El nuevo Tom Arriola
El ex canalla, hoy en Argentino, no reniega de su pasado pero afirma: "Mi vida es distinta". El Tom
se siente dolido por tener que contrarrestar la imagen que el mundillo futbolístico, especialmente
el rosarino, tiene de él. Igual, no le esquiva al bulto.
31 de julio 2008 · 01:00hs
Los hinchas de Argentino esperan ansiosos el inicio del torneo para ver a su
equipo en acción, pero no es un dato menor que uno de los nombres que conforman el salaíto versión
2008 sea Gustavo Arriola. El Tom se siente dolido por tener que contrarrestar la imagen que el
mundillo futbolístico, especialmente el rosarino, tiene de él. Igual, no le esquiva al bulto. Con
la franqueza y sinceridad que le pone al tema, aclara que "uno también se hace la fama", que hoy su
vida "es distinta", que se arrepiente "de muchas cosas que hice" y que escapa a sus posibilidades
"andar aclarándole a todo el mundo lo que hago o dejo de hacer".
A días del debut en el torneo de la Primera C (el albo recibirá el sábado a San
Miguel), Arriola aceptó el diálogo con Ovación y se expresó sin tapujos. Y dejó en claro varias
cosas. Como que le "gustaría estar en Central" o que su paso por Argentino lo toma como una especie
de trampolín para reinsertarse en un fútbol más competitivo. "Sé lo que estoy en condiciones de dar
y que puedo estar mucho más arriba", confió.
"Uno también se hace la fama, pero hoy las cosas son distintas. Desde que me fui
de Central tuve dos hijos y trato de disfrutarlos al máximo. Obviamente que me arrepiento de cosas
que hice porque hoy me gustaría estar en Central, pero mi vida es mucho más tranquila. Lo que pasa
es que no le puedo estar explicando a toda la gente lo que hago o dejo de hacer. Estoy todo el día
en mi casa, llevo a mis hijos a la escuela, los voy a buscar. Ya más como padre y no como un pibe
que vive saliendo. Todo eso no se lo puedo andar explicando a todos", resumió el hábil jugador.
—¿Y por qué creés que te cuesta tanto revertir esa imagen?
—Porque en el fútbol todo es más difícil. Cuando te encasillan en un lugar
después se hace complicado. Morís en esa o tenés que ir demostrando día a día, pero es
complejo.
—¿Te quedó la bronca de no haber podido seguir en Central?
—Mirá, yo reniego mucho de los jugadores que venden humo. Para darte un
ejemplo, tengo un tatuaje del Gigante en toda la espalda y me lo hice después que me fui del club y
eso la gente eso no lo sabe. Hay muchos que se llenan la boca hablando de Central cuando en
realidad vienen porque hay plata o porque es una gran vidriera. Yo sin embargo no voy ni siquiera a
la cancha porque me hace mal.
—¿Por qué te fuiste de México?
—Estaba en la filial de América y el técnico, Daniel Brailovsky, hasta me
había puesto en la lista de la Copa Libertadores, pero dio la casualidad que el Ruso se tuvo que ir
rápido y todo cambió con la llegada del nuevo entrenador. Después de eso se dio que el equipo tuvo
una de las peores rachas de la historia y por eso los dirigentes decidieron un recambio completo,
no sólo de jugadores, sino de coordinadores, técnicos de inferiores. Fue por eso que me tuve que
volver.
—Pero tu llegada generó mucha expectativa.
—Sí. Igual hoy estoy en Argentino pero sé todo lo que puedo dar y que
puedo estar mucho más arriba, el tema es que no se me dio la posibilidad. Interiormente sé esas
cosas, como sé también que ya nadie juega con el nombre. Por eso me esforcé al máximo en cada
entrenamiento para ponerme lo mejor posible.