Punto de partida para un nuevo sueño. A Central se le corre el telón en un escenario tentador, en el que intentará dar batalla con las aspiraciones del caso, pero también bajo un claro convencimiento de lo difícil que resultará. La Copa Libertadores es el torneo internacional a nivel de clubes por excelencia y como cada vez que se presenta, la ilusión dice presente. En el Gigante de Arroyito y frente a Peñarol, este equipo de Miguel Angel Russo comenzará a escribir su propia historia en una competencia que históricamente tuvo entre ceja y ceja. No arriba de la mejor manera desde lo futbolístico, pero ello no implica que la confianza sufra alguna mella. Desde aquella consagración en Santiago del Estero sus hinchas esperaron por este momento, al igual que jugadores y cuerpo técnico. El grupo G, que además integran Atlético Mineiro de Brasil y Caracas de Venezuela, será donde el canalla libre su lucha con el objetivo de sortear la fase de grupos y lograr la clasificación a los octavos de final.
Por supuesto ese es el objetivo de máxima para este primer semestre, en el que a Central las cosas no le vienen saliendo de acuerdo a lo esperado, por eso el andar de aquí en más deberá incluir, inexorablemente, un tránsito consistente, de un paso a la vez.
No hay mayor atractivo para los clubes sudamericanos que encontrarse en una situación como esta. Porque está el poder que se puede adquirir desde lo económico, pero el prestigio futbolístico está por encima de todo. Y en Central sienten que es un muy buen momento para aferrarse a la ilusión, piensan que todos esos buenos pasos que puedan dar ahora podrán repercutir a futuro, imaginando algunos posibles regresos que permitan potenciar el equipo y lograr que el sueño se agigante más todavía.
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Central viene de dar un paso en falso contra Barracas Central y necesita recuperarse cuanto antes.
Marcelo Bustamante / La Capital
Hay muchas cosas que Central deberá lograr en esta Copa Libertadores para que su participación no quede reducida simplemente a eso, a una mera participación. Lo primero, sin dudas, es entender que el margen de error es pequeño y que para que los lamentos no ganen la escena el fortalecimiento futbolístico debe ser condición sine qua non.
La Copa Libertadores, la consecuencia
Lo que no da margen para el error es pensar que Central puede hacer gala de que la participación en esta Copa Libertadores es la consecuencia de esa hermosa locura que vivió hace poco más de tres meses, en la calurosa Santiago del Estero. Pasó hace tan poco tiempo que debiera existir un mínimo de envión anímico y hasta futbolístico. Pero hay una historia paralela que también cuenta.
A este Central campeón la cuerda no le dio para mantener esa condición de equipo rocoso, duro, de mandíbula fuerte y capaz de sobreponerse a los golpes. Porque a dos fechas del final de la fase de grupos del certamen local se quedó sin chances de clasificación para ir por la defensa del título. Ahora, que los lamentos no hayan traspasado ciertos límites obedece pura y exclusivamente a ese gran sueño llamado Copa Libertadores.
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Russo confía plenamente en su Central. El DT es un gran conocedor de la Copa y ese es un punto que le juega a favor.
Marcelo Bustamante / La Capital
Vienen siendo tan esporádicas las participaciones del canalla en competencias internacionales que cuando se presenta la oportunidad es necesario aprovecharla al máximo. Y esta vez, con Russo al mando, no será la excepción. Hay un instinto de superación innato en mejorar lo hecho en las últimas travesías internacionales.
Con el Kily González como DT, Central jugó la Copa Sudamericana 2021, en la que fue eliminado en cuartos de final a manos de Bragantino y un poquito más atrás en el tiempo se recuerda aquella traumática Copa Libertadores que arrancó bajo la tutela de Paulo Ferrari y la que terminó con Diego Cocca, tirando prácticamente los últimos partidos para no descuidar el promedio en el torneo local.
Hoy la situación es distinta. El estar parado con mayor solidez respecto a esos números es lo que permite meter la mano en el bolsillo, tomar las fichas y tirarlas sobre el paño. Hay un cuerpo técnico que sabe de qué se trata la Copa, un plantel con unas ganas enormes de jugarla y una dirigencia con demasiado conocimiento sobre el plano internacional. La parte que le compete al hincha está demás mencionarla porque todos son conscientes del deseo histórico de dar el batacazo.
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Abel Hernández jugará contra su ex club y en Central que sea el partido en el que el 9 se destape.
Sebastián Suárez Meccia / La Capital
Después de lograr que el equipo logre el crecimiento que la situación amerita, de ese combo el canalla quiere valerse para que esta Copa Libertadores sea distinta a todas, que llegue primero la clasificación a octavos, después algunas viejas caras conocidas y por último el camino final de la mano de la ilusión.
La Copa Libertadores vuelve a ser una tentación en Arroyito y en la previa no hay nadie que pueda impedir o minimizar ese sentimiento. Pero la firmeza de cada paso será excluyente para la construcción del sueño que hoy se inicia.