La pasás mal. Es difícil para alguien como yo, quien jugó en todos los equipos en los que estuvo, que se entrene sabiendo que el fin de semana no juega.
¿No aguantás más estar así?
No aguanto más, pero no me queda otra. Encima todo te da más impotencia porque la situación no depende de mí. Hay que esperar y confiar en las personas que están llevando adelante mi situación. Igual, me levanto todos los días con la esperanza de que esta pesadilla alguna vez se terminará. Mi cabeza hoy está puesta ahí para proyectar mi regreso. Si no pensara así sería terrible mi vida.
¿Llegaste a deprimirte en algún momento?
Sí, claro. Tengo mis momentos de bajón. Me pegó mucho lo de la sanción. A veces me levanto y pienso que todo lo que estoy viviendo es mentira, que forma parte de un sueño.
¿Qué pasa cuando volvés a la realidad?
Y me choco con esa realidad y veo que no es una joda. Que desgraciadamente todo lo que me pasa es en serio. La suspensión complicó mucho mi vida. Mentalmente no estoy bien, la peleo, voy saliendo de a poco, pero no me resulta fácil. Recién ahora tengo el deseo de volver a jugar y tengo ganas de ir a entrenar. Pienso seguir jugando.
¿Pensaste en largar todo?
Sí, muchas veces dije hasta acá llegué y no juego más. Porque pensás que no tiene sentido seguir. Me preguntaba ¿para qué? A mi edad, con 35 años, vale la pena seguir peleándola.
¿Qué cambió para que hoy tengas ganas de seguir jugando?
Que no quiero irme con esta imagen de Central. No quiero que el hincha, que tanto cariño me dio, se acuerde de que el Chelito se fue del club por estar suspendido por dóping. Pienso en eso y ahí encuentro la motivación para dar pelea. Sé que nunca voy a volver a ser el Chelito de 2002 o 2003. Pero tampoco quiero que la gente de Central se quede con mi última imagen.
¿Te arrepentís de haberte inyectado Oxa B12, un antiinflamatorio que está entre las sustancias prohibidas?
Sé que cometí un error. ¿Pero sabés por qué no me arrepiento? Porque yo en ese momento me desvivía por jugar. Recién caí en lo que estaba pasando cuando llegó el informe y el médico (Marcos Diez) me dijo que me había dado positivo. Lo único que hice fue inyectarme para que me calmara el dolor. No tomé ninguna sustancia prohibida ni me inyecté drogas con la intención de sacar ventaja deportiva.
Es cierto que no consumiste drogas, pero te inyectaste el mismo día del partido una sustancia que está prohibida.
Eso sí. La verdad es que ese día me levanté muy mal de la cintura. Estaba doblado del dolor y quería jugar sí o sí porque era la oportunidad de mostrarme en un partido por la Copa. Era tanto el dolor que tenía que, pese a inyectarme, salí reemplazado igual en el partido.
¿Nadie del cuerpo médico o Coudet te dijo que si te aplicabas ese medicamento antes del partido, sin declararlo a tiempo en la planilla y te tocaba el dóping, te iba a dar positivo?
Prefiero guardarme lo que pasó en ese momento antes de salir a la cancha a jugar el partido. Lo único que voy a decir es que yo sabía que me arriesgaba a que me diera positivo si me tocaba el control antidóping. Pero tenía tantas ganas de jugar que no pensé en eso. No venía siendo titular y para mí ese partido por la Copa era muy importante. Son decisiones que tenés que tomar y me salió mal. Además tampoco había tiempo para informar la aplicación del Oxa B12. Eso hay que hacerlo 15 días antes y decidí asumir la responsabilidad.
¿Fue una decisión tuya o la consensuaste con Coudet y el médico Marcos Diez?
Fue una decisión que tomamos. Yo quería jugar y había que sacar el dolor. El médico informó en ese momento que me aplicaba eso, pero cuando saltó el positivo en la Conmebol ya no hubo lugar a hacer el descargo a tiempo porque es una sustancia prohibida y había que informarla 15 días antes. Al mes enviaron el informe y ahí me notificaron de la sanción.
¿El médico no te dijo que si te tocaba el control te iba a dar positivo?
