"Quiero aclararte que soy futbolera para los Mundiales nomás, ¿sirve igual mi testimonio?". La pregunta la formula la rosarina María Valeria Felcaro ante la propuesta de La Capital que la invita a contar cómo vive una hincha argentina el Mundial de Qatar 2022 desde Estados Unidos. Más después de que la selección perdió 2 a 1 el primer partido contra Arabia.
Pero "Valeria", a secas y como la llaman familiares y amigos en Rosario, no se achica. Se envuelve en la bandera celeste y blanca y dice que alentará a la "Scaloneta", en su segundo partido contra México, este sábado a las 16 (hora Argentina y también donde vive).
"Me gusta mucho Scaloni, creo que es una persona seria y que trabajó con mucha responsabilidad con los jugadores, no perdimos todo aún, hay que seguir confiando en el trabajo de todo el equipo", sugirió.
Valeria tiene 57 años, es ingeniera en sistemas de información y vive desde 2011, en "la Venecia de América": Fort Lauderdale, una ciudad de extensos canales y la séptima más grande en el estado de Florida.
Se fue a esa bella ciudad, muy elegida por los estudiantes en las vacaciones de primavera, porque la empresa donde trabajaba en ese momento le ofreció un ascenso y allá fue a probar suerte y desafíos.
O sea, de una ciudad donde se transpira fútbol y rivalidad extrema entre canallas y leprosos, Valeria se mudó a un territorio donde el deporte era poco popular hasta hace unos años. Ni potreros, ni recreos gambeteando pelotas de papel. Ni siquiera el deporte es conocido por la palabra "fútbol" sino por "soccer".
Entonces, Valeria creció en su profesión, creció al punto de crear su propia empresa con dos socias, pero fue perdiendo el palpitar constante e incontrolable del fútbol rosarino.
"Pero todo cambia cuando llegan los mundiales, ahí sí me pongo la celeste y blanca del país, y vivo los partidos tan nerviosa como si estuviera allá, rodeada de mi gente en Argentina", reconoce.
Y mientras ella vivió ese proceso, las nuevas generaciones en Estados Unidos fueron a contrapelo. El país del norte creció futbolísticamente en los últimos años y no solo de mano del profesionalismo sino por los amigos que comenzaron a juntarse a jugar y los niños que lo toman como parte de sus juegos e imitan a los futbolistas de las grandes ligas europeas, entre ellos el más famoso de los rosarinos en la actualidad: Messi.
Y a Valeria, la sangre rosarina le tira y cuando se le pregunta dice sin dudar: "Messi y Di María son mis preferidos en el equipo. Siento orgullo por ellos, porque son de mi ciuidad y han mantenido sus valores humanos a pesar de la fama. Además, creo que Messi es un gran líder del equipo, es colaborativo y una pieza fundamental para que todos empujen hacia el mismo objetivo".
Precoces para el Mundial
A Valeria le gusta el equipo argentino, a pesar de la caída contra Arabia, y dice que hay en juego una precocidad que pocos analizan.
"Más de la mitad del equipo es la primera vez que juega en un Mundial y obviamente tienen menos experiencia de juego que otros jugadores del mundo. No han interactuado juntos en otras copas y eso les mete carga y estrés. Estoy segura de que el equipo va a repuntar, ajustando la estrategia de juego a la nueva realidad", remarcó y no dejó de mencionar al VAR automático que le anuló tres goles a Argentina en el primer partido.
"Cuando Arabia se vio en riesgo jugó al off side, le sacó provecho a la nueva tecnología, Argentina se debe armar mejor en ese sentido y reaccionar a tono con la tecnología que impuso el Mundial", comentó.
A los primeros partidos del Mundial, Valeria los vio con su papá que justo estaba de visita en su casa.
"El resto -agregó- los miré por momentos en medio del trabajo y el fin de semana con amigos. Así será este sábado".
Es que Valeria, en general, echa mano a una cábala. Ver o no los partidos según haya sido el resultado del anterior en conexión a su presencia o no frente a la pantalla de la televisión o la computadora.
"El primero no lo vi, no me pude tan temprano levantar, y perdimos, así que a este de mañana lo veo a como dé lugar. Puede parecer una pavada, pero no me importa. Allí estaré, envuelta en la celeste y blanca". Estas son hinchas.