La determinación de Newell’s de apostar por un conjunto alternativo en la visita a Defensa y Justicia mezcló y relativizó todo. Lo bueno y lo malo. Lo verdaderamente relevante y lo intrascendente. Puso todo bajo otra óptica de análisis, que obliga a ser más contemplativos con este paso por Florencio Varela por la 5ª fecha del Clausura. Pero más allá de todo eso, el empate 1 a 1 le sirve, lo motiva y lo potencia en la recta final al clásico.
Para esta oportunidad, tan cercana al clásico, el entrenador Cristian Fabbiani decidió separar y proteger a sus principales hombres, a su base de acción, de cara al duelo que se disputará el sábado en Arroyito, y esa determinación, tan meditada de antemano, tan explicita, mostrará si le otorgará dividendos tras el choque con Central.
Hoy son todas especulaciones de ocasión detrás de este empate, que vestirán una previa que ya luce con condimentos apasionantes. Las lecturas del balance que está empezando a trazar el cuerpo técnico liderado por el Ogro sobre el 1 a 1 con el Halcón, con goles de Jherson Mosquera para la Lepra y de Cesar Pérez para el dueño de casa, situaron todo en una plataforma que atenúa la importancia de los efectos inmediatos de este cotejo, de contexto tan particular.
Fabbiani puso el foco de atención en el clásico
Newell’s no puso mucho en riesgo. Fabbiani decidió, con astucia y oficio, trasladar el foco de atención, y desde ese encuadre direccionado de análisis, redujo y minimizó a una escala manejable los posibles daños colaterales, de esta incómoda visita en el gran Buenos Aires. La unidad le permitió sacar puntos por primera vez en su historia en ese estadio, que tan esquivo fue siempre para la suerte leprosa. Fabbiani logró romper otra racha, justo en el momento más indicado, ya entrando en la recta final hacia el clásico.
El partido comenzó como un round de estudio y de evaluación entre ambos. Newell’s no tenía prisa y trataba de acomodarse para ir tomando seguridades. La pelota la tenía más el rival, pero en ese tramo, sin profundidad ni capacidad de daño. Se acercaba al área pero no tenía ideas claras.
A los 9’, tuvo un remate bajo Hausch que cruzó todo el área y se desvió al córner. La Lepra se metía cada vez más atrás y merodeaba la cornisa de los riesgos. A los dirigidos por el Ogro les costaba hacer pie.
A los 15’, Defensa volvió a avisar con Hausch. La visita no encontraba respaldo tampoco bajo los tres palos y empezaba a mostrar grietas en su estructura de contención. El dueño de casa comenzaba a merecer más.
La apertura de Jherson Mosquera
En ese marco, sorpresivamente, a los 20’, llegó el gol de Mosquera de cabeza tras un córner desde la derecha de Iñiguez. Fue el primer gol en ese estadio, y lejos de ser justo, la Lepra supo golpear muy duro en su primer intento serio.
El buen pie del debutante Iñíguez empezaba a otorgarle alternativas de juego y grandes réditos a un equipo que todavía no se había afirmado.
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Jherson Mosquera recibe las felicitaciones de sus compañeros de Newell's por el gol de la apertura.
Celina Mutti Lovera / La Capital
Tras la anotación, Newell’s volvió a replegarse y ceder la posesión. Y en ese formato apostaba a otro hallazgo ocasional. A los 33’ , tras un lateral, el uruguayo Fernández quedó sólo adentro del área y su remate se fue muy cerca del caño derecho. Previamente fue Miritello el que inquietó a la Lepra con un tiro que dio en el palo.
El empate de Defensa y Justicia
La visita sufría por su costado izquierdo, Tabares perdía muy seguido la pulseada con Hausch y de esa manera, a los 37’, arribó la igualdad a través del pie derecho de Pérez. Esa parda en un gol en el entretiempo castigaba más a Defensa y le otorgaba un premio bastante exagerado a un Newell’s que en la etapa inicial le costó tomar las riendas del partido.
El complemento tuvo un perfil de desarrollo similar. La Lepra trataba a estar corta, agazapada, tratando de explotar las pocas oportunidades que generaba. Se paraba demasiado cerca de su área, pero apostaba a ese posicionamiento. No intentaba forjar otros caminos, siempre lució consciente de la peligrosidad que conllevaba.
Defensa tenía el balón, pero no llegaba a complicar con seriedad. Más allá de esa particularidad, siempre fue el que tuvo sobre sus espaldas las responsabilidades del encuentro y siempre estuvo más cerca del triunfo.
El entrenador de Newell's fue moviendo el banco
Fabbiani metió en la cancha a Sotelo para darle más energía al mediocampo y a Chiaverano para tratar de ser un revulsivo en un ataque muy sepia durante toda la tarde. Una movida que no le dio dividendos inmediatos.
Y luego, con Gómez Mattar por Juanchón trató de compactar y cerrar filas y de a poco comenzó a amigarse con el resultado.
Así, el duelo ante Defensa se fue yendo entre la impotencia del local para ir por más, y con la conformidad que surgía de esta igualdad en el banco leproso.
De esta manera, Newell’s arribará al clásico sin secuelas que lastimen o afecten su poderío nominal. Guardó lo mejor que tiene, por convicción y también por las demandas que imponían sus necesidades de turno, y eso le sigue abriendo entendibles expectativas para el clásico, el gran objetivo rojinegro en su horizonte inmediato, donde tiene depositada el mayor caudal de sus expectativas.
En Florencio Varela quedó demostrado que hace rato está enfocado ahí.