Newell's necesita parar la pelota y meterse en fase copera

El paso por Lanús, en el inicio de una seguidilla de 5 partidos en 17 días, solo multiplicó las inquietudes y los interrogantes que siguen girando alrededor de este Newell’s. Por encima del dolor que genera cualquier tipo de derrota y del 0-1 en contra en la cancha del granate, la muy floja presentación rojinegra en un tramo clave de la temporada situó al equipo que conduce Gabriel Heinze nuevamente frente a un incómodo espejo de replanteos, sobre todo en el frente interno.

El Gringo llevó adelante una apuesta que implicaba grandes dosis de riesgo, con seis modificaciones nominales y un cambio de esquema táctico en relación al duelo anterior. Ante Racing, en el Cilindro de Avellaneda, le funcionó. Pero en esta ocasión prácticamente nada salió de acuerdo a sus planes y en tierra granate Newell’s expuso uno de los peores primeros tiempos del actual ciclo.

Con nombres similares, en otros compromisos, exhibió performances muy diferentes. Así, el traspié en cancha de Lanús reveló que no hay apellidos ni sistemas, ni tácticas ni estrategias, que le garanticen resultados ni un piso de rendimiento colectivo confiable.

Tampoco consiguió aliarse a alguna condición que lo acerque más a las posibilidades de éxito o de cosechas importantes de puntos. Es que este Newell’s jugó más bien que mal de local, y más mal que bien de visitante, pero en ningún caso se llenó de certezas a través de su juego. Y cuando construyó esbozos interesantes (San Lorenzo, Racing, River y Blooming), rápidamente todo se derrumbó por su propia impericia (Estudiantes, Belgrano, los suplentes de Argentinos y Lanús).

Las puestas en escena varían detrás de una irregularidad que conspira contra sus aspiraciones y sus ambiciones de protagonismo escénico. Ante cada desafío en el corto plazo, levanta la cabeza, se entusiasma con lo que se propone, pero a cada movimiento hacia adelante lo siguen dos hacia atrás.

Eso muestra que esta política de cambios recurrentes que instaló Heinze para afrontar la doble competencia que imponen la liga y la Sudamericana, no derivó en buenas producciones de la mayoría de los jugadores. Queda claro que no les genera seguridades y tampoco les permite mantener un nivel parejo de rendimiento durante varios partidos.

Y también vuelven difíciles de entender algunas determinaciones de Heinze.

Pensó en la Copa

Más allá de lo que dijo el Gringo en la rueda de prensa en Lanús tras el partido (“yo pienso cada partido y pongo lo mejor que creo para cada partido”), lo cierto es que la apuesta por seis modificaciones y la variación de dibujo táctico expone que el entrenador leproso guardó varias cartas para el trascendental encuentro de este miércoles con Blooming en Bolivia.

En la última fecha jugaron Jherson Mosquera, Facundo Mansilla, Angelo Martino, Lisandro Montenegro, Jeremías Pérez Tica y Djorkaeff Reasco por Armando Méndez, Iván Gómez, Bruno Pittón, Cristian Ferreira, Ramiro Sordo y Jorge Recalde. Muchos intercambios de piezas que a la luz de lo reflejado confundieron a los protagonistas.

De esta manera, quedó claro que, a esta altura de la doble competencia, el Gringo eligió darle prioridad a la Sudamericana, donde la lepra marcha como líder del grupo E y el miércoles en caso de ganarle a Blooming en Bolivia podría asegurarse el boleto directo a los octavos de final del certamen continental.

En este marco, estos vientos de incertidumbre le caen en un momento muy poco oportuno, ya que con el de Lanús serán 5 encuentros en 17 días, 3 por competencia local y 2 por copa internacional, de los cuales 4 son de visitante. Una etapa que puede ser decisiva.

En esa exigente serie enfrentará el miércoles 24 a Blooming. En esa excursión, si se da una combinación favorable, el conjunto leproso podría abrochar su clasificación a la próxima fase en esa instancia. Dependerá de un triunfo y de una igualdad entre Santos y Audax. Un pasaje muy importante que arribaría antes de lo esperado. La seguidilla sigue con el duelo del domingo 28, a las 21.30, ante Godoy Cruz en el Parque , el único de local. Y, después, aparece en el camino el jueves 1º de junio, a las 20, Sarmiento en Junín, por el certamen local. Y, el martes 6 de ese mes, con Santos en Brasil. Tras eso, recién llegaría un poco de descanso.

¿Llega Velázquez?

La pobre producción ante Lanús puso todo bajo un manto de dudas. Más allá de que Heinze tampoco es de adelantar nombres e intenciones antes de cada compromiso, lo más probable es que vuelva a la apuesta por titulares. El pobre presente de Blooming también le otorga cierto margen para afirmar ideas y ultimar detalles en los últimos entrenamientos.

En ese marco, los focos de atención dentro del plantel rojinegro apuntan a la recuperación del zaguero Gustavo Velázquez, quien sufrió un traumatismo en el hombro que lo tuvo a maltraer y lo dejó afuera de la alineación titular en cuatro cotejos.

El paraguayo ya se recuperó de esa dolencia, pero no ingresó ni un minuto en Lanús. El cuerpo técnico lo espera con los brazos abiertos ya que los problemas defensivos que expuso el equipo durante su ausencia acentuó un estado de necesidad, que ni Guillermo Ortiz ni Facundo Mansilla estuvieron en condiciones de poder disimularlo.

Velázquez ha sido lo más firme de la última línea de Newell’s en lo que va de este ciclo (a pesar de que Heinze mostró varias veces su preferencia por zagueros de perfil zurdo) y hoy su retorno se presenta más que necesario.

Desde el predio de Bella Vista trascendió que la intención del cuerpo técnico rojinegro es seguir llevándolo despacio hasta la hora del partido para que salga en escena sin correr riesgos de más. Lo quieren pleno en un choque de carácter decisivo.