Joaquín Varela ayer se levantó a tomar mates como todos los domingos que tiene libre. Estaba junto a su novia Rocío y no paraba de sonarle el celular con "felicitaciones de familiares, amigos y hasta de algunos hinchas". El joven defensor de 20 años convirtió el golazo que le dio la victoria a Newell's por 2 a 1 ante Arsenal, el sábado por la tarde en el Coloso, en el reinicio de la Superliga. "El año pasado terminaba el partido y le hacían las entrevistas a Maxi, a Nacho y al Gato y veía que los alcanzapelotas se sacaban fotos con ellos. Ahora me tocó a mí. Estoy feliz, no por salir en las tapas de los diarios, sino porque las cosas me salieron bien y le puede ayudar al equipo a ganar", confió el juvenil zaguero. El Cata le abrió las puertas de su casa a Ovación para revivir las sensaciones que experimentó en el agónico triunfo ante los de Viaducto, donde fue la figura excluyente del encuentro, con una soberbia actuación y un gol de categoría para enmarcarlo en un cuadro.
En la soleada tarde del domingo, Varela se aprestaba a tomar unos mates con su novia. Estaba escuchando un concierto acústico de Ricardo Mollo, líder de Divididos. Con amabilidad aceptó dialogar mano a mano con Ovación en su jornada de descanso. La charla arrancó distendida. "De Catamarca extraño hasta el calor en las calles", tiró para graficar lo que le costó alejarse desde chico de su familia para cumplir el sueño de ser futbolista profesional. "Escucho mucho rock nacional, a Gustavo Cerati y al Flaco Spinetta, que son mis preferidos", relató sobre sus gustos en los ratos libres. "La cumbia es más para el vestuario", aclaró. Además toca la guitarra criolla, le encanta leer novelas y cuentos de Eduardo Sacheri, y su libro actual aborda la historia del Clan Puccio.
Claro que el diálogo no tardó en rumbear para la pelota y allí surgió el momento inolvidable que vivió cuando estampó el gol del triunfo leproso ante Arsenal. Todo el pase del Cata Varela pertenece a Newell's, club al que arribó en 2014. Ya había debutado el año pasado en el clásico ante Central y ahora quiere ganarse un lugar entre los once. "Igual ayudo al grupo desde el lugar que me toque", enfatizó el héroe rojinegro del fin de semana.
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Foto: Francisco Guillén / La Capital
Partido difícil, complicado, 1 a 1 parcial con Arsenal y en tiempo de descuento córner a favor de Newell's. ¿Que se te cruzó por la cabeza?
Siempre que hay una pelota parada a favor cruzás la mitad de la cancha y decís "esta es la mía". El centro (de Denis Rodríguez) quedó corto y veo que Enzo Cabrera va al primer palo y pienso que si la roza puedo llegar a cabecear. Pero le quedó la pelota servida para rechazar al jugador de Arsenal (Lomónaco). Pensé que la jugada estaba perdida y pifió el despeje. Me quedó la bocha adelante, la acomodé, ví el hueco y rematé abajo. En los picados antes de los partidos por ahí juego de 9, trato de pisar la pelota y definir así. Mucho tiempo en inferiores jugué de cinco y por ahí eso me ayuda para resolver rápido. No me da el cuero para ser como Neymar, aunque miro mucho al brasileño (risas).
Y cuando entró la pelota, ¿qué sentiste?
Veo que se tiró el arquero (Santillo) y nada más. Quedé tapado. Pero cuando escuché el grito de la gente salí corriendo a festejar. Tengo recuerdos entrecortados desde que hice el gol hasta que mis compañeros se me tiraron arriba en el córner. No podía contener las lágrimas. Fue emocionante cuando volvía a la mitad de la cancha. Pensé en todo, desde que me fui de mi casa y me subí la primera vez a un colectivo, hasta cuando extrañaba estando lejos de mis afectos. En ese instante se me vino todo a la cabeza. Es una sensación muy fuerte. Después del partido hablé con mis familiares que están en Catamarca.
Más allá de esa emoción, en el juego se te nota muy concentrado y como si haría mucho tiempo que jugás en primera.
Me siento muy bien dentro de la cancha. No confiado, sino con confianza. Mis compañeros me bancan las decisiones que tomo. Y me corrigen si algo me sale mal. Siempre hay mucho para aprender y perfeccionar. En lo personal me siento en el mejor momento desde que juego al fútbol. Lo vivo con mucha alegría y es algo que no puedo creer. Uno se prepara para esto, pero cuando te llega el momento es increíble. Yo iba a ver a Newell's y gritaba en la salida de los jugadores. Ahora estar del lado de adentro te emociona. Y cuando la gente te aplaude una jugada te levanta la moral a las nubes.
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Foto: Francisco Guillén / La Capital
Llegaste a Newell's en 2014 y fuiste a vivir a la pensión ¿Cómo era esa vida?
