Sirve por la victoria. Por tratarse de la segunda seguida. Por lo que influye en el estado de ánimo, con la influencia que esto tiene en la predisposición del futbolista. Fue a partir de las acertadas intervenciones de Luciano Pocrnjic y una aparición efectiva de Mauro Formica que Newell's se llevó el triunfo frente a Tigre por la mínima diferencia. Suficiente. No mucho más. Porque durante algunos lapsos del partido funcionó el circuito futbolístico, con asociaciones y sincronización. Pero fue por poco tiempo y tampoco tan abrumador. De allí que los tres puntos se valoren ante todo. Y cómo.
Los pasajes favorables de la lepra fueron hasta el minuto 20. Newell's la tenía. Advíncula subía, se juntaba con Amoroso y ambos inquietaban por la banda derecha. Quignon la traía y se mostraba para la descarga. Movedizo, Scocco entraba seguido en contacto con la pelota y Matos la aguantaba y tenía a maltraer a Erik Godoy. Sin un dominio aplastante ni generación constante era superior.
Le faltó puntería en esa primera etapa. Amoroso definió muy mal ante Ibáñez cuando apenas iban 2'. Maxi Rodríguez, apareado por Echeverría, no pudo superar a Ibáñez cara a cara. Y Scocco la tiró muy alta tras un centro desde la derecha de Amoroso.
Estas últimas ocasiones se dieron tras un decaimiento de la presión alta e intensidad del rojinegro a partir de la primera mitad de la etapa inicial. Con pelotazos largos y corridas por los laterales, Tigre se fue acercando.
Newell's bajó el nivel. Y en esos instantes que carecía de fútbol y que estaba dubitativo tanto para la circulación como para defender, apareció Pocrnjic.
El arquero mantuvo con vida a su equipo tapando un remate de cerca de Morales e interponiendo el pie para sacar un tiro de Itabel. Y también en lo que fue la gran acción personal: frenando el penal de Morales.
Para tener mayor fluidez en el juego, Osella mandó a la cancha a Formica por el golpeado Quignon en el inicio del segundo tiempo.
Ubicado de volante central, tampoco tuvo una gran influencia en la elaboración. Hasta que hizo lo más difícil: el gol. Isnaldo, que había ingresado por el dolorido Matos, tiró el centro desde la izquierda, ni Scocco ni Maxi lograron meterla y el balón quedó en el medio para que el Gato la empuje al fondo. La ventaja era un alivio. Newell's lo ganaba cuando menos lo imaginaba.
Para Tigre fue un golpazo y por más envíos aéreos que lanzó al área rojinegra, casi no preocupó al elenco local, que en realidad inquietó a los suyos por no saber cómo jugar con el resultado a favor.
Nada alteró el 1-0. Newell's se quedó con otros tres puntos. Es lo positivo. Lo demás, está para corregirse.