Jugar al fútbol, destacarse e ir a Europa. Un pensamiento muy común entre los jóvenes que a apuestan a la carrera futbolística y sabiendo que para lograr un rédito económico más importante hay (o había) que ir al Viejo Continente. Incluso para jugar no en primera división sino en otras categorías menores. No siempre los sueños se hacen realidad y si no que lo cuenten los doce muchachos que llegaron a Portugal hace ocho meses y hoy están viviendo una película muy diferente a la que le habían contado. Porque chocaron con una realidad y fueron defraudados en todo sentido por un empresario que los llenó de promesas. Y encima están atravesados por la pandemia del coronavirus, que hace todo más complejo. "Vinimos a Portugal a buscar un futuro para nosotros y nuestras familias, pero hasta ahora no recibimos un mango", contó en el preámbulo de la charla con La Capital Nahuel Machado, el más joven del grupo de futbolistas que espera ansioso que llegue en algún momento una respuesta a tamaña incertidumbre.
La historia es otra más de las tantas que hubo a lo largo del tiempo dentro del fútbol y que se siguen repitiendo total "nada pasa". Pero que en esta época de pandemia se agrava sobremanera por la falta de ingresos y hasta la imposibilidad de buscar recursos con otro trabajo. Por ese camino transitaron y varios de ellos caminan hoy los doce que quedaron a la espera de respuestas satisfactorias que no llegan.
En agosto del año pasado dieciocho jugadores de distintos clubes llegaron con el bolso plagado de ilusiones a Portugal. El destino fue Oliveirense, pero ahí comenzaron los inconvenientes y terminaron yendo a préstamo a Grupo Deportivo Mirandes, de la cuarta división. "Somos jugadores de Oliveirense, pero estamos a préstamo en Mirandes. Llegamos en agosto y no recibimos un mango. Estamos viendo cómo se arregla el tema porque somos doce argentinos que estamos sufriendo todo esto. Eramos 18 y algunos se fueron porque la situación no es buena", relató Nahuel, lateral derecho surgido de las divisiones inferiores de Estudiantes (LP).
"Nos bancamos entre nosotros hasta ver cómo se soluciona todo esto. Desde que llegamos incluso estuvimos seis meses sin jugar", expresó el joven de 19 años y que cumplirá 20 el 18 de este mes. Que, a la vez, aclaró que "Mirandes nos da todo, casa y comida y alguna otra necesidad que tengamos. Siempre estuvo al pie del cañón, no dejó de participar nunca. No nos hace faltar nada. El acuerdo era que nos tenía que bancar casa y comida, pero el empresario Sebastián Diericx se iba a encargar de pagarnos el sueldo. Pero no cumplió nada y Mirandes no nos quiere perder, ya que pretende que el equipo ascienda y la gente está encantada con nosotros".
Nos bancamos entre nosotros hasta ver cómo se soluciona todo esto. Desde que llegamos incluso estuvimos seis meses sin jugar"
La situación no es grata. De los dieciocho que habían viajado en un comienzo con la esperanza de conseguir un futuro en el fútbol hoy quedan doce. Todos viven en una casa en un pueblo llamado Miranda do Duero, de 7.500 habitantes. Y ahí, todos juntos, tienen que afrontar la cuarentena por el coronavirus y si alguno quisiera regresar a Argentina no lo puede hacer. Así, en una historia que se repite, un empresario los tiene a la deriva, de acuerdo a lo que relataron.
"El empresario nos viene diciendo que todo se está por arreglar, pero ya pasaron muchos meses y no cobramos nunca. Por eso desde la asociación de futbolistas (una especie de Agremiados de Argentina) van a hacer lo posible para asentar nuestros contratos como que tenemos trabajo", se esperanzó Machado.
La cuestión es que incluso no pudieron jugar por varios meses desde que llegaron por estar inhabilitados y recién lo hicieron este año, hasta que la pandemia arrasó al mundo. En el medio de todo esto y con el fin de conseguir algunos euros para subsistir varios de los futbolistas salieron a trabajar. "Cinco lo hicimos en un restorán por cerca de tres meses. Pero nosotros vinimos a jugar al fútbol, esa era la idea".
A pesar de su juventud su pensamiento es claro y apostó fuerte por esta carrera, aunque no todo transita por el camino que lo ilusionó. "Se nos dio esto de Portugal y soy de los más chicos, pero todo esto no me pegó fuerte como a otros que se fueron. Me quedé a pelearla a pesar de no recibir un euro. Hay una familia para ayudar y por eso nos vinimos", concluyó.