El jueves 18 de julio de 2019 cerca de la medianoche Joel Bello, de 19 años, iba junto a su novia Celene a bordo de una Honda Wave negra. Al cruzar el puente de avenida Sorrento, a la altura de Cullen, otro joven le arrojó un piedrazo que le perforó el casco y literalmente le partió el cráneo. El ladrón se subió a la motó y huyó. Joel agonizó tres días en el Hospital Eva Perón con un cuadro de muerte cerebral y falleció. Esa misma semana Ezequiel Z., de 20 años, chocó en Catamarca e Italia, en la misma moto que le robaron a Joel, y quedó internado en el Heca. Al tener la misma moto quedó implicado en el robo y la muerte pero sostuvo que no estaba solo ese día y que su acompañante fue quien arrojó la piedra mortal. La semana pasada se llevó a cabo una rueda de reconocimiento en la que Celene reconoció a Ezequiel como único agresor. Así la carátula de encubrimiento, que le atribuía solo tener una moto robada, pasó a homicidio.
"Pensé que podía desmayarme, pero esa cara me va a acompañar el resto de mi vida. Pude hacerlo, reconocí al que mató a Joel", dijo Selene a Jorgelina, la madre de Joel, el día de la ronda de reconocimiento.
Una vez que Ezequiel Z. fue capturado se le imputó el hecho y permaneció en la unidad penitenciaria de Piñero. El caso lo tomó el estudio de Luis Rossini. Jorgelina contó que el acusado podía quedar libre si Celene no lo identificaba. "Ella estaba muy nerviosa pero no dudó, era él, la persona que mató a mi hijo", sostuvo angustiada.
La familia vive en un barrio tranquilo de zona oeste, cerca de la casa del presunto asesino de su hijo, pero en al entrevista con La Capital con pide no exponer a su familia y mantener reserva del barrio. "Tengo otros hijos y no sé que puede pasar", dijo.
La vida de Joel hasta esa noche era la de un chico con ganas de crecer y progresar. "Con Celene estaban todo el día juntos. Iban a buscar a mi hijo de cinco años al jardín de infantes, salían a todos lados juntos, realmente se amaban. Hoy a mi me cuesta el día a día, el tener esa ausencia. Era un chico alegre y con muchos proyectos", recuerda su madre.
Los tres días que Joel agonizó se tomó la decisión de desconectarlo del respirador artificial para así donar sus órganos. "Fueron días muy duros, difíciles y dolorosos. Una vez que se hicieron las ablaciones fue una satisfacción familiar que mi hijo pudiera ayudar a otros. En realidad fue lo que hizo siempre. Me llamaron de la "Fundación Favaloro" y me contaron que el corazón fue a una chica de 19 años. Y las córneas, los riñones y otros órganos también ayudaron a otras vidas".
Joel abandonó su escuela secundaria en tercer año y la idea era retomar otro tipo de estudios. "Su tío se había jubilado en la Prefectura y lo entusiasmó para que fuera a la escuela de Marina. Ya habíamos armado todo el plan familiar para que él pudiera cursar. Yo trabajo como gastronómica y cambiaba mi turno así él iba a la escuela", contó Jorgelina.
Ya transcurrió un año y medio desde la noche en la que le avisaron a Jorgelina del robo y de la posterior muerte de su hijo. "El muchacho que mató a Joel nos quitó todo. El paso judicial del reconocimiento fue muy importante. Celene estaba nerviosa pero muy segura. Estaba sólo y ella me dijo que esa cara la iba a seguir toda su vida. Le pusieron cuatro personas pero ella lo vio y lo marcó. No dudó", dijo Jorgelina y agregó que "Si ella no lo hubiera reconocido tal vez por encubrimiento salía libre".
Meses muy duros
Jorgelina sabe que Ezequiel Z. vivía junto a su familia a pocas cuadras de su casa y del puente en el que agredió a Joel y Celene. "Me hubiera gustado verle la cara. Estos meses fueron muy duros y Celene estuvo al lado nuestro. Me refugié en mi familia y entre todos salimos adelante. Si me preguntan que sentencia y pena quiero es la de cadena perpetua. El abogado me dijo que es probable que sea esa la condena".
Dos días después del robo, efectivos de la ex Policía de Investigaciones (PDI) arrestaron a Ezequiel Z.. El sospechoso circulaba junto a una adolescente de 14 años, en la Honda Wave 110 de Joel e impactó contra un automóvil Audi y fue trasladado al Heca con traumatismo de cráneo y fractura en el brazo derecho.
Una serie de preguntas y el agravante de la posesión de la moto terminó en que el fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos Miguel Moreno ordenó que quedara detenido con custodia permanente y luego fue trasladado a la cárcel de Piñero. "Celene estaba feliz, «pude», me dijo mientras lloraba. Todos llorábamos hasta Luis Rossini, el abogado que está llevando el caso", dijo Jorgelina emocionada.