Hasta hace poco no había reportes científicos que ameritaran preocupación por el humo del cigarrillo como vehículo de transmisión del Covid-19. Pero eso cambió tanto como las mutaciones de las cepas del coronavirus. "El virus viaja en el humo del cigarrillo, incluso algunos estudios en España señalan que lo hace aun más lejos que las partículas de saliva, por lo que está la intención en Europa de prohibir fumar en espacios públicos", dice a La Capital el neumonólogo Daniel Buljubasich, ex presidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.
Frente a esta nueva y mala noticia, cabe tener en cuenta que desde este martes el municipio inscribe a otro curso gratuito para dejar de fumar, toda una posibilidad para dejar de ser grupo de riesgo en esta pandemia, al menos por culpa del pucho.
Buljubasich señala otro riesgo individual y colectivo a tener en cuenta al momento de fumar: "El fumador se retira el barbijo al fumar, sea en el ambiente que sea entonces se pierde otro elemento de protección".
La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) asegura que existe evidencia sobre la transmisión del SARS-CoV-2 por medio de aerosoles como forma predominante de contagio. Y entiende que estos aerosoles se producen al respirar y al hablar, pero aún con más carga cuando se exhala aire al gritar, cantar y fumar. Por eso la SemFYC manifiesta su preocupación por el riesgo que supone para la trasmisión del virus, el permitir fumar y vapear (cigarrillo electrónico) al aire libre.
"Esta asociación dice incluso que el humo del cigarrillo puede llevar el virus hasta 8 metros, es un tema controvertido, pero para mí tiene lógica según ciertas condiciones ambientales. No lo descartaría", reafirma Buljubasich, dejando en claro que la mayor carga de evidencia de contagios se produce en sitios cerrados, pero no puede asegurarse que esta transmisión no se realice también en espacios abiertos, con las consecuencias que ello conlleva, principalmente para ciertos grupos de población especialmente vulnerable, como ancianos, enfermos o embarazadas.
La asociación española agrega que el consumo de tabaco o cigarrillos electrónicos, a la ausencia de mascarilla se suma el gesto reiterado de llevarse la mano a la boca (un fumador de una cajetilla de cigarrillos lo hace más de 300 veces al día). Incluso señala la asociación a partir de recientes estudios que la infección por Covid-19 es cinco veces más probable en jóvenes que habían usado cigarrillos electrónicos previamente y que esa probabilidad crecía hasta casi siete veces más si en ese mismo periodo habían fumado también tabaco normal.
Más allá de estos recientes estudios, los investigadores recuerdan que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya había dejado en claro el año pasado que el Covid-19 "ataca principalmente a los pulmones" y que "el tabaquismo deteriora la función pulmonar, lo que dificulta que el cuerpo luche contra ésta y otras enfermedades infecciosas".
Más cursos y gratuitos
Ante la evidencia de que el humo del cigarrillo transmite el virus, nunca más oportuno el curso para dejar de fumar del municipio. Este año se redobló la apuesta con la frecuencia: antes se brindaban 3 cursos al año, ahora se dicta uno virtual por mes. Y este martes comienza una nueva inscripción para decirle chau al pucho.
La neumonóloga del equipo, Mónica Cuello, resaltó en diálogo con este diario que las enfermedades tabacodependientes como la pulmonar obstructiva crónica (Epoc) "aumentan el riesgo de contraer el virus Covid y si se es fumador se tiene un peor pronóstico. Por eso es importantísimo intentar dejar el cigarrillo y mantener los ambientes más libres de humo ya que estamos más encerrados: hay que evitar la irritación de vías aéreas".
Los cursos del municipio se organizan en seis encuentros grupales de dos horas (lunes y jueves de 19 a 21) que incluyen entrevistas individuales y seguimiento interdisciplinario por un año a cada participante, "haya logrado dejar o no de fumar", aclara la psicóloga Alejadra Rigalli, parte del equipo que brinda los cursos virtuales.
Rigalli dice que el paradigma de los cursos no se solventa en el miedo o el temor porque la experiencia les ha demostrado que "por miedo las conductas se cambian en un corto plazo". Estos cursos, en cambio, apuntan a salir del grupo de riesgo, a respirar y alimentarse mejor, a poder relajarse y encontrar beneficios inmediatos en el aliento, en la piel y en el pelo, entre otras ventajas saludables.
"Los estándares mundiales demuestran que con este tipo de cursos un 40 % de los fumadores abandonan la adicción, así que estamos bien porque nuestros registros marcan un porcentaje de 42 por ciento: el último curso lo finalizaron con asistencia completa 185 personas y esperamos repetir esta vez la experiencia", dice Rigalli, quien apunta que la inscripción se puede hacer a través de la web del municipio.
La inscripción de este tercer curso se extenderá hasta el 30 de junio próximo. La primera charla será el 1º de julio a las 19. El curso, de todos modos, comienza el 12 de julio, de 19 a 21.
La directora del área de Promoción y Cuidado de la Salud Colectiva del municipio, Laura Giorgiani, remarca que estos cursos se vienen brindando desde 2004, enfocados en tres ejes: cesación tabáquica a través de los cursos, prevención en escuelas y espacios abiertos y protección de los no fumadores al aire puro (limitando los espacios cerrados y alentando los ambientes libres de uso de tabaco). "Trabajamos de manera interdisciplinaria con grupos mixtos de psicólogos, neumonólogos, enfermeros, comunicadores, educadores y nutricionistas. Es un trabajo colectivo incluso con quienes no logran el objetivo de dejar de fumar".