Omar Palma falleció y dejó un inmenso dolor en el mundo del fútbol. Esta vez buscó meter la gambeta, esa tan característica que enloqueció a miles de hinchas, pero no pudo concretarla y a sus jóvenes 66 años se despidió de este mundo. Su repentina internación a causa de un ACV mantuvo en vilo no sólo a los hinchas de Central sino a todos los amantes de la redonda hasta que en la mañana de este martes se conoció la noticia que nadie quería escuchar. El Negro, el ídolo Canalla que se "casó" con Central, hasta incursionó en la política y fue presidente comunal de Ybarlucea "a pedido de la gente".
A las 7.30 de este martes, el Hospital Italiano brindó un parte médico en el que dio a conocer la triste noticia del fallecimiento del Negro, quien fue internado de urgencia el lunes pasado después de sufrir un Accidente Cardiovascular (ACV). "Durante la noche falleció Omar Palma", indicó el centro asistencial. El Negro dio batalla tras ser intervenido, pero nunca pudo salir de su estado crítico y eso era algo que hacía presumir el desenlace que nadie quería.
La muerte lo sorprendió de manera repentina. Hace algo más de una semana, el Negro estuvo observando las inferiores de Central junto a dirigentes y excompañeros. Pocas horas más tarde, mientras tomaba mates en la tranquilidad familiar en Ybarlucea, se descompensó y no pudo recuperarse a pesar de todos los cuidados y atenciones recibidos.
El Negro dejó recuerdos imborrables que quedarán grabados en las retinas canallas y de todo amante del buen fútbol. Es que también maravilló a los hinchas de los clubes por donde pasó, como Colón, River y Vera Cruz (México), aunque su "casa" siempre fue Central. La "10" que llevó siempre en su espalda nunca le pesó porque su fútbol y magia generaba alegrías, cánticos y aplausos por doquier.
Simpático, amable y siempre dispuesto a la charla amena, algo difícil de encontrar en estos tiempos de cambios y de escasos diálogos. El Negro siempre estaba presente.
Palma respiraba fútbol. Siempre lo hizo, aunque también incursionó en la política y fue elegido presidente comunal de la localidad de Ybarlucea. Estuvo al mando entre 2005 y 2009 y a partir de ese momento quedó desligado de ese mundo complejo, donde gambetear no siempre es sencillo.
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La política, mundo nada simple
Su incursión en ese mundo generó algunas antipatías a tal punto que cuando estaba meditando ser candidato o no padeció presiones nada gratas que lo hicieron meditar. "Cuando estaba decidiendo si entraba o no, amenazaron a mi familia. Llamaron a mi hija Valeria y le dijeron que si me metía en esto iban a matar a mi nieto", contó el Negro en aquel momento, pero el apoyo del pueblo era mayor y decidió aceptar. Como candidato del Frente para la Victoria obtuvo 920 sufragios contra 450 del candidato del Frente Progresista.
"No tenía intenciones de ser presidente de la comuna de Ybarlucea, pero un grupo de vecinos me insistió hasta que acepté porque veía necesidades en el pueblo. Pero siempre mi mente estuvo con el fútbol, en Central", declaró el enorme Negro que tanto fútbol mostró dentro de un campo de juego, lugar donde se movía como pez en el agua y era feliz. Más aún con los colores auriazules, esos que siempre abrazó con delicadeza.
Se fue el "10", el Negro, el de la gambeta letal y que tantos aplausos despertó. Esta vez no pudo gambetear a la muerte y generó un inmenso dolor, aunque dejó un recuerdo imborrable en el planeta fútbol. Y que este martes por la tarde, en el Gigante, será despedido a lo grande, como lo fue como jugador.