¿Y qué enseñanza le dejó este tiempo al frente del club?
Aprendí que se puede ser presidente sin necesidad de tener plata. Históricamente se dijo que para gobernar a este club debías tener fortuna. En cambio, ninguno de los que ganamos hace cuatro años o los que siguen de ahora en más tenemos plata como para vivir muy cómodos o hacer una inversión en esta institución. Modificamos ese concepto también con trabajo y mucha gestión en equipo.
¿Qué recuerda del primer día como presidente?
Que no teníamos plata, que Central no cobraba en AFA desde hacía cinco meses y que nos encontramos como con setenta juicios. Sin embargo, fuimos haciendo nuestra labor con honestidad y terminamos purificando todo para que ahora Rodolfo (Di Pollina) pueda gobernar con tranquilidad.
¿Cuál fue la situación más difícil que le tocó afrontar en todo este lapso?
Por ahí fue el hecho de tener que garantizar muchas cosas. Sobre todo porque te la pasás firmando cosas y terminás poniendo en juego el poco patrimonio que tenés. Por suerte se cumplió con todo.
¿Es verdad que hubo un episodio que lo sorprendió bastante antes de que Cervi sea vendido a Benfica?
Sí, fue así. En su momento nos llegó una propuesta de dos millones de dólares y no nos parecía mala. Pero a los dos días llegaron dos personas de Angola con una oferta de cuatro millones al contado por Franco. A simple vista todo era muy seductor. Pero nos interiorizamos de algunas cuestiones y optamos por evitar algunos dolores de cabeza. No se trataba sólo de agarrar plata. Queríamos transparencia y luego terminamos cerrando con Benfica en más de cinco millones de dólares.
¿Qué puede decir de que bajo su mandato tuvo cinco entrenadores (Russo, Coudet, Montero, Leo Fernández y Bauza), un número elevado para sostener cualquier proyecto?
Russo estuvo muy poco conmigo porque a los dos meses se fue. Miguel me parece una persona muy interesante. Pero era el dueño de Central y eso me molestaba.
Hizo mucho por Central también.
Sí, pero todos hacen algo.
¿Entonces qué le molestaba?
Por ejemplo, un día voy al hotel de Arroyo Seco y estaban concentrados los jugadores de Duendes, club al que le tengo mucho cariño porque jugué ahí. Pregunté quién había autorizado eso y me dijo que había sido él. Y eso no podía ser. Pasa que los técnicos tienen esas características, que se creen que son dueños del club.
Como les pasó con el Chacho en su momento también.
Bueno, pero antes de que viniera fuimos a ver también a Omar De Felippe. Y decidimos traer al Chacho porque nos brindaba seguridad en cuanto a los nombres que nos había ofrecido como posibles refuerzos, en un momento en el que nosotros no teníamos espalda para aguantar nada ni experiencia. Sé que Coudet es un tipo difícil pero nos dio muchas satisfacciones. Puso a Central en un lugar importante.
Luego llegó Montero.
No tuve mucha intervención en su contratación pero me parece que es una persona mil puntos. Lo que pasó es que no se bancó Rosario. Siempre me decía "ustedes están locos, no son normales". Y luego llegó Leo Fernández, quien venía de ganar la Copa Santa Fe. Y gracias a ese título ganamos mucha plata. Incluso hicimos muchas cosas con ese dinero. En poco tiempo más estamos por inaugurar una cancha sintética para las chicas de hockey en la ciudad deportiva. Me gustaba cómo jugaba el equipo con Leo. Pero después pasaron algunas situaciones que considero que no las supo manejar o tal vez nosotros no supimos resolver, que derivó en su salida hasta que llegó el Patón.
¿Con el arribo de Bauza la dirigencia encontró espalda?
Creo que sí porque es un entrenador de jerarquía. De hecho, el otro día le dije a Di Pollina que me tenía fe para ganar la Copa Argentina, ya que el Patón es especial para asumir estos tipos de partidos. Es el entrenador que más me impactó de todos los que pasaron en este mandato.
