La frase es trillada, pero no por eso menos cierta: hay imágenes que valen más que mil palabras. Y ayer, el plano general del estadio Mundialista, semivacío y casi en silencio mientras 22 jugadoras disputaban la bocha en el sintético de agua, obliga por lo menos a la reflexión. Y a no decir mucho más. El mismo sitio, tantas veces latiendo al ritmo de Las Leonas o en definiciones del torneo local, ayer fue testigo de lo que debería ser otra fiesta, pero de manera insípida. Porque se jugó una de las fechas más esperadas del año por parte de las jugadoras de Newell's y Rosario Central (la otra es la que volverá a enfrentarlas, pero por la segunda ronda) que sólo pudo ser observada en vivo por algunos privilegiados, los miembros de las subcomisiones de cada club, y en el caso de Rosario Central, también por su presidente Raúl Broglia, junto al vice Luciano Cefaratti. Cinco partidos por la 7ª fecha del torneo de Litoral C a puertas cerradas por pedido expreso de los clubes, en cancha neutral.