Fue una decisión que tomamos todos. Pero me inyecté igual. Después creo que no se presentaron ni se hicieron algunas cosas a tiempo para evitar la suspensión por tanto tiempo. La realidad es que si se hubieran presentado los informes a la Conmebol antes, tal vez hoy yo no estaría suspendido.
¿Cuál fue tu reacción cuando te enteraste de que habías dado positivo?
No sabía lo que estaba pasando. No caía, me parecía que era mentira. Además en México y Francia me había aplicado el mismo antiinflamatorio y no había pasado nada.
¿Sabés que el día que vuelvas a jugar no faltará alguno que en la calle o en la cancha te grite drogadicto o alguna de esas cosas?
No tengo miedo de que pase eso. Estoy tranquilo porque sé lo que hice. En la cancha me van a gritar cualquier cosa y en la calle hasta ahora no me gritaron nada. Obvio que puede pasar que me griten falopero o drogadicto, pero sé bien lo que soy como persona y lo que hice. El que quiera entenderlo bien o el que no, allá él. Igual, no es lo mismo que te lo griten en la calle que en la cancha. En la cancha vale todo. Es más duro si te pasa cuando vas con tu familia o tus hijos. Igual, confío en que todavía hay gente respetuosa.
¿Hiciste terapia durante este tiempo?
Sí, hice un tiempo y dejé. Fue por este tema puntual y también por otras cosas. Me sirvió para seguir adelante, aunque dejé un tiempo y ahora la retomé.
¿Esta situación fortaleció la relación con tu familia o te creó problemas?
La fortaleció. La familia me bancó siempre.
¿Cómo le explicaste el tema a tus hijos?
Ellos son chiquitos. Mi nena no entiende nada, tiene 12 años y vive en su mundo. El nene, de 5, me preguntó varias veces por qué no jugada y le contesté la verdad: "Papá está suspendido, hay que esperar". A los chicos no hay que mentirles. Además no tengo nada que ocultarles. Ellos captan y observan todo. El nene está con la ilusión de ver al papá adentro de una cancha. También por ellos no voy a dejar. Quiero que ellos me vean jugar. Si es posible con la camiseta de Central o con la que sea. Si bien me vieron en Central, no quiero que se queden con mi última imagen.
¿Creés que el club no puso mucho empeño para defenderte y tratar de que te redujeran la sanción?
No quiero buscar culpables. Pero sí es real que no hubo comunicación y tampoco se viajó en tiempo y forma para presentar todos los informes a la Conmebol para, aunque sea, tratar de que no me suspendieran por un año. Encima se dio todo mal porque hubo un receso en el que la gente que debía revisar mi caso no estaba trabajando. Estoy convencido de que se podría haber hecho otra cosa para lograr que hoy no estuviera suspendido.
¿Tenés bronca con alguien en especial por esto que contás?
No quiero llenarme de bronca ahora. Pasó, estoy suspendido y listo. Ahora mis fuerzas deben apuntar a volver a jugar.
Te preguntaste, ¿por qué me está pasando esto a mí?
Muchas veces. Sobre todo me pregunto porqué me pasó justo en Central, con todo lo que significa este club para mí. Encima cuando volvía a jugar un partido importante por la Libertadores. Venía muy complicado con el tema de la cintura y no pensaba en otra cosa que en jugar. No podía seguir así. La gente de Central esperaba mucho de mí luego de la vuelta y no había visto nada. Por eso quise jugar ese partido sí o sí. Necesitaba demostrarles a los hinchas que estaba entero adentro de una cancha. Esa autopresión me terminó por jugar en contra. Claro que me pregunto por qué me tuvo que pasar en Central. Jugué mucho tiempo en Europa, México y nunca me pasó nada. Justo en el club que es mi casa me viene a pasar esto. En ese sentido, el fútbol está siendo injusto conmigo. Aunque si Dios lo quiso así, debo aceptarlo. Seguramente tendrá algo mejor para mí en el futuro.
Ahora que estás en la mala, ¿están todas las personas que pensaste que iban a estar para ayudarte?