Muy rutinaria. Llegué en el último año del secundario. Era levantarme, ir a entrenar a Bella Vista, almorzar en la visera del Coloso y después ir al colegio de Newell's. Ahí conocí grandes personas como la profesora Vicky Obligado y el director Ezequiel López, que son la familia que tengo acá en Rosario. Con sacrificio pude terminar la escuela.
La pelota te alejó de Catamarca.
A los 9 años me fui de mi ciudad a probarme a San Lorenzo. Me fue bien, pero no me quedé porque la pensión era para jugadores más grandes. Encima era lejos de mi casa. Ahí me recomendaron la filial que había en San Francisco (Córdoba), el Proyecto Crecer, con la idea de volver a San Lorenzo. Además ese proyecto trabajaba con el Girondins de Bordeaux (Francia). En 2011 salió un viaje a Francia y pude participar. Fue la primera vez que me subí a un avión y tenía unos nervios bárbaros, aunque me hacía el canchero (risas). En Bordeaux fue como llegar al futuro y no entendíamos nada del idioma. Había momentos en que extrañaba las rejas de mi casa, el pasto, el perro y hasta el calor de Catamarca. Pero siempre decidí seguir jugando. Después el Flaco Jorge Theiler me convenció para venir a Newell's en 2014. Mi vida está compuesta de cambios constantes. Hoy tengo amigos de todo el país por el hecho de vivir tanto tiempo en pensiones. Estoy feliz por lo que me está pasando.
¿Qué te pide el Chocho Llop?
A los zagueros nos pide que no nos compliquemos y que seamos sólidos. Que ordenemos a los compañeros porque tenemos toda la visión de la cancha.
Te tocó jugar por la venta de Nehuén Paz y ahora llegó Fabricio Fontanini. ¿Vas a tener que pelear por el lugar?
Es una competencia sana. Esto te ayuda a crecer. Con Bruno Bianchi ya jugué y Fabricio estuvo en las últimas prácticas y se nota que es buena gente. Jugará el que el técnico considere que esté mejor. Si me toca lo haré dando el máximo y si no siempre voy a sumar para el grupo. Sabemos la situación en la que está el club y lo único que servirá para salir adelante es conseguir buenos resultados. Con Arsenal dimos el primer paso. Se vienen seis meses complicados, pero hay que dar todo para sacar la mayor cantidad de puntos. Ahora hay que pensar en hacer un buen partido ante Estudiantes.
¿Qué es hasta acá lo más lindo que sentiste jugando en primera?
Cuando estaba subiendo las escaleras del túnel para salir a la cancha en el Coloso, sentir el griterío de la gente es impresionante. La tribuna explota y ver desde adentro a los pibes de inferiores que siempre estaban conmigo en la platea es maravilloso. Eso fue lo mejor.
"El próximo objetivo es mantenerme en el plantel de primera y jugar tres o cuatro partidos seguidos. En el grupo hay una competencia sana y juega el que elige el Chocho Llop"
¿Cuál es tu modelo de jugador?
Me crié mirando videos de Zinedine Zidane, cómo se movía, la manera de controlar el balón y los gestos técnicos. Después de grande no me daba el cuero (risas). En mi puesto admiro a Sergio Ramos (Real Madrid) y Gerard Piqué (Barcelona). Y también tengo un póster de Messi. Me emociona verlo jugar. Mi novia me dice que subo más fotos de Leo que con ella (risas). Si pienso que capaz que vio mi gol por televisión es muy fuerte.
¿Cómo está el grupo, a pesar de que el club atraviesa un momento económico complejo?
Nosotros trabajamos en el día a día. Sabemos en la situación que está la institución. Y también nosotros tenemos cierta responsabilidad en la situación del club. Porque más allá de todo, la única manera de sacar al club adelante es ganando, sumando puntos y dándole alegrías a la gente. No es fácil. No siento tanta presión por ser joven, pero los jugadores más experimentados tienen que soportar el peso de los resultados cuando no se dan. Somos profesionales y damos lo mejor en cada partido.
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Foto: Francisco Guillén / La Capital
Ya debutaste en primera en el clásico, hiciste el gol de la victoria ante Arsenal, ¿cuál es el próximo sueño?
El próximo objetivo es mantenerme en el plantel de primera y jugar tres o cuatro partidos seguidos. Se sabe que ante un error entra un compañero. El fútbol profesional es así. Es todo resultados. Nos tocó ganar con Arsenal, de local, con nuestra gente, en el descuento y con gol mío, es lo mejor que me pudo pasar.
¿Igual, por lo que contaste, tenés vida más allá del fútbol?
Completamente. Creo que el secreto de los buenos momentos de los jugadores pasa por tener una vida más allá de la profesión. Salvando las enormes distancias, escuché a Messi diciendo que se esforzaba al máximo en las prácticas y en los partidos, pero que cuando llegaba a su casa se olvidaba de la pelota y estaba con su familia, esposa e hijos. Si lo hace el mejor del mundo hay que copiarlo. En los ratos libres toco la guitarra, leo un libro, estoy con mis afectos y tomo unos mates. Y en el momento del entrenamiento me entrego al máximo. Creo que hay que vivir cada momento con plenitud.