La Maga del hockey mundial tuvo un merecido tributo en el Bar El Cairo, rodeada de sus seres queridos y figuras del deporte, entre otros la medallista de oro olímpico de vela, Cecilia Carranza Saroli, y el ídolo de Newell’s, el ex futbolista Maxi Rodríguez. El cierre fue con el descubrimiento de la escultura de Lucha, obra de Alejandro O’Shea, Mauro Musante y Mariano Rosales.
A metros de las esculturas que ya estaban en el Bar El Cairo, las de Lionel Messi y Angel Di María, cerca de la del Negro Fontanarrosa, desde el lunes por la noche se sumó la de la “Leyenda del hockey mundial”, con el palo levantado, la camiseta argentina y el número ocho en el pantalón, ese mismo que la identificó durante casi dos décadas en las Leonas, poniendo punto final a su carrera hace diez años.
La familia de Luciana Aymar
En determinado momento ingresó al bar el chileno Fernando González, esposo de la homenajeada y ex top ten mundial de tenis. En sus brazos llevaba dormida a Lupe, hija de ambos. Junto a Feña caminaba Félix, el otro de sus hijos. “Tuvo una gran trayectoria y muchos logros, Es muy merecido”, dijo el ex tenista sobre el homenaje. “Es un referente muy importante para las niñas hasta el día de hoy. Ella tiene en cuenta esa responsabilidad”, añadió.
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Hasta que de pronto entró ella y fue saludando uno a uno a los que ya la estaban esperando. Tardó en divisar a Maxi Rodríguez, quien intentaba pasar algo desapercibido, para no robar protagonismo, aunque le costase. Es que los hinchas de Newell’s que lo divisaban le pedían una foto. Los minutos pasaron hasta que Lucha lo detectó y se fundió en un fuerte abrazo.
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Una muy sonriente Luciana Aymar, junto a Marisa Brida, una ex Leona y promotora del evento a Lucha, la más grande del hockey.
Leo Vincenti
“Es merecido por todo lo que significa Lucha para el deporte en general y para la ciudad”, manifestó la Fiera. “Es una leyenda del hockey y este es un día muy especial para ella. Es lindo acompañar a las personas que nos dieron muchísimo”, agregó.
La doble campeona mundial de hockey y cuádruple medallista olímpica brindó una conferencia de prensa antes del inicio del homenaje. Uno a uno fueron llegando olímpicas compañeras de Lucha, Laura Del Colle y Agustina Bouza, integrantes del seleccionado argentino de hockey en distintas etapas: Alejandra Gallerano, María Victoria Baetti, Leonor Patteta, Pilar Méjico y Mariel Bianchini, Marisa Brida y Claudia Médici.
Cecilia Carranza, única rosarina con un oro olímpico, en Río de Janeiro 2016, expresó: “Es hermoso este tipo de reconocimientos. Lo más maravilloso del deporte es que es multiplicador, de alegrías, emociones, también de tristezas. Personas que han tenido grandes resultados como Lucha, multiplicaron todo eso. Tanto ella como toda su generación me hizo soñar”, manifestó la ex regatista.
La idea de la escultura en el bar El Cairo
La idea de una escultura en el Bar El Cairo, de Brida y Médici, la contó la propia Lucha en el inicio del acto. “Estaban tomando un café acá y decían: «No puede ser que Luciana no esté acá». Luciana tiene que estar acá, se repetían todo el tiempo”, relató la homenajeada, mientras sonreía por la obsesión del proyecto.
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Frase tras frase, ella fue repasando etapas de su vida. Hubo tiempo para las lágrimas, al momento que se acordó del acompañamiento de la familia en los primeros años del hockey. Habló de cada uno de ellos, de Cintia, su hermana mayor y compañera de equipo. “Ella salía a defenderme siempre”, recordó sobre algún que otro roce que tuvo en la cancha.
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Lucha Aymar, presentada por la periodista Vanesa Valenti.
