue eso lo que provocó su muerte.
Sexo. La muerte no se produjo a raíz de una práctica de sexo extremo, aunque está
comprobado que la víctima mantuvo relaciones antes de morir pero consentidas.
Huellas. En la escena del crimen no se encontraron huellas dactilares, ya que
todas ellas fueron borradas, "probablemente" con una toalla. También se encontraron restos de piel
en el cadáver y en el lazo de la bata de Nora Dalmasso.
Imputados. Hubo tres: uno de ellos, Rafael Magnasco, nunca tuvo problemas en
someterse a una prueba de ADN, inclusive fue a realizarse el estudio por su propia voluntad. Meses
después fue desincriminado. El otro, Gastón Zárate, fue incriminado por un joven que dice haber
sido presionado por la policía para hacerlo, estuvo detenido y un día después quedó libre, lego de
que los vecinos de la zona salieran a marchar por su liberación en el denominado "perejilazo".
Ahora, se suma Facundo Macarrón, nada menos que el hijo de la víctima.
Coartadas. El marido de Nora estaba en Punta del Este en el momento del crimen,
junto a un hombre que luego confesó haber sido amante de la víctima. La hija de Nora estaba en
Estados Unidos. Su hijo dice haber estado en Córdoba capital en donde estudia abogacía, alegó que
esa noche asistió a una cena en el Rotary Club pero uno de sus amigos no corrobora su coartada.
Versiones. Según un testimonio anónimo, Dalmasso pasó por una fiesta de cumpleaños
a buscar a un "conocido", antes de ser asesinada. Otros testigos dicen que vieron a un hombre subir
al coche de Nora, la noche del crimen.
El hallazgo del cuerpo de Nora
Dalmasso fue hallada asesinada la tarde del domingo 26 de noviembre del 2006 desnuda en el
dormitorio de su hija. A su lado, en una mesa de luz, encontraron un frasco con vaselina, en su
casona del barrio Villa Golf ubicada en la calle 5 número 627, en Río Cuarto, a 230 kilómetros al
Sur de la capital provincial.
El cadáver fue encontrado por un vecino, al que un familiar le solicitó el favor de ir a ver
si le pasaba algo a la mujer, pues la habían llamado por teléfono el sábado y el domingo últimos y
no habían recibido respuesta.
La última vez que se la vió con vida fue el sábado a la madrugada, cuando regresó de
compartir una cena con amigas, en otra casa de la villa. Precisamente, los especialistas forenses
que actúan en el caso estimaron que la muerte se habría producido en la madrugada de ese día.
La mujer estaba sola en el domicilio familiar por ausencia de sus dos hijos, y de su esposo,
que había viajado a la ciudad uruguaya de Punta del Este para participar de un torneo de golf, que
terminó ganando. Según el resultado de la autopsia, el asesino dejó marcas de sus dedos en el
cuello de la mujer, a quien asfixió por compresión manual además de haberla estrangulado con el
lazo de su bata.
En razón de ello, las autoridades judiciales descartaron la posibilidad de un juego sexual
que terminó en accidente -hipoxifilia- y afirmaron que la muerte se debió a un homicidio.