No hace falta preguntarle al hincha canalla de quién es la frase “esto es Central?”. Todos saben que salió de la boca de Miguel Angel Russo. Cambiando la pelota por una naranja, pero manteniendo el pensamiento, Hugo “Coco” Juan volvió un día al club de sus amores. El entrenador de básquet fue el artífice del último título canalla en la Rosarina, allá por 2010, en una época con un brillo que hace rato está ausente. Tramos vagando por el ascenso, otros estancado en los últimos puestos pero, principalmente y lo más preocupante, con una base de inferiores mínima que le ofrece resistencia a una vara deportiva que, por historia, debe estar muchísimo más alta.
Ante esta situación pecaminosa, la dirigencia encabeza por Gonzalo Belloso, junto a Aldo Duboe y Lisandro Gaona del área de deportes amateur, determinaron que el momento de hacer las cosas diferentes era este. Coco Juan tomó las riendas y se hizo cargo de la coordinación de todo el básquet auriazul, masculino y femenino, además de dirigir próximamente a la primera. “Tenemos el desafío de reactivar el básquet de Central y de volver a ponerlo en donde yo considero que tiene que estar”, le dijo el entrenador a Ovación en el mejorado Cruce Alberdi.
¿Qué fue lo que te sedujo del proyecto de Central?
Lo principal que me sedujo es que es Central. Más allá de que soy hincha de Central, que quiero mucho al club y que lo dirigí, fue tener el desafío de reactivar el básquet y volver a ponerlo en donde yo considero que tiene que estar.
¿No sólo vas a dirigir la primera sino que vas a coordinar todo el básquet del club?
Así es, vamos a unificar la coordinación de lo que es básquet masculino y femenino, pero siempre teniendo la separación de lo que te pida el deporte en cada momento. Hay un grupo de profes con mucha predisposición y ganas, con los que estamos ahora llevando adelante todo el armado y planificación del básquet.
¿Con qué te encontraste cuando llegaste?
Apenas llegué hice un diagnóstico rápido de la situación. Lo primero que hice fue acomodar la parte edilicia que era lo que más estaba caído. Al mismo tiempo también nos pusimos a trabajar para aumentar el número de jugadores del básquet masculino. Estos dos puntos fueron lo primero a trabajar y ya estamos abocados a eso. También a mejorar la parte competitiva. Yo me voy a hacer cargo de la primera y una vez que termine el torneo veremos qué es lo que necesitamos para estar un escalón más arriba. Después en las categorías intermedias como pueden ser U17 o U19 vamos a buscar rearmarnos fuerte para competir también en ligas por fuera de la Rosarina. Eso va en paralelo al crecimiento en el número de los jugadores. Mi manera de trabajar tiene que ver con ser ordenado, responsable, comprometido con la causa. Esa es mi manera de trabajar y es clave para poner en funcionamiento este proyecto.
Hay que destacar que el presidente Gonzalo Belloso tiene una mirada integral del club, a diferencia de otras etapas en las cuales era fútbol y nada más. Ese apoyo es fundamental para encarar la reactivación del básquet. ¿Qué pudiste hablar con él?
Ni hablar, Gonzalo (Belloso) desde el primer día me apoyó y quiere que el básquet de Central esté bien. l tiene una mirada deportiva muy amplia, no es que sólo conoce de fútbol o de relaciones institucionales, sabe de deportes. Nos está apoyando y lo veo muy metido con este proyecto, al igual que Aldo Duboe y Lisandro Gaona que son quienes manejan el deporte amateur de Central.
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Entrenan. Los juveniles canallas siguen con las actividades en la instalaciones de Rosario Central.
Volviste al club después de 10 años, donde fueron campeones de la Rosarina y disputaron la Liga Nacional B y TNA. ¿En qué momento te encuentra tu carrera ahora?
Era otro momento. Las inferiores estaban muy bien y pudimos poner a muchos chicos en primera. Ganamos la Rosarina con un equipo lleno de pibes y sólo dos refuerzos. Después en a Liga B pudimos competir y nos fue bien. Estuvimos cerca de clasificar al TNA, aunque después pudimos conseguir la plaza. Después, Central como club se enfocó sólo en el fútbol y ya no tuvimos la manera de seguir compitiendo a ese nivel. Yo me fui pero sé que el club se fue para abajo desde aquel momento. Ahora vuelvo con otra tarea que será la de coordinar todo el básquet, no sólo la primera. Pero la carrera me agarra con más experiencia, ya conozco el club, que eso te acorta los tiempos para llegar más rápido a distintos lugares. Hay mucha gente nueva con los que nos tenemos que conocer y unir filas para tirar hacia adelante.
Con todo lo que logró Provincial el último tiempo, el ascenso a la Liga Argentina, ¿se puede soñar con un Central volviendo a la pelea a nivel local y nacional?
Ese sería el sueño, pero yo prefiero ser cauto. Para lograr eso, primero tenemos que tener una gran base de inferiores. Tener muchos chicos te nivela y te sostiene. Vos nombraste a Provincial, ellos tienen más de 300 o 400 chicos por ponerte un número. Les sobran opciones. Más allá del orden que tengan como club, el equipo siempre se va a sustentar con toda la base que hay. En Central tenemos que aproximarnos a ese camino. Lo que a mí me atrae es armar un equipo competitivo, que tenga tiempo y dejar que crezca. Al mismo tiempo poner énfasis en las inferiores, porque todo va de la mano. Es un sustento mutuo. Que la gente pueda soñar en ver a un Central ordenado, en donde los chicos vengan a jugar y las condiciones más simples estén, la infraestructura, que los entrenadores estén bien y motivados. Es un todo.
Y no es fácil encontrar un proyecto que seduzca porque los recursos no suelen están a la orden del día para tener una ambición deportiva.
Es tal cual decís. En este caso, Central te seduce porque es Central. Pero también tiene sus cosas. Uno entiende que es un club que genera todo por el fútbol y, por eso, los vaivenes que haya ahí terminan con cualquier proyecto. En este momento estoy con mucha energía y la experiencia necesaria para llevar a cabo este tipo de proyectos. En otro momento, quizás quería dirigir un equipo de primera, ascender en categorías nacionales y proyectarme como entrenador. Estuve en Argentino de Firmat, donde fuimos bicampeones, donde pedía algo y me lo daban, estaba todo ordenado, pero donde también te exigían resultados por lo que representa el club en la escena del básquet. Ahora me seduce otra cosa. Quiero conseguir muchos chicos y ver cómo mejoran. Y no quiero pisar el palito de que nos vaya bien y querer irnos sólo para arriba con la primera. Acá hay algo integral. Estoy confiado en que lo podamos encaminar. Belloso confía en el proyecto, nos dio libertad, está metido y sabe, al igual que la gente que está con el. Esperamos encontrar los resultados.
Si hablamos dentro de un tiempo y te pregunto si estás conforme con el trabajo hecho, ¿qué te gustaría que se haya cumplido?
Para esa altura quisiera tener una cantidad grande de chicos entrenando, lo que nos obligue a tener el Cruce y otra cancha más para entrenar. Pero no sólo me conformaría con aumentar el número sino también que haya un nivel competitivo. Que las categorías más altas sean protagonistas, como mínimo, de las categorías locales. Entiendo que ser protagonista en la Rosarina ya es algo avanzado. Si ya tenemos una base importante, se puede conseguir dar el salto a un torneo federal. Pero la gran meta es aumentar la base para empujar todo lo de arriba. Ojalá en dos años o menos tiempo podamos hablar y te diga que ya está todo encaminado.