¿Qué le hubiese gustado concretar?
Un campeonato, de eso no tengo ninguna duda.
¿Se arrepiente de haberlo prometido cuando asumió?
No, porque además era como una especie de folklore.
¿Y de todas las declaraciones polémicas que ofreció cuál le pasó mayor factura?
Cuando se dijo que declaré algo que no fue tan así en San Juan, en la previa de la final de la Copa Argentina ante Huracán.
Pero usted dijo que ya tenían preparados los festejos antes de jugar la final.
No fue tan así. Dije que si hacían la fiesta, la hicieran con moderación. Incluso escuché el audio varias veces y nunca dije lo que la gente interpretó.
Cuándo sugirió a Di Pollina como su sucesor hubo mucho enojo internamente. ¿Ya pasó eso?
Sí. En su momento hubo gente que se enojó, pero lo importante es que la gente votó por el proyecto. Rodo es un gran dirigente. De eso no tengo dudas.
¿Cuál es la mayor satisfacción que le deja todo este período?
Saber que hay como 70 pibes que en cuatro años pueden ser presidentes de Central.
¿Y a nivel futbolístico qué espera?
Estoy convencido de que estamos haciendo un gran trabajo en divisiones inferiores.
¿Entonces por qué no hay ningún chico jugando en reserva o al menos entrenando en la primera?
Justo recién estuvimos discutiendo el sistema con los otros directivos. Tenemos una quinta división que es de lujo. Tenemos que tener la suficiente inteligencia para que los chicos sean parte de la reserva y primera. Hay que potenciarlos. Porque ahora además tenemos muchos jugadores que van a los seleccionados juveniles cuando antes no iba nadie.
Pero no es así. Históricamente Central siempre tuvo representación en juveniles.
No. Habrá sido uno cada muerte de obispo. De hecho, Cervi no había ido nunca a la selección.
Central venía de la B y en seleccionados juveniles no suelen convocar para grandes torneos a jugadores del ascenso.
Ahí está el problema. Hasta Lo Celso no iba. Pero más allá de todo, la gente que está trabajando en inferiores está haciendo un gran trabajo.
¿De verdad confía en el proyecto de Maggiolo? ¿Qué le ve?
Sí, absolutamente. Maggiolo es un tipo ordenado. Cuando hablás con la gente ve eso, que antes no lo notaba con otros, a quienes les tenemos respeto. Invertimos mucha plata en inferiores y estoy convencido de que dará sus frutos.
¿Se puede decir que Cetto fue un punto a favor para la dirigencia al nombrarlo al frente de la secretaría técnica?
Totalmente. El Colorado es una persona valiosa. Nos ordenó mucho en ese aspecto y sumó gente con poca plata. Hace un trabajo muy bueno y eso nos deja muy conformes.
¿Cuál fue el mayor acierto en materia de contrataciones, ya que tuvieron muchos errores por cierto?
Fueron dos. Larrondo y Pinola. Marcelo llegó a cambio de 600 mil dólares y lo vendimos en más de tres. Y Pinola vino a costo cero y nos dejó tres millones y medio de dólares.
¿Cómo califica la experiencia que usted hizo en AFA?
Es una gran experiencia que seguiré viviendo ahora junto a Martín Lucero. La idea es ir más tiempo, ya que al dejar la presidencia puedo estar más en Buenos Aires. De hecho, hablamos de este tema hace un rato. Hasta se tiró la idea de alquilar un departamento para que ocupemos con Carloni, quien deberá seguir yendo a la Superliga. Pero sí, la idea es ir más seguido a la AFA.
¿Qué consejo le daría a Di Pollina?
Simplemente que haga lo que saber hacer, gestionar. Rodo es una persona muy capaz para organizar. Estuve al frente del club durante estos años pero el jefe de todos era él. Soy un soldado de Di Pollina y de mi hijo (Francisco), quien está en la agrupación y me tiene cortito. Pero Rodo tiene todo para ser un gran directivo.