“¡No va a hablar de la reforma de la Constitución el día después de una fuga de presos!”. Nadie le daba crédito a los rumores que irrumpieron en las redacciones de los diarios al cierre de la edición que saldría a la calle el jueves. Fue cuando se supo que el gobernador Miguel Lifschitz había llamado de urgencia a su gabinete para el día siguiente en la Casa Gris de Santa Fe. Esa misma tarde se convocó por whatsapp a todos los legisladores oficialistas con la excusa de hablar de la estrategia de campaña. Y, por si hiciera falta marcar la importancia que rodeaba al encuentro, se reunió a todos los medios de prensa. Hasta la intendenta de Rosario tuvo que viajar a primera hora. A esa altura, los comentarios escaseaban. Sólo se sabía que iba a haber un anuncio, pero todos decían no saber de qué se trataba.
Cuando periodistas de este diario intentaron averiguar el motivo de semejante movida, se sorprendieron al encontrarse con voceros de prensa que decían desconocer qué iba a pasar horas después, o ministros que al ser contactados pedían comprensión por “no estar autorizados” a contar nada. Otros optaron por no responder las llamadas, amparados en la excusa de la hora.
O el estilo de Miguel Lifschitz es demasiado personal, y no le cuenta demasiado a nadie, o casi todos cumplieron con su rol de hacerse los distraídos. Lo concreto es que La Capital consultó en la medianoche del miércoles a una decena de funcionarios y legisladores para saber de qué se trataba tan misteriosa convocatoria. Y nadie soltó palabra. Sólo uno insinuó el tema de la reforma, pero parecía poco creíble cuando las tapas de los diarios provinciales hablaban de una fuga de presos que reinstalaba otra vez en la agenda los problemas de la inseguridad.
“¿Anunciará algún cambio en el gabinete?”, se preguntaban con algún fundamento quienes buscaban la información más precisa. “Seguro va a dar detalles de cómo se produjo la fuga, por qué no iban esposados los presos, de qué se tratan estas movidas de reclusos sin demasiada custodia y en vehículos más preparados para el turismo que para un traslado seguro”, arriesgaban otros. “Debe ser importante porque le pidieron al canal de la provincia que transmita en directo”, fue el dato que terminó de agrandar todo.
Los no enterados
Pero la ronda de llamadas no daba resultados. A algunos de los consultados había que creerles cuando decían no saber. La realidad suele encontrarlos varias veces en ese lugar de no enterados. Pero otros respetaron ese nivel de reserva con el que al gobernador le gusta llegar a los micrófonos. Pero casi siempre algo falla. Porque los secretos aman la libertad y se filtran.
Fue así que en la misteriosa noche del miércoles, este diario puedo precisar que el tema de la urgente convocatoria no tendría que ver con la fuga de presos, ni la inseguridad o alguna de las medidas de gestión que con un mínimo de sentido común se podían arriesgar. Sería sobre lo que menos mide en las páginas digitales cada vez que se habla del tema: la reforma de la Constitución. No es que no tenga relevancia, sino que tal vez no se supo transmitir por qué debería interesarle a un público más preocupado por su seguridad y economía personal que por habilitar nuevos derechos.
“Que cumplan con la que está vigente”, suelen decir los comentaristas en las redes, poco preocupados porque la Constitución de Santa Fe es de 1962 y una de las más viejas del país.
Pasaron cosas
Deben haber pasado otras cosas para que el propio gobernador tomara la decisión de recoger el mismo barrilete que casi en soledad venía remontando. Tal vez tenga que ver con la campaña y el resultado de las Paso. Lo concreto es que después de una dura batalla con el Tribunal Electoral para poder hacer la consulta, ahora que eso estaba acordado, el mandatario santafesino decidió dar marcha atrás. El argumento es no afectar la transparencia de las elecciones generales, justo lo que le venía diciendo el justicialismo.
“Este gobernador es mejor guardando secretos que armando consensos”. La frase se escuchó en los pasillos de la Casa Gris y puede ayudar a entender lo que pasó. Los legisladores presentes y el gabinete provincial sólo dieron marco al anuncio. Los periodistas lamentaron que nadie quisiera responder otras preguntas, las de la fuga de presos por ejemplo.
Exagerado misterio para un anuncio que nadie esperaba y que parece fuera de sintonía.