Muchos futboleros del país estarán pendientes de lo que pase el sábado a la noche en el Madre de Ciudades de Santiago del Estero. Los hinchas de Central, por supuesto. Los de Platense, también. Pero además de los neutrales que se sumarán a la atracción que siempre genera una final, como en este caso de la Copa de la Liga, una de las hinchadas más numerosas del país, la mitad más uno como ella se llama, le prestará la debida atención. Es que el entrenador de uno de los equipos en pugna, Martín Palermo del calamar, será protagonista en las elecciones de Boca Juniors del domingo. Se sabe que si gana la lista opositora será el DT elegido del xeneize. Y vaya que de un lado pugnarán para que llegue al día después con el espaldarazo de un título y del otro todo lo contrario.
Es más, aunque no lo dijo y obviamente está compenetrado con la definición del sábado ante Central, Palermo votaría el domingo en la Bombonera. Es que no tuvo pruritos para afirmar que desea ir a Boca y por eso, pase lo que pase con Platense y la cercanía del acto eleccionario con la definición, no se perdería por nada del mundo votar. Mucho menos si es campeón.
La lista opositoria que encabezan Andrés Ibarra y Mauricio Macri ya lo apuntó como el elegido. Justo Palermo, que forjó una relación siempre de tirantez con el otro ídolo y candidato a presidente por el oficialismo, Juan Román Riquelme, pese a la gran sociedad que ejercían en la cancha. Entonces, como nunca, lo que ocurra en Santiago del Estero el sábado puede mover el amperímetro de las elecciones del día posterior.
Se sabe que los hinchas son exitistas y que Palermo llegue con un título bajo el brazo, además como pan caliente y más si lo consigue con Platense, agranda sus acciones y puede incidir en la decisión de los indecisos que seguramente habrá, como ocurre en todo acto eleccionario.
Es tan importante la elección en Boca, que también de algún modo pone en juego un espejo del país que se quiere. El de los clubes como asociación sin fines de lucro donde estén contenidas las realidades del colectivo social que las nuclea, idea en que se embandera Riquelme; o el de las sociedades anónimas que el candidato a vice Macri sueña con instaurar en el fútbol argentino para concebir a las instituciones antes que nada como una más de mercado, sin importar roles sociales ni nada que se le parezca.
En momentos en que desde el gobierno nacional encabezado por Javier Milei se avalan estas ideas últimas (de hecho el presidente de la Nación es socio de Boca y podría votar por la fórmula de su nuevo socio Macri), no es menor que un resultado que eleve la figura de Palermo pueda incidir en las votaciones del domingo.
Es tan así de marcado el territorio de disputa, que la oposición buscó, por el camino de una Justicia que a uno de los candidatos habitualmente le es afín, trabar las elecciones y achicar el padrón, con denuncias que finalmente fueron desestimadas para que el 17 de diciembre se vote y no se llegue a un limbo legal en la conducción de la institución de consecuencias difíciles de imaginar.
La final de la Copa de la Liga se juega en Santiago, Arroyito y Vicente López. También en la Boca. Fútbol y política muchas veces van de la mano. Riquelme dijo que quiere dejarla afuera del club, Macri adentro. Palermo puede ser el árbitro.