Desde antes de ponerse de manera oficial la camiseta, en Central se intuía que la presencia de Angel Di María podía darle un salto de calidad al equipo. Transcurridas las primeras 11 fechas (Central tiene por delante medio partido, ante Sarmiento), el aporte de Fideo ya es inocultable. Hay decenas de formas de encarar un análisis, pero hay uno que no entrega el mínimo margen para la duda: el Canalla lleva convertidos 11 goles y Angelito tuvo participación, directa o influencia, en diez de ellos. Cinco son de su autoría. Implacable.
Después de cada partido de Central, en los que Di María resultó una pieza clave, se vertieron infinidad de conceptos sobre sus cualidades futbolísticas. Suele ser lo más fácil, y no está mal hacerlo, meter los pies en el terreno de las adjetivaciones porque si hay algo que entrega todavía Di María son argumentos válidos para el elogio, pero nada como para ir a los datos precisos y ciento por ciento empíricos para confirmar esta activa participación por parte de Fideo en prácticamente todos los goles que convirtió el equipo de Ariel Holan.
Gran parte de eso se debió a los muchos minutos que estuvo en cancha. Es que un poco a contramano de lo que se pensaba, que iba a tener un tiempo prudencial de adaptación al fútbol argentino y que desde lo físico podía costarle (llegó a Central después del Mundial de Clubes y sin pretemporada en el medio), Fideo no sólo jugó todos los partidos como titular, sino en la mayoría aguantó los 90 minutos. Esto es, cuantos más minutos tenga en cancha, mayores son las probabilidades de que pueda darle una mano al equipo.
El aporte de Angelito Di María
Pero lo dicho, de los 11 goles que marcó el Canalla, Di María se estuvo involucrado en diez de ellos. Aquí el detalle.
Godoy Cruz: anotó el gol en el empate, de penal, tras la infracción sobre Alejo Veliz. Estaba cantado que nadie le iba a sacar la pelota y Fideo definió con una pegada certera.
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Di María acaba de convertir su primer gol tras el regreso a Central: fue de penal ante Godoy Cruz.
Héctor Río / La Capital
Lanús: fue el autor del gol del triunfo en suelo granate. Después de la infracción del arquero Losada sobre Gaspar Duarte, Di María tomó el balón y pegó su segundo grito en el torneo en la misma cantidad de encuentros.
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Frente a Lanús, Angelito Di María fue implacable en la ejecución del penal que le dio el triunfo a Central.
Celina Mutti Lovera / La Capital
Dos pegadas exquisitas de Fideo
Newell’s: cuando Emanuel Coronel fue derribado en tres cuartos de cancha, Di María tomó la pelota y la probabilidad de que le diera directamente al arco eran muchas. Los casi 30 metros de distancia no lo amedrentaron. El zurdazo viajó directo al ángulo superior izquierdo del arquero Juan Espínola en lo que fue uno de sus mejores goles de su carrera. A esa altura del torneo reafirmaba su condición de máximo anotador del equipo.
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Golazo. Angelito Di María imacta de zurda desde 30 metros y convierte de tiro libre en el clásico.
Virginia Benedetto / La Capital
Boca: Central lo perdía en el Gigante de Arroyito y Fideo volvió a calzarse el traje de héroe, otra vez de pelota parada, como siempre lo había hecho hasta ese momento. En el córner desde la derecha buscó el arco de manera directa sorprendiendo a propios y extraños, especialmente al arquero Brey. Un gol de antología (al Canalla le sirvió para el empate final), que fue un correlato de aquella enorme conquista que había logrado en el clásico.
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Otra genialidad. Di María convierte ante Boca, en el Gigante. Fue mediante un córner olímpico.
Sebastián Suárez Meccia / La Capital
Talleres: desde la misma esquina en la que le convirtió a Boca, Di María envió el córner que fue despejado. Franco Ibarra tomó el balón y volvió a abrirla hacia la derecha, para Fideo, quien desairó a su marcador y envió el centro, con derecha, directamente al pecho de Alejo Veliz, quien se encargó del resto.
Gimnasia: participación indirecta en el primero, pero participación al fin. Fue él quien recibió de Juan Cruz Komar y trasladó por derecha hasta que la alargó para Enzo Copetti. El centro bajo del exRacing encontró a Veliz dentro del área chica y llegó el primero.
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En el segundo lo que hubo fue asistencia por parte de Angelito. Otra vez un córner desde la derecha, desde donde sacó un centro a media altura, para la arremetida del paraguayo Enzo Giménez, quien definió de cabeza.
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En La Plata, Fideo envió el córner en el que Enzo Giménez impactó de cabeza y convirtió.
Celina Mutti Lovera / La Capital
Distinto fue lo que sucedió en el tercer tanto canalla en La Plata. Allí Di María recibió el pase de Juan Manuel Elordi, gambeteó a su marcador y cuando quedó mano a mano con el arquero del Lobo definió con zurda. La particularidad que tuvo ese gol es que fue el primero que logró de jugada.
Sin goles, pero de gran aporte
River: en el primer gol canalla Di María fue quien lanzó el tiro libre desde la derecha que prosiguió con un despeje defectuoso, el puñetazo de Franco Armani y la guapeada de Franco Ibarra para ponerla en el ángulo.
Tuvo participación también en el segundo. Copetti se la cedió sobre la banda derecha, donde birló la resistencia de Milton Casco. Desde allí sacó un centro con veneno que Montiel despejó hacia el centro, donde Ignacio Malcorra impactó de lleno con su zurda.