Los amigos de toda la vida y la familia siempre están. Pero hubo gente de la que pensé que iba a estar con un llamado o un mensaje de texto y no estuvo. La propia consciencia se encargará de juzgarla.
¿Te referís a compañeros del ambiente del fútbol o a gente cercana a tu familia?
No hablo de la familia. Hubo personas que son cercanas que ni siquiera preguntaron "¿Che, cómo estás? ¿Necesitás algo o en qué te podemos ayudar?" La gente que yo pensé que iba a estar, estuvo. Pero, se sabe, en el fútbol cuando estás en la mala todos se olvidan. En eso es muy miserable. Sólo servís cuando las cosas te van bien. Ahí son todos amigos, todos te vienen a abrazar y te dicen "Chelito, gracias por volver, sos un grande". Ahora esa misma gente ni te llama o ni se interesa por cómo estás. Ahora sé que voy a salir adelante porque estoy fuerte de la cabeza. Ya sea jugando en Central o en otro equipo.
¿Te falló algún amigo?
Mirá, si algo me enseñó estar suspendido es a darme cuenta de que sólo servís cuando la dejás chiquita o la rompés. Esos son los amigos del campeón o del que gana.
¿Tuviste el apoyo que esperabas de los dirigentes, el hincha y los compañeros del plantel?
El grupo siempre estuvo al lado. Los chicos tampoco podían creer que me estuviera pasando esto. El cuerpo técnico de Coudet y el mundo de Central, en general, también estuvieron.
¿Pero el Chacho y la dirigencia estuvieron cómo vos esperabas?
Hoy no tengo nada que reprocharles. Prefiero mirar hacia adelante. Con la dirigencia de Central tampoco tengo mucha relación. Lo dejo a mi representante Daniel Luzzi que hable con los dirigentes.
¿Se dijo que mucho no se ocuparon de tu caso?
Te repito, prefiero mirar para adelante. Ya está. También entiendo que había que seguir. Igual pasó con los chicos del plantel, que tenían que seguir jugando todos los fines de semana. Me veían en el entrenamiento, pero ellos no podían detenerse en mi situación. Era yo el que se sentía incómodo por lo que estaba viviendo. No era por ellos. Mi cabeza maquinaba de esa manera. Estaba en el club que amo, pero no podía ayudar en nada. Si bien viajaba siempre con el equipo a todos lados, iba al vestuario y estaba con los chicos, pero la realidad es que mi aporte en la cancha era nulo.
Si el jugador suspendido hubiera sido Marco Ruben y no vos, por citar a un referente y capitán del grupo, ¿creés que el club hubiera hecho más fuerza para reducir la pena de un año?
¡Qué pregunta! Obviamente que la actitud del club hubiera diferente. Marco es el capitán, el goleador y siempre venía jugando. Es un fenómeno en todo sentido. Y yo no era titular, a veces no iba ni al banco. Pero está bien que sea así porque Marco es el jugador más importante que tiene Central. Mi presente futbolístico era otro. Estaba en un nivel bajo. No es lo mismo para el mundo de Central que Ruben dé positivo por un Oxa B12 a que el sancionado sea Delgado. Eso lo tengo muy claro.
Estás diciendo que el club se hubiera movido más rápido para evitar la sanción si el sancionado era Marco.
Claro que Central se hubiera comportado de otra manera y actuado más rápido. Es entendible eso. Igual, en mi caso no importa decir ahora "hubiera". Lamentablemente las cosas no se hicieron bien para evitar que yo fuera sancionado. No se puede volver atrás. La realidad que es si yo en ese momento la hubiera estado rompiendo como Marco, no tengo dudas de que el club hubiera movido cielo y tierra para que no me suspendieran. De hecho, si yo hubiera estado jugando todos los partidos como titular no me hubiera aplicado nada para calmar el dolor de espalda. Esperaba y sabía que en el otro partido volvía a jugar.
¿Volviste para retirarte en Central?
Vine con la idea de quedarme definitivamente en Central y vivir en Rosario.
¿Por qué la vuelta no fue como la esperabas?
