San Pablo.- La pelota que se usó en la final del Mundial 1978 entre Argentina
y Holanda, firmada por los 22 jugadores titulares de ambos equipos, se encuentra
actualmente en un bar de la ciudad brasileña de San Pablo y fue regalada en el estadio
Monumental a un lugareño por el actual presidente de la Fifa, el suizo Joseph Blatter.
Treinta años después, la pelota Tango, marca Adidas, firmada por los
jugadores, está exhibida bajo un vidrio que la hace intocable, en el bar Boleiros del barrio
Vila Madalena, de la ciudad de San Pablo.
El bar abrió la semana pasada y el gran atractivo, además de camisetas
utilizadas por Pelé y otros cracks brasileños, es el balón que se utilizó en la final en la
cual Argentina venció a Holanda 3-1, en tiempo suplementario.
Los goles argentinos fueron marcados por Mario Kempes, en
dos oportunidades, y Daniel Bertoni, mientras que Dirk Nanninga igualó para los
holandeses y obligó a que se jugara media hora extra en aquella fría jornada del 25 de junio
de 1978.
Marcos Batista, de 32 años, dueño del bar Boleiros y fanático coleccionista
de artículos futbolísticos, contó cómo llegó este
souvenir a sus manos.
Luego del partido, Joseph Blatter (el presidente de Fifa era el brasileño
João Havelange) acercó a Eldir Vale, un directivo de la cadena brasileña Globo con quien había
presenciado el partido, y le dio una de las pelotas que se habían utilizado en el
partido final.
Los jugadores la habían firmado en los vestuarios, tal vez antes de
comenzar el segundo tiempo. Pero nadie recuerda en realidad cuántos balones se usaron en el
juego.
Vale y Blatter se conocieron porque Argentina '78 fue el primer Mundial que
presenció el suizo como miembro de la Fifa, más precisamente como Director de Programas de
Desarrollo, y su misión, a pedido de Havelange, era transformar al fútbol en una
multinacional.
Vale, ya fallecido, regresó a Río de Janeiro, a la central de la cadena
Globo y le regaló el balón Tango a uno de los periodistas de la emisora, Toninho Neves, quien
dijo que lo mantuvo treinta años guardado en un armario.
“La verdad es que lo cuidé mal. Mi hija Laura, que nació en 1984,
jugó un tiempo con la pelota y se desgastó el cuero, lo que no permite ver bien algunos
autógrafos”, contó Neves, actualmente en Rede TV de San Pablo.
En enero, cuando supo que su sobrino Néstor Batista iba a abrir su segundo
bar temático sobre fútbol en San Pablo, le regaló la pelota del Mundial 1978.
“La mandé a restaurar con un proceso de plastificación, para evitar
que se deteriorara más el cuero. Es increíble que la haya entregado Blatter, el hoy
presidente de la Fifa”, dijo Batista en el bar Boleiros.
En el lugar hay 800 cuadros con fotos y tapas de revistas de todas las
épocas, bufandas, camisetas de Pelé de la selección brasileña, pero el balón Adidas Tango de
la final del Mundial es el recuerdo más observado por los visitantes.
“El valor de mercado en una subasta sería muy alto, pero no vendo la
pelota. La tuvo mi tío treinta años y yo, que soy un coleccionista, la valoro desde el punto
de vista afectivo”, contó Batista.
“Siempre se cuenta la historia del partido Argentina y Perú, pero los
locales tenían un equipo muy fuerte y respetado, con grandes jugadores que merecieron ser
campeones”, dijo el dueño del bar, fanático del Santos.
Pero Batista tiene un sueño: “Me encantaría tener algo original que
haya usado Diego Maradona. Ojalá algún día venga a mi bar. Creo que es el mejor de la
historia... después de Pelé”, bromeó. (Télam)