Manu Ginóbili vivió un momento cargado de emoción en la previa de su ingreso en el Salón de la Fama del básquet en Estados Unidos. Sus hijos, los mellizos Dante y Nicola, de 12 años, fueron los encargados de ponerle el tradicional saco naranja a su papá, en tanto que Luca, de 8, se encargó de custodiar el anillo que acredita que integra el selecto grupo de los mejores basquetbolistas de la historia.
“Es irreal estar en este momento. Uno no crece en la Argentina esperando que va a llegar a este lugar. Vengo de una ciudad chica en Argentina, en la que se habla mucho de básquetbol. Mis logros más importantes son los logrados en forma colectiva. No tengo MVPs y todos esos reconocimientos, así que estoy acá por haber formado parte de grandes equipos. Es increíble”, dijo Ginóbili en conferencia de prensa previa a la ceremonia.
El anillo que le entregaron al ex alero de los San Antonio Spurs tiene grabado su nombre, además de varios pequeños diamantes y otros detalles en honor al Salón de la Fama. La empresa encargada de confeccionarlos es Baron Rings, de gran tradición en la confección de este tipo de anillos para consagraciones o celebraciones de este tipo. Manu lo lució orgulloso al posar para los fotógrafos que inmortalizaron el momento.
Si bien estuvo presente en el acto, Many, la esposa de Ginóbili, siguió la celebración pero a distancia. Se la vio en imágenes que difundieron las cuentas de la NBA vestida de rojo y con una expresión de inocultable alegría y emoción. También dieron el presente en el homenaje varios ex compañeros del número 20 de los Spurs: Fabricio Oberto, Luis Scola, Pepe Sánchez, quiénes compartieron con él los máximos logros de la selección argentina.
image - 2022-09-10T105007.236.jpg
Uno de los momentos más graciosos en la velada para Ginóbili se dio cuando le preguntaron por su legado, y el oriundo de Bahía Blanca fue contundente con su respuesta. “El legado más grande que dejé será el del murciélago. Ponés Youtube y te sale lo del murciélago primero. Después todo lo otro”, confesó entre risas, en referencia al episodio que protagonizó en 2009 contra los Sacramento Kings cuandro atrapó un murciélago con la mano.
“Los momentos más increíbles en general están ligados a las victorias, porque uno labura mucho, se esfuerza, vive un montón de responsabilidades y termina logrando un objetivo con tus compañeros, qué es un momento de éxtasis. Cuando lo ves un poco de afuera, con la experiencia, querés agradecerles a tus compañeros, a los técnicos, al masajista, al que limpiaba la cancha, hacen también que la atmósfera sea buena y a uno le guste ir a entrenar y que lo disfrute, generar una atmósfera linda”, agregó Manu.
>> Leer más: Manu Ginóbili ingresa al Salón de la Fama de la NBA y sigue haciendo historia
Finalmente, dijo: “¿Si logro perpetuidad con este premio? Y..., es un museo, ¿no? En el Hall of Fame hay un museo y seguramente algo mío habrá ahí. Así que sí, en cierto modo es así. Es como que lo de la camiseta fue muy de San Antonio, por lo que hice ahí, por lo que pasó, por lo que vivimos. Y eso ya pasa al básquet en general, al básquet mundial. Así que sí, en lo que remite a nuestro deporte tan querido, no creo que haya logro o reconocimiento más grande. Después de esto no viene nada más. Así que es un inmenso honor”.
La ceremonia en el Salón de la Fama del Básquet
Emanuel David Ginóbili, el basquetbolista argentino más destacado de la historia, gozará hoy de un privilegio reservado para pocos cuando ingrese al Salón de la Fama de la NBA en los Estados Unidos.
El bahiense, de 45 años, será homenajeado en el James Naismith Basketball Hall of Fame de la ciudad de Springfield, estado de Massachusetts, en una ceremonia que comenzará alrededor de las 20 (hora de Argentina) y será televisada por DirecTV Sports.
La distinción a la que accederá 'Manu' (retirado en agosto de 2018) formado bajo la órbita FIBA no suele ser común en pares de estas latitudes, a punto tal que será el cuarto sudamericano en recibir el premio.
Los tres anteriores son brasileños: el histórico Oscar Schmidt (2013), Maciel 'Ubiratán' Pereira (2010) y Hortencia de Fátima Marcari (2005), por la WNBA (la Asociación que engloba al básquetbol femenino en los EEUU).