Yo sabía que venía a un club en el que las presiones me iban a jugar una mala pasada y al final no me equivoqué. El hincha creyó que iba a ver al Chelito de 2002 o 2003 y estoy en otra etapa de mi vida deportiva. Siempre supe que nunca iba a ser el Chelito de esos años. No le puedo mentir al hincha y tampoco mentirme. El que pensó que cada centro que tiraba iba a ir a la cabeza de Marco, se equivocó.
¿Te abrumó la presión de cargarte el equipo al hombro?
Me mató esa presión de querer jugar todos los partidos 11 puntos o que no me podía equivocar porque era el Chelito. El hincha de Central tenía esa imagen de la etapa en la que formé una gran dupla con Lucho Figueroa. Todo eso me jugó en contra y encima me lesionaba por todo eso.
¿Físicamente viniste bien?
Vine perfecto. Además no puedo decir que me afectó la adaptación porque al club lo conozco si nací acá. Tampoco vine roto. Al contrario. Vine entero, pero me salió mal. Siempre me daba manija con eso de lo que iba a pensar la gente si las cosas no me salían. La verdad es que no fui feliz desde mi vuelta a Central. No lo disfruté ni me sentí cómodo en la cancha. Nunca pude arrancar, esa es la verdad. Cuando tenía 23 años fui feliz porque la responsabilidad no recaía sobre mis espaldas en aquel equipo
Desde hace un tiempo está instalado el tema que la dirigencia de Central evalúa seriamente rescindirte el contrato, ¿qué pensás al respecto?
A mí todavía nadie me dijo nada. Y con mi representante tampoco se comunicaron para decirle que me querían rescindir. No creo que me rescindan el contrato. No quiero pensar eso. De lo contrario no me levantaría todos los días con las ganas de seguir jugando. Pienso que voy a volver con más fuerzas que antes y que mi deseo es hacerlo en Central. Si la dirigencia piensa otra cosa o tiene otros planes, se verá. Nadie me quitará las ganas de continuar jugando al fútbol.
Siempre se habló de tu vuelta a Central. ¿Creés que regresaste en el momento justo o debiste haber regresado antes?
Volví cuando se dieron las cosas para volver. Coudet me llamó varias veces y un día me decidí, pagué lo que tenía que pagar para rescindir mi contrato en México y volví. Las cosas se dieron así. Pagué para estar de nuevo acá. Durante años se habló de mi vuelta a Central y no se dieron las condiciones. También me llamaron de Boca, River y otros equipos y tampoco dije que sí. No le echo la culpa a que volví tarde porque no creo que haya pasado eso. Lo que me cuestiono es que cuando me tocó jugar no rendí.
¿Qué le dirías al hincha que piensa que esta sanción terminó con tu carrera?
Que está equivocado. Yo quiero seguir en Central. Si los dirigentes piensan que no, me iré. No quiero que el hincha se quede con la imagen del Chelito que se fue del club por estar sancionado por dóping. Acepto todas las críticas. Por las redes sociales me ponen cualquier cosas y me las banco, pero no voy a terminar mi carrera como estoy hoy. Hay gente o periodistas que están todo el día en las redes que me dan pena por las cosas que pusieron sobre mí. Leí cosas como "el Chelito es un drogadicto o toma drogas". Hasta me mandaron mensajes privados de gente que dice ser hincha de Central y me decían "dejá de robar". La gente se olvida de lo que uno hizo o le dio a Central. Por eso quiero irme jugando y no con esta última imagen. Aunque sea con un nivel un poco mejor al que mostré hasta ahora. Igual, no le voy a dar el gusto a esa gente que piensa que me tengo que ir ahora.
¿Creés que te jugó en contra el contexto de las compañías del barrio Las Flores, donde naciste y te criaste?
No, esas cosas que se dijeron son mentiras. Sigo yendo al barrio, pero lo que realmente me pasó fue que no supe convivir ahora con las presiones de tener que hacer todo bien Central. Tengo mis mismos amigos del barrio. Es obvio que cuando estaba afuera vivía de otra manera. En Rosario tengo una vida ordenada. Si no rendí no es por estar o no en contacto con mi barrio. El motivo es que la gente de Central creyó que iba a ver al Chelito de los 23 años y eso es imposible. No me puedo hacer cargo de lo piensan o sienten los hinchas. La pura verdad es que no soy a aquel jugador.