La historia de los primeros años es más bien conocida: Newell’s fue fundado en 1903 por iniciativa de Claudio Newell, hijo de una pareja de inmigrantes y docentes, el inglés Isaac Newell y la alemana Anna Jockinsen, que habían fundado el colegio comercial Anglo Argentino. Se sabe, también, que en la escuela se practicaba fútbol como parte de las actividades recreativas y que fue un grupo de exalumnos los que firmaron el acta de constitución del que, con el paso del tiempo, se iba a convertir en una de las instituciones más representativas de la ciudad.
Y, aunque el club cumplirá este 3 de noviembre 120 años, aún hay aristas de su historia que faltan investigar, como por ejemplo si los alumnos de Isaac ya jugaban al fútbol en el colegio San Bartolomé, donde el profesor dio clases antes de ponerse al frente de su propia escuela, o si fue en uno de sus tantos viajes al Reino Unido que Newell trajo al país el primer reglamento del juego o las primeras pelotas de tiento.
“La historia de Newell’s está bastante bien recopilada, pero existen algunas cuestiones sobre las cuales faltan encontrar documentos que las acrediten”, señala Leonardo Volpe, periodista deportivo, estudiante de historia y director de la revista Historia Futbol Club.
Apasionado de las memorias de los clubes de fútbol, Volpe se sumó al Departamento de Cultura del club rojinegro para investigar y difundir los valores de la entidad. Desde entonces ya editaron dos libros sobre la historia institucional del club y empezaron a formar un archivo audiovisual de la entidad, donde no sólo se guardan fotos sino entrevistas a familiares de los fundadores del club, dirigentes y exjugadores.
El primer partido de fútbol tal como se juega actualmente —con once jugadores, dos arcos y sin usar las manos— se disputó en 1888, con el inicio de la “Football League” británica. Hasta entonces, señala Volpe, “en los colegios como el Anglo Argentino se jugaba una mezcla rara de fútbol y rugby, donde cada escuela tenía sus propias reglas, pero con el tiempo se empezó a regular la práctica del deporte. Seguro Newell trajo en sus viajes reglamentos y pelotas, pero no está documentado que fueran las primeras”.
Otro equívoco tiene que ver con el lugar donde se firmó el acta fundacional del club. Si bien se suele afirmar que el acto tuvo lugar en el Hotel Britannia, está acreditado que la ceremonia se desarrolló en el colegio Anglo Argentino.
Sobre lo que no queda lugar a dudas es sobre la historia de los colores del club. El rojo y el negro fueron tomados del escudo del colegio; el rojo en conmemoración de la patria de Newell, el negro por la familia de Anna, de origen alemán.
Un club familiar
“Newell’s nació como un club familiar”, destaca Gabriela Bodo, coordinadora del Departamento de Cultura de la institución del parque Independencia. “Trabajamos para fortalecer la cultura leprosa”, expresa. El espacio que ocupan dentro del club se denomina Adolfo Celli, un homenaje al primer jugador de Newell’s en ser campeón como jugador y luego también como entrenador. A metros de la puerta del auditorio se instaló un banco rojo, un símbolo mundial de la lucha contra la violencia de género y los femicidios.
En el salón desarrollan eventos, charlas y se realizan muestras de artistas del club o exposiciones relacionadas con la historia del deporte pasión de multitudes. Desde hace diez años además empezaron a organizar un guión para armar visitas guiadas al club y a recopilar testimonios orales, documentos, papeles y cartas que les permitieron ir descubriendo numerosas anécdotas relacionadas con la historia del club.
En medio de ese trajín empezaron a rescatar de distintos rincones del club y del fondo de los armarios de las casas de muchos de sus socios carnés viejos, fotos, camisetas, medias, botines o pelotas. Actualmente, el Museo Nacional de la ciudad de Buenos Aires tiene a préstamo la primera credencial de Marcelo Bielsa como entrenador del club y un par de botines de la primera gira internacional rojinegra, allá por 1949.
“Reconstruir la historia de un club es un trabajo siempre inacabado. Pero al mismo tiempo fuimos descubriendo algo más, que Newell’s es una institución de la ciudad y que cumple un rol importante en lo cultural y educativo que va más allá del fútbol”, dijo Bodo.
Con esa certeza, desde el área de cultura del club quieren concretar un museo propio, con un espacio de exposición permanente del archivo de la historia del club. “Por ahora es un sueño que tenemos”, dice la coordinadora del departamento.
Y recuerda que el museo tiene un proyecto que fue presentado y aprobado en 2012 por la comisión directiva del club. Con ese aval empezaron a acopiar materiales y documentos, llaves que abren puertas a otros tiempos del club.
La dirigencia actual, cuando elaboró su proyecto de club, también consideró un espacio para que el museo pudiera tener una pequeña muestra permanente dentro del club. Y seguramente allí estarán las fotos de Isaac y Anna y los rostros de tantas otras personas que hicieron grande a Newell’s.