Talentosos. Desfachatados. Atorrantes. Distintos. Carasucias. El clásico rosarino de hoy por los cuartos de final de la Copa Argentina tendrá en cancha a dos futbolistas con el ADN típicamente del potrero. Claro que también corren y se tiran al piso, pero lo suyo pasa por otro lado. Por tener la pelota, cuidarla, mimarla, acariciarla y siempre darle el pase redondo al compañero. Mauro Formica, por el lado de Newell's, y Néstor Ortigoza, en la vereda de Central, serán los cerebros del derby de esta tarde en Sarandí. Los que pueden darle al partido un salto de calidad en cuanto a lo técnico y que están capacitados para guiar con su sabiduría a los compañeros a la victoria. Ambos equipos tienen a su crack. Así hay calidad para ilusionarse en que no todo sea morder, trabar y darle de uña para arriba. El fútbol tendrá a dos fieles exponentes.
Por supuesto que Formica y Ortigoza son jugadores distintos y hasta se ubican en sectores diferentes del terreno de juego. El Gato es un enganche definido, casi un segundo delantero que siempre recibe la pelota en terreno rival y desde allí busca meter la puñalada precisa a sus compañeros. Mientras que Ortigoza es el pase de la salida canalla, pero también a partir de su notable panorama elige el sitio de la cancha por donde al equipo le conviene atacar. Formica entiende lo que significa protagonizar un clásico y es fanático de Newell's. Por eso jugará un partido especial. Sabe que deberá estar encendido para que los rojinegros puedan marcar la diferencia. Todavía está buscando su mejor forma física, pero en los últimos encuentros estuvo filoso en la aceleración pie a pie y hasta se animó a rematar al arco de media distancia. Es el as de espadas que tiene la Lepra para quitarle la pelota al rival. Tal vez su marca sea el Colo Leonardo Gil, en uno de los duelos más determinantes de la tarde de Sarandí.
Del lado canalla, el cerebro es Ortigoza. Guerrero de mil batallas cruciales con otras camisetas, hoy le tocará el gran desafío de guiar a Central a la victoria en el derby rosarino. Es el jugador emblema del Patón Bauza y por eso entregará todo para oxigenar el ciclo del entrenador que lo eligió como líder del equipo.
Orti, que está claro no atraviesa su mejor momento, hoy buscará ser el eje de Central en el juego. El dueño de la pelota del equipo canalla, en pos de primero lateralizar el balón para abrir espacios y luego lanzar el pase filtrado para terminar los ataques.
Ortigoza saldrá a bancar a su técnico desde lo que mejor sabe hacer, jugar a la pelota. Además, su voz de mando y experiencia puede ser decisiva en un cotejo de neto corte eliminatorio en el que el equipo ganador será Gardel y el perdedor irá directo al purgatorio.
Lo dicho, el Gato y Ortigoza tienen el potrero en la sangre y es factible que a partir de ellos surja esa cuota de fútbol puro que merece un partido enorme como un Newell's-Central, un Central-Newell's.
Habrá mucho roce, pierna fuerte, patadas, manotazos, empujones, fricción y agarrones, pero tanto Néstor Ortigoza como Mauro Formica son los que pueden "abrir la puerta para ir a jugar" en este clásico, por lejos el más pasional del mundo.