Los seguidores de los Juegos Olímpicos de Río 2016 tal vez hayan notado unos extraños círculos rojos en la espalda del ícono de la natación Michael Phelps y de otros atletas del equipo estadounidense.
En su popular anuncio en televisión para la marca deportiva Under Armour, el nadador olímpico incluso aparece haciendo gestos de dolor cuando se le coloca un vaso en llamas en la piel.
Para muchos, el método no resulta para nada novedoso, sino todo lo contrario. Consiste en aplicar ventosas calientes sobre la piel para crear succión e introducir calor en el organismo, ni más ni menos que el antiguo tratamiento llamado "ventosaterapia".
Quienes apoyan esta forma de medicina alternativa aseguran que esta promueve la circulación sanguínea para disminuir una serie de trastornos médicos, como la hinchazón y el dolor.
Según el sitio médico WebMed, la ventosaterapia se ha utilizado desde épocas remotas en China, Egipto y Medio Oriente.
La terapia puede llevarse a cabo de dos formas: la seca, que sólo lleva a cabo succión, y la mojada, que usa una combinación de succión y sangrado controlado.
El método requiere encender un algodón empapado en alcohol e introducirlo en la ventosa. Cuando las llamas se extinguen se coloca el vaso boca abajo sobre la piel del paciente.
Debido a la combustión del oxígeno se crea un vacío dentro de la ventosa que al ser colocada sobre la piel provoca una succión, lo cual conduce al enrojecimiento de la piel por la expansión de los vasos sanguíneos.
Por lo general la ventosa permanece sobre la piel entre 5 y 10 minutos aproximadamente. Al parecer Phelps utiliza la versión más dolorosa de la terapia, que requiere calor.
Tal como afirman los seguidores de la ventosaterapia, la succión eleva la piel del músculo o hueso lo que permite que los vasos sanguíneos se expandan y fluya más sangre hacia la zona afectada.
Se cree que este incremento de circulación sanguínea ayuda a aliviar el dolor muscular, reducir la hinchazón y, en general, ayudar a que el cuerpo se recupere rápidamente.
Entre la comunidad médica, muchos se muestran escépticos de los supuestos beneficios de la ventosaterapia. Y hasta ahora, los informes sobre su éxito son principalmente anecdóticos.
En 2012, una revisión de estudios publicada en la revista PLoS ONE sugirió que la terapia podría tener más efectos que los de un mero placebo.
Los investigadores chinos y australianos analizaron los resultados de más de 100 estudios sobre la terapia, que habían sido publicados entre 1992 y 2010.
Concluyeron que el método podría tener beneficios en ciertos trastornos -como parálisis facial y espondilosis (un trastorno de la columna vertebral)- si se le combinaba con otros tratamientos como acupuntura o medicamentos.
Los investigadores, sin embargo, reconocieron que muchos de los estudios que habían revisado contenían márgenes de error.
Y concluyeron que era necesario llevar a cabo mejores estudios para poder llegar a una conclusión definitiva sobre los verdaderos beneficios de la ventosaterapia.