Después de una derrota que duele, un futuro al que prestarle atención y puntos fijos en los que poner la mirada. Deberá hacerle frente a estas dos fechas (Lanús y Godoy Cruz) de la Copa de la Liga que le quedan antes del receso, pero todos los cañones apuntarán a esa serie eliminatoria de los play-off de Copa Sudamericana. Para eso se deberá preparar un equipo que seguramente sufrirá algún tipo de recambio, que podría ser depurado y que poco y nada tiene que ver con aquel Central campeón de hace apenas cinco meses. La derrota en Montevideo no generó ningún sismo ni nada que se le parezca, pero si establecerá un punto de inflexión entre presente y futuro, ya por el solo hecho de que lo que se deba encarar no sea la Copa Libertadores, sino la Sudamericana.
Lo primero que hay que mencionar es que el dolor que produjo el traspié en el Campeón del Siglo ante Peñarol se debió a que Central tuvo todo para dar el batacazo y en ese momento se diluyó. Porque si había un partido que Miguel Ángel Russo había imaginado en la previa, era ese que se comenzó a jugar inmediatamente después del gol de Agustín Módica. Es que fue el momento en el que el canalla acentuó (por primera vez en el partido) claramente su supremacía en el juego y porque enfrente tenía un Peñarol totalmente nervioso, con jugadores a los que la pelota les quemaba. Y no hay que dudar que ese era “el” partido que había deseado Russo, porque la intención era justamente esa, encontrar el momento justo para jugar con la desesperación del local. Pero llegaron los cambios (las salidas de Malcorra y Campaz) por parte del entrenador, al toque la pérdida de Lovera en tres cuartos y la sentencia por parte de Peñarol. Fue el fin de la historia.
Ahora, lo que se le fue a Central fue una parte de la historia, la de la Copa Libertadores, pero mantiene la pata internacional. Por supuesto que se trata de calibres y pesos distintos entre ambas competencias, pero el reto sigue siendo por demás de tentador.
Y ahora lo que se abre es un tiempo de mucho análisis y trabajo para una serie en la que sí habrá mucho en juego para este Central que deberá reordenar las piezas de un equipo que tendrá seguramente algunas altas y que, posiblemente, sufra alguna baja. En este punto es imposible no recordar que desde hoy ya tiene entre sus filas a un viejo conocido de la casa como Marco Ruben. Desde lo emocional su llegada movió un montón de fibras, desde lo futbolístico habrá que esperar para ver cómo responde el goleador histórico.
Pero por más que algún o algunos nombres lleguen y otros partan en busca de otro horizonte, Central tiene también por delante un trabajo estrictamente deportivo por realizar, con el único fin de lograr una especie de refundación futbolística. Eso será trabajo exclusivamente de Russo.
Cuando se habla que Central necesita refundarse es simplemente poner en la balanza lo que fue aquel equipo campeón de la Copa de la Liga 2023 y este que caminó somnoliento en lo que va del año, con demasiados altibajos. Suele ser lógico que después de un logro tan importante como un título un equipo marque un declive en su rendimiento, pero en el caso de Central fue notorio. La manera de analizarlo, aunque sea a grosso modo, es que llegó a la última fecha de la fase de grupos de la Copa Libertadores con la necesidad de hallar un triunfo en condición de visitante porque en las cinco fechas anteriores su fútbol no le dio para conseguir los resultados necesarios, que pusieran al equipo en una situación de mayor comodidad.
En esta diferencia entre aquel Central campeón de hace menos de seis meses y este que no logró el objetivo de meterse en los octavos de final de la Copa Libertadores correrá también esto de pensar en ese rearmado de plantel que, como suele suceder, estará atado a la posibilidad económica para traer refuerzos y también a las ofertas que lleguen. De igual forma, con lo que haya en ese momento, Central deberá encarar esos partidos de ida y vuelta contra uno de los segundos de la Copa Sudamericana como los más importantes del año, porque en definitiva serán los que le marcarán al canalla si la herida por eliminación de la Libertadores rápidamente encontró remedio.
Ahora, contra un segundo
Central deberá esperar que finalice la fase de grupos de la Copa Sudamericana para saber qué rival le tocará. Este jueves debía concluir, pero hay partidos pendientes, tanto en Libertadores como en Sudamericana, que se jugarán en la primera semana de junio.
Pero sí se puede afirmar que el equipo de Russo será uno de los mejores terceros de la Libertadores.
Ya es parte de la historia y lo que cuenta es la eliminación, pero el empate ante Peñarol le hubiera significado asegurarse ser uno de los mejores terceros.
De todas formas, especular por estos días con el rival que le pueda tocar será parte del juego, pero lo más importante es qué tipo de equipo se conformará en el corto tiempo y cuánta memoria podrá recuperar de aquel Central campeón para hacer que la Sudamericana y la Liga Profesional (la Copa Argentina podría jugarse antes del receso) puedan formar parte de esos objetivos claros que tendrá el canalla en el segundo semestre.