El arribo de Mauricio Larriera a Newell’s representa líneas de modificaciones internas que se están desarrollando en contraposición al formato anterior. Surgió un golpe brusco de timón producto de la enorme decepción que significó el ciclo de Gabriel Heinze, que finalizó lejos de todas las peleas y de sus ambiciones de protagonismo. Ante esa sensación de vacío que dejó hacia adentro el proceso del Gringo, las determinaciones que van apareciendo desde la cúpula dirigencial rojinegra evidencian intenciones de cambiar los parámetros de funcionamientos, y muchos roles y voces importantes dentro de la estructura del fútbol.
En estas jornadas, todo transita de una manera muy diferente a este pasado reciente que la lepra quiere dejar atrás y olvidar lo antes posible. Hoy todo se moviliza por otros carriles, a través de gestos de apertura que hasta hace muy poco parecían impracticables. En ese escenario de transformación interna, el club parece ir en busca de tener las riendas más a mano, con más chances de intervención.
Queda claro que a Larriera no le darán el mismo juego de llaves que le cedieron a Heinze. En la directiva, la idea desde la partida del Gringo es estar más cerca del día a día del plantel superior, y que surjan más situaciones conjuntas de intercambios, y que se implementen más líneas intermedias con el cuerpo técnico y con los jugadores.
Por eso, desde un primer momento la idea fue incorporar a un hombre del club como colaborador dentro del grupo de trabajo de primera división. Para empaparlo más rápidamente de todos los pormenores de la entidad del Parque. Esa es una de las cuestiones que se están definiendo en estas últimas horas.
Uno de los nombres que se barajó para ejercer ese rol fue el de Adrián Coria, quien tuvo un muy buen paso por la primera división y es bien visto desde todos los sectores, pero aún no hubo confirmaciones.
Además, se designó a Ariel Michaloutsos, quien fue presentado oficialmente este martes al mediodía en el estadio, como director deportivo de la entidad. Desde su regreso, quedó claro que será mucho más que el encargado de traer refuerzos, será el responsable general del fútbol rojinegro. Todas las decisiones deberán contar desde ahora con su venia o con su aprobación.
Mientras se estaba desvinculando de River, Michaloutsos participó de la elección de Larriera y queda claro que es de la mesa chica en este nuevo Newell’s.
Por lo que trascendió, Gustavo Tognarelli, otro que volvería al club, integraría ese grupo pequeño de futbol, que tomaría las decisiones más importantes junto a algunos dirigentes.
Tras el rotundo fracaso de la política de incorporaciones que atravesó el club en los últimos seis meses bajo la órbita del Cholo Guiñazú, que trajo cinco jugadores de bajo nivel (Carlos Ordoñez, Augusto Schott, Esteban Fernández, Ignacio Schor y Guillermo May) y ninguno de ellos ni siquiera terminó jugando de titular en el cierre de la competencia anual, ahora se apuesta por alguien que ya estuvo en la institución y conoce el compromiso y la responsabilidad de cumplir con ese rol.
Dentro de la estructura del fútbol, todo indica que seguirán surgiendo modificaciones producto de la necesidad de cambiar los aires dentro del club. En ese marco de inscribe y se entiende la determinación de ubicar a Ricardo Lunari y Dante Formica en la reserva. Estos entrenadores vienen de sacar a la quinta de AFA campeona, se destacaron y la dirigencia entiende que merecen estos puestos.
Tras la mala experiencia reciente con Facundo Quiroga, donde todo corría por cuenta de las decisiones de Heinze y finalizó con un año muy sepia también en esa divisional, la intención ahora es crear un esquema mucho más abierto, mucho más flexible, y que esa categoría esté mucho más relacionada a decisiones del club.
De esta manera, Newell’s está atravesando este efecto rebote, como un trance inevitable que debe absorber para tratar de encontrar un sendero confiable hacia una reacción posible.
Que baje a inferiores
La idea de la cúpula rojinegra es que la naturaleza de esta perspectiva interna de cambios baje y se expanda hacia los chicos de todas las inferiores, ya que entienden que este año no se potenció ningún valor importante del club de acuerdo a lo esperado y ninguno está jugando mejor que hace un año.
Hoy la única excepción es Ian Glavinovich, que se ganó un puesto en primera división y llegó a la selección nacional sub-23 casi por las suyas, porque desde arriba no le hicieron fáciles los arribos y solo encontró continuidad cuando hubo lesiones y groseros errores de los que comenzaron como titulares en primera (Guillermo Ortiz y Facundo Mansilla).
Según trascendió, no hubo presentación oficial de Larriera porque todavía se está confeccionando el cuerpo técnico. Todo indica que el uruguayo tendrá algunos colaboradores locales y en el club están buscando las personas más adecuadas para cumplir esos papeles.
Si bien no está confirmado, Larriera trabajaría en Rosario con Ignacio Barboza y Raúl Salazar, quienes lo acompañaron en su reciente paso por Alianza Lima. Seguramente, desde acá podrían incorporar un preparador físico más y un entrenador de arqueros. Hoy el nombre que suena para esta función es el de César Jaime, quien ya estuvo y es muy querido y respetado en Newell’s.
En estas horas se está definiendo el cuerpo técnico, que sería presentado antes del inicio de la pretemporada, alrededor del 18 de este mes.