Fiesta del lado rojo de Avellaneda. Es que Independiente disfrutó con todo el clásico en su estadio, porque fue con goleada por 3 a 0 sobre un Racing que fue entusiasmado a buscar un resultado que lo dejara peleando arriba y se encontró con un freno de golpe. Y bien fuerte por cierto.
Como si fuera poco, el Diablo también dejó a su adversario histórico con la deuda pendiente de no ganar en este estadio desde hace 14 años.
Martín Benítez, una de las figuras, Jesús Méndez y Diego Vera, fueron los autores de los goles de un clásico en el que sólo Independiente inyectó flashes de cierta calidad. Es que Racing estuvo lejos del lucimiento de una semana atrás ante Gimnasia y solamente forzando la imaginación se pueden encontrar en los 90 minutos una llegada de riesgo al arco de Diego Rodríguez.
Racing, encima, luego del primer gol (32’) se quedó sin Marcos Acuña un par de minutos después por un supuesto codazo a Méndez, que exageró su caída para que el árbitro Patricio Loustau le mostrara la roja.
Benítez avisó con un disparo seco y fuerte que se fue a centímetro de un ángulo lo que sería luego la primera alegría local, cuando él inició la jugada que derivó en un pase filtrado de Vera para Toledo, que desde la derecha envió el centro que Benítez mandó al fondo del arco de Saja.
A los 41’ tuvo otra gran jugada el local, con la pelota pasando por Méndez, Albertengo, Vera y definición con comba de Benítez que pasó junto a un palo.
En el segundo, Independiente repitió la fórmula del primer tiempo. Racing siguió quebrado pese a que el DT Cocca puso una línea de tres para atacar más en busca del empate, pero con uno menos le costó demasiado.
El Rojo no se desordenó, no se apuró y cuando encontró los momentos liquidó a los racinguistas. Primero con un tiro libre preciso de Méndez a los 81’ que se coló entre la mano de Saja y un palo. Después, a los 85’, cuando el ingresado Matías Pisano mareó a su marcador por la derecha del ataque, tocó para Ortiz, que metió el pase entre el desbarajuste de la defensa visitante y Vera, de palomita, terminó de cerrar el partido para delirio del hincha rojo, que de paso se entusiasma porque su equipo se afirma en los primeros seis puestos.