Miguel Ángel Russo tiene un desafío importante por delante, que no difiere demasiado de los objetivos planteados ni bien volvió a hacer pie en Arroyito, pero que ahora se potenciaron teniendo en cuenta la merma futbolística que mostró el equipo en este primer semestre del año y que fue algo que el propio entrenador resaltó en el balance que hizo horas después del partido en Mendoza ante Godoy Cruz. El DT necesita hacer su parte y encontrarle la vuelta para que los generadores de juego se activen nuevamente y que recuperen el nivel de otros tiempos. Ignacio Malcorra, Jaminton Campaz, Maximiliano Lovera (su continuidad aún no está garantizada), Tomás O’Connor y Jonatan Gómez son quienes hoy están (posiblemente lleguen algunos más como refuerzos) y quienes deben elevar el nivel para que al Canalla le sea más sencillo llegar a ese volumen de generación de juego para un mejor abastecimiento de los dos delanteros de área que ya el entrenador empezó a poner en cancha.
Vale una primera aclaración, importante por cierto, que a lo largo de este 2024 el equipo entero evidenció un decaimiento general respecto a lo que fue el semestre del año pasado en el que Central se coronó campeón. Por eso la necesidad de que mejoren los que más capacidad tienen a la hora de generar juego, más teniendo en cuenta la referencia que hizo Russo respecto a la falta de espacios que le fueron proponiendo los rivales, sobre todo en el Gigante.
Por supuesto que este nuevo escenario se da en el contexto de un nuevo formato de equipo surgido tras la habilitación de Enzo Copetti y Marco Ruben. Ahora con dos atacantes definidos hay un lugar menos en la zona del mediocampo o tres cuartos de cancha. Y esto hace que haya una mayor responsabilidad sobre menos jugadores a la hora de la generación de juego.
Sin ir más lejos, en ese primer partido en el que Russo dispuso jugar con dos referencias de área como lo fueron Agustín Módica y Enzo Copetti, la carga de la gestación les correspondió a Ignacio Malcorra y Jaminton Campaz. Lo mismo ocurrió en el encuentro siguiente, sólo que Lovera tomó la posta de Malcorra.
Lo que sí sabe Russo es que cuenta con material suficiente y el recambio necesario a la hora de buscar alternativas. Pero claro, necesita que cuando eche mano a cualquiera de ellos, todos estén a la altura.
Una posibilidad cierta es que con este nuevo esquema aparezca alguno de esos jugadores con capacidad de gestación en el medio, para lo cual sería necesario abolir el doble 5 de marca para darle lugar a una dupla con mayor mixtura. Y es algo que se asemejaría bastante a ese anillo central al que Russo apostó en la mayoría de los partidos (incluidos los de 2023) en ese 4-2-3-1 que tuvo como base.
No obstante, Mauricio Martínez es considerado por el técnico como un jugador que está más para el control y la distribución que para la marca, pero está claro que O’Connor y Jonatan Gómez, por citar algunos casos, tienen otras características.
Casi nunca todos tuvieron lugar al mismo tiempo, pero sí hubo muchos partidos en los que jugaron la mayoría. Hubo encuentros en los que Jonatan Gómez, Lovera, Malcorra y Campaz coincidieron en cancha y la cosa tampoco funcionó de la mejor manera. Fue bueno, por ejemplo, lo hecho en el choque por Copa Libertadores contra Caracas, pero el nivel decayó notoriamente algunos días después, frente al humilde Tigre, por la Liga Profesional.
Y aún con un doble 5 de marca (Franco Ibarra y Kevin Ortiz), como lo fue en Montevideo ante Peñarol, también hubo lugar para un tridente ofensivo con buen pie. De todos ellos quien más relegado quedó en estos últimos partidos fue O’Connor (la última vez que jugó desde el inicio fue contra Atlético Mineiro, en el Gigante), recientemente operado de una hernia inguinal. ¿Y el resto? Prácticamente en la misma situación, sólo que algunos con más rodaje que otros.
Pretemporada de por medio, Central necesita para lo que viene que sus aportes se hagan notar. El canalla empezó a jugar con dos delanteros bien definidos y en ese mediocampo con una vacante menos se torna indispensable que a los que les toque puedan jugar y hacer jugar al resto.
Nunca un equipo depende de uno, dos o tres jugadores y menos este Central (lo dejó en claro en su momento de gloria), pero ese segundo delantero le quita un lugar a otro posible generador, lo que hace que se torne necesario que los encargados del entramado futbolístico (en ese grupo podría entrar hasta Ángel Di María, en caso de que vuelva) encuentren su mejor versión, tanto aquellos a los que les toca arrancar como los que aparecen como recambio en medio de un partido.