Buenos Aires.- A pesar de que su gol debió ser anulado por posición adelantada, el
aún imbatido Argentinos Juniors se hizo acreedor a una justa victoria por 1-0 y dejó sin invicto a
un descolorido Estudiantes de La Plata, especialmente por lo hecho en el primer tiempo y por el
rendimiento de algunas de sus principales individualidades como Gabriel Hauche, Ismael Sosa y Juan
Mercier.
A los 27 minutos del primer período, Matías Caruzzo, al tomar un rebote en el arquero visitante,
mandó la pelota al fondo de la red para anotar el gol del triunfo local que en realidad debió haber
sido invalidado por posición adelantada de Sosa, ejecutor del remate previo.
Desde ese momento, las individualidades de Argentinos crecieron, y con pelota asegurada y envíos
al lado derecho de la defensa rival, bien pudieron haber aumentado las diferencias. Enfrente,
Estudiantes se aceleraba y era impreciso, al compás de un nervioso Verón, embarcado en un partido
particular de quejas contra el árbitro Pablo Lunati.
Argentinos había salido con la idea fija. Explotar con pelotazos profundos las espaldas de
Clemente Rodríguez y Ré. Si a eso se agrega que en el medio Mercier y Ortigoza le ganaban la puja a
Braña y Verón, la defensa de Estudiantes tenía trabajo extra para capear las amenazas.
A los 2 minutos, primera escapada de Sosa por ese hueco, que terminó en un adelantamiento del
balón y permitió bloquear al arquero.
Hubo diez minutos iniciales de palo y palo con llegadas en los dos arcos. A Estudiantes le
bloquearon una clara situación de Salgueiro, que había intentado terminar una pared que Boselli le
devolvió de pecho y después Verón le sacó chispas al palo derecho con un tiro libre.
Después, el partido se fue achatando, hasta que Argentinos se puso en ventaja, cuando ya César
Taborda había entrado al arco visitante en reemplazo del lesionado Albil.
Otra entrada por la izquierda, tiro libre que cabeceó Sosa, el arquero rechazó hacia un
costado y Caruzzo, que llegaba solo, la empujó a la red. En realidad, el adelantamiento oportuno de
Desábato había dejado a Sosa en offside, pero esto no fue advertido por el árbitro.
A partir de allí se apreciaron las diferencias. Estudiantes, al influjo de un muy irritado
Verón, iba a buscar sin generar demasiado riesgo y Argentinos, con la simplicidad de dos pases y
descarga, generaba más peligro.
Un suelazo de Raymonda habilitó a Hauche, éste se hamacó hacia la izquierda y su remate fue
rechazado por Taborda, quien debió volver a exigirse para tapar un disparo posterior de Sosa.
Y luego Mercier la tuvo dos veces, primero tras un pase atrás desde la izquierda de Sosa y
enseguida después de una cesión de Sosa desde la derecha cuando entraban dos contra uno en la
réplica. El último susto fue de Argentinos, cuando Caruzzo se la sacó del buche a Bosellli que
llegaba para empujar.
Estudiantes encaró la segunda mitad como para escribir otra historia. Menos vértigo, más segura
la pelota y preferencia por llegar a fondo por el carril derecho. Como para volver a ser el eje,
Verón se mostró a los 7 minutos con un pelotazo profundo para Boselli, que ensayó la media vuelta
pero fue bien atorado por el arquero Torrico.
Sin embargo, fue casi lo único de un Estudiantes, que después se repitió en centros que no
inquietaron. Argentinos fue más cauteloso, trató de defenderse con la pelota y sólo sacó algún
pelotazo en contra en el momento oportuno.
Paradójicamente, Hauche, la figura de la cancha, se perdió de dar el golpe de gracia dos veces
en el final, en un mano a mano primero y en una gambeta larga en que la pelota le jugó una mala
pasada quedándosele atrás cuando ya había esquivado al arquero.
(DyN)