Angel Ariel Petaco Arocha, de 24 años, fue absuelto de culpa y cargo por el juez de Sentencia Carlos Carbone en la causa que se abrió con el asesinato de Leandro El bebe Barrios, el 14 de junio de 2009 en Garibaldi y Esmeralda. Arocha, quien fue detenido en Paraguay y extraditado un año y medio después del crimen, había sido acusado por homicidio calificado agravado por el uso de arma de fuego. La fiscal Adriana Camporini había requerido 13 años de prisión y la querella una condena de 25 años. La sentencia aún no está firme y hasta que eso ocurra Arocha fue excarcelado tras pagar una fianza de 50 mil pesos.
Leandro Gonzalo El bebe Barrios tenía 21 años cuando fue asesinado. Era el tercer hijo de una familia de cinco hermanos que la madrugada del 14 de junio de 2009, cuando regresaba de bailar, fue atacado a balazos desde una moto frente a su casa. Uno de los disparos calibre 9 milímetros le atravesó el hombro, el cuello y le lesionó la arteria carótida y el esófago. Lo internaron en el Hospital de Emergenicas y murió tres días después. En una entrevista publicada por La Capital el 15 de noviembre de aquel año, Stella y Ramón, los padres de El bebe acusaron públicamente a Petaco Arocha.
Dos meses después del asesinato de El bebe, Miguel Angel Arocha, de 45 años, intervino en una pelea donde su hijo Petaco estaba siendo golpeado a metros de su casa, en Uriburu y pasaje Médici, y recibió un balazo que le atravesó el abdomen. Agonizó 24 horas y murió.
Desde ese momento el paradero de Petaco fue una incógnita. La policía lo rastreó por las llamadas telefónicas en las que el muchacho hablaba en guaraní, lengua natal de su madre paraguaya. Entonces se determinó que el muchacho usaba el apellido de su madre, que había cambiado dos números del DNI y que cumplía arresto domiciliario en Paraguay desde el 22 de diciembre de 2009 por robo. El 28 de diciembre de ese año lo capturó Interpol.
Tras un juicio de extradición fue enviado a la Argentina en diciembre de 2010 y quedó a disposición del entonces juez de Instrucción Jorge Baclini, quien dos semanas más tarde lo procesó por homicidio agravado por el uso de arma de fuego y elevó la causa a juicio escrito.
Enemistad. De acuerdo a lo que se lee en el fallo absolutorio, el juez Carbone tuvo que valorar entre testimonios de familiares y amigos de Barrios y Arocha. Los primeros indicaron que los muchachos tenían una enemistad manifiesta a partir de un problema "de polleras" y que por dichos de terceros sabían que Petaco había sido autor de los disparos. También que el acusado había amenazado a El bebe la noche anterior al crimen.
Entre esos testimonios sobresalieron dos personas que vieron el hecho: un amigo de Barrios y un vecino. Ante los ojos del magistrado incurrieron en contradicciones respecto a la moto en que se conducía el tirador, cómo estaba vestido y en que lugar del rodado iba ubicado. Uno dijo que el agresor era Arocha y el otro no pudo identificarlo. "Estas contradicciones son insalvables en la construcción de la prueba de cargo que debe ser lógica y evidente", escribió el juez. Y agregó: "No puede ser levantada la duda, ni siquiera en la acreditación del estado de malestar o enemistad entre la víctima y el inculpado".
Bien contrapuestos fueron los testigos que aportó la defensa de Arocha, quienes apuntalaron la coartada del acusado. Básicamente hubo seis testimonios, entre los que estaba el de la propia madre de Petaco, que indicaron que a la hora de la agresión contra Barrios (las 5 de la mañana del 14 de junio de 2009) el supuesto agresor estaba en su casa cuidando a su pequeña hija enferma.
Yo no fui. En una ampliación de su indagatoria Arocha dijo: "Soy inocente. No lo maté y si supiera quien lo hizo, lo diría. Ya hace mucho tiempo que estoy detenido de onda, como decimos en el pabellón. Me fui a Paraguay por miedo". Y agregó: "Barrios en la zona tenía mala fama. Hasta donde yo sé tenía antecedentes y estuvo preso. Nunca escuché nada bueno de él. Sé que estuvo preso y que vivía drogado. Que molestaba a los vecinos y tenía problemas con mucha gente. Se la pasó preso y anduvo por todas las comisarías", reproduce el dictamen. Con respecto a la supuesta enemistad con Barrios, Arocha dijo que se sintió amenazado e intimidado por El bebe y su gente.
Los pedidos. Al requerir una condena de 13 años de prisión para Arocha, la fiscal Adriana Camporini hizo hincapié en la fuga del acusado a Paraguay. "De haber sido Arocha inocente, ¿cómo se explica que desapareciera inmediatamente de su domicilio y se refugiara en Paraguay, lugar en el que fue detenido y del que fuera extraditado un año y medio después del homicidio?", se preguntó la fiscal. Y al referirse al miedo expuesto por Arocha en su declaración indicó: "Esto resulta contradictorio, dado que la fuga exacerbaba los ánimos y propiciaba la idea de una agresión hacia su familia con mucha mayor posibilidad que si hubiera sido detenido. Si tantos testigos aportó para tratar de acreditar que esa noche estuvo en su casa mucho más razonable hubiera sido presentarlos de inmediato y hacer frente a las supuestas acusaciones", argumentó la fiscal.
Guillermo Muratti, representante de la familia Barrios, pidió por su parte 25 años de prisión para Arocha y argumentó: "Nos encontramos frente a una persona que analizó la forma en cómo asesinaría a su víctima. Estudiando el momento y lugar oportuno para que no pueda tener la mínima posibilidad de defenderse. Contando no sólo con testigos que avalan la conducta anterior, sino con testigos presenciales de la amenaza llevada a cabo por Arocha". Y cargó contra los testigos que avalaron el accionar del acusado.
La defensa de Arocha, quien tenía un antecedente como menor y ninguno como mayor en Rosario al momento de ser acusado del asesinato, indicó que "no existe ninguna prueba que incrimine a nuestro cliente". Los abogados María Laura Sonnet y Marcelo Folch calificaron como "mezquinas, escuetas e infundadas las conclusiones de la fiscalía y la querella". Y así el juez de Sentencia Carbone absolvió a Petaco Arocha por el delito de homicidio calificado agravado por el uso de arma de fuego y ordenó que espere en libertad que la sentencia quede firme.
Un baldazo de agua fría
“La verdad es que la noticia de la absolución nos cayó como un baldazo de agua fría. Vamos a apelar, como también lo hizo la fiscal, tengo entendido. No podemos entender cómo, después del esfuerzo que hizo el juez Jorge Baclini para investigar y lograr la extradición, que creo es la primera desde un país vecino como Paraguay, este juez (por Carlos Carbone) no haya visto lo mismo. Esto nos hizo pedazos”, indicó ayer José Ramón Barrios, el padre de El Bebe.
Un año atrás, cuando Angel Ariel Petaco Arocha era extraditado, José Ramón Barrios había dicho: “El que mató a mi hijo lo vino a esperar a la hora que él venía del baile. Eran las 4.30 de la madrugada. Esa hora no se me va más de la cabeza. Desde que lo mataron a El Bebe, a esa hora me despierto y ya no me puedo volver a dormir”.