Leo Vincenti
“Gracias por acompañarme. Para mí es muy importante. Rosario me dio un montón”, dijo Lucha, antes de hablar de la nueva etapa de su vida. “Hoy me toca festejar la medalla más linda que es mi familia. Lo más importante es transmitir los valores que nos dio el deporte a nuestros hijos”, señaló.
“No me imaginé ser escultura. Como muchas otras cosas que me pasaron en mi carrera. Pero el deporte me fue dando cada vez más desafíos, yo soy muy exigente y los fui asumiendo”, dijo.
La presidente del Concejo municipal, María Eugenia Schmuck, subió al escenario una vez que la número uno del mundo del hockey dejó de hablar. Le hizo entrega de una distinción del Concejo Municipal. Posteriormente subió la legisladora Clara García para hacerle entrega de la Declaración de Interés de la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe.
Autoridades provinciales y municipales se entremezclaban con dirigentes del deporte, entre los cuales se encontraba el presidente del Comité Olímpico Argentino, Mario Moccia. Le obsequió una escultura cuya figura es similar a la que se encuentra en la plaza Pierre de Coubertin, de Buenos Aires, que se ideó con motivo de la organización de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018.
Invasión para estar cerca de Lucha
La mitad del Bar El Cairo fue “invadido” por los que quisieron acompañarla en este acontecimiento merecido. Sentados, seguían con atención cada testimonio y el video que se exhibió con distintos momentos de su larga trayectoria.
En las mesas, los manteles individuales confeccionados para la ocasión, con fotos de ella, el escrito “Luciana Aymar. Lucha. Magia eterna” y el de “Lucha continúa invitando a generaciones venideras a soñar con lo imposible”, incluido el detalle con varios de sus máximos logros.
Tantos saludos continuaron con una breve pausa y entonces Lucha aprovechó para juntarse unos instantes con su familia, esposo, hijos, padres y hermana para una foto para el recuerdo.
Cada instante de las cerca de dos horas tuvo su cuota emotiva. Con un color y sabor especial ante cada anécdota. Mamá Nilda, papá René, la hermana Cintia y su ex compañera en Jockey Marina Vélez fueron contando diferentes vivencias. “Su vida era el hockey. Se quedaba siempre después de los entrenamientos. No había nada más hermoso que verla jugar”, dijo la hermana.
Siguieron hablando ex Leonas, como Claudia Medici y Agustina Bouza. Marien Bianchini, que también pasó por la selección, dijo: “A mis hijos les explico que yo jugué con una persona que era como Messi y Maradona. La también ex Leona, Laura Del Colle, rememoró: “Muchas tardes en el Cenard ella se quedaba porque no le salía bien la pegada en un corto nuevo. La miraba y pensaba, «¿cómo que no le sale la pegada si me mete todas»”.
Lo que los jugadores dijeron sobre ella
Tomás Alonso, jugador de Jockey, club donde Lucha trascendió tras empezar en Fisherton y luego continuar en Geba, Quilmes, además de Roth Weiss Koln de Alemania y Real Club de Polo de Barcelona, recordó cuando la Maga entrenaba con los varones. “Nos pintaba la cara a todos. La matábamos a palazos. Se calentaba y seguía jugando como si nada”.
Nicolás Acosta, otro que surgió en Jockey y llegó a la selección argentina, dijo algo que seguramente le pasó a muchos que quisieron emularla. “Miraba videos de ella y me pasaba horas. Te miraba con admiración”, le dijo.
Entre los últimos que tomaron la palabra estuvo Maxi Rodríguez. “La técnica que solo le vi a Diego y Leo, la tiene con la mano Lucha”.
Tantas emociones le dieron paso al momento esperado, el descubrimiento de la escultura, obra del rosarino Alejandro O’Shea, Mauro Musante, de Villa Ramallo, y Mariano Rosales. Todos se amontonaron para ese instante que perduró un buen rato. La otra Lucha. Eterna.