"No sé si jugaré el sábado. Todavía no entrené y ni idea de cómo formará el equipo", fue la primera declaración que hizo en defensa propia en el inicio del diálogo con Ovación. "Nunca jugué en la Bombonera. Tampoco me tocó ser titular con Bauza. Pero si me toca hacerlo el sábado, haré todo para ayudar al equipo desde el lugar que me toque", confesó el polifuncional canalla con asombro desde el otro lado de la línea telefónica ayer.
También mostró temple de acero a la hora de graficar el presente que lo envuelve. Además de jugar en la primera de Central es uno de los titulares del seleccionado nacional Sub 20, que el pasado sábado empató 1 a 1 ante Ecuador en el predio de Ezeiza. "Jugué de volante por derecha. Me fue bastante bien, más allá del gol que hice", acotó Lovera con la timidez a flor de piel. "Más allá de todo, lo cierto es que tengo que tomar todo esto con calma", respondió.
No obstante, y pese a que el próximo sábado tiene todos los boletos para ser la usina de juego canalla frente a los xeneizes, Maximiliano relató en primera persona cómo fue forjando su carrera, desde la humildad del hogar en Formosa hasta hacer base en nuestra ciudad, pese a que Boca lo esperaba con los brazos abiertos.
"A los 11 años me fui a probar a Boca como volante derecho. Hice la prueba a mediados de año y ahí mismo me dijeron que terminara la escuela y volviera a presentarme el 20 de enero para fichar y empezar con la pretemporada", arrancó describiendo Maxi. "Pero mis padres no querían que estuviera solo en la pensión. Encima no teníamos familiares en Buenos Aires por lo que no era fácil el tema. En casa no estaban convencidos de dejarme tan lejos y sin compañía. Entonces ahí salió lo de Central", acotó con precisión.
Luego afirmó que "un tío le dijo a mi mamá que viniera a Rosario, así probaba suerte en Central. Pero no sólo yo sino además mi hermano Cristián, que también jugaba. Mis papás lo pensaron, nos tomamos el colectivo y vinimos los cinco a vivir acá".
"Un día fuimos con mi hermano a la ciudad deportiva. El hizo la práctica pero no quedó. Y a mí no me vieron porque justo ese día no entrenaba mi categoría. Me dijeron que volviera otro día. Pero en el medio de todo eso se dio la chance de entrenar en un predio (Olimpia) donde practicaba Tiro Federal. La idea era que vieran a mi hermano, ya que yo tenía que ir a Central en unos días más. Aproveché para moverme nomás", recordó.
Y de inmediato disparó: "Ahí me vio el entrenador Ernesto Díaz, quien enseguida le dijo a mi viejo si podía quedarme porque le había gustado la práctica que había hecho. Al principio dudamos. Pero después le dimos para adelante porque si fichábamos para Tiro Federal, un representante nos alquilaba una vivienda, que era lo que necesitábamos porque estábamos parando todos en casa de mi tío, en barrio Cristalería. Necesitábamos una ayuda, esa es la realidad. Por eso acepté ir a Tiro".
Pero no todo fue color de rosa. "Nos dijeron que me iban a entrenar seis meses en Tiro Federal y luego me llevarían a Central para hacer una prueba. Querían foguearme antes de llevarme porque era todo nuevo para nosotros. El tiempo pasó hasta que llegó el momento de ir a la ciudad deportiva. Y ahí anduve bien como enganche, entonces Walter Palma me avisó que quedaba. En ese entonces estaba como coordinador el Coco Pascuttini", puntualizó.
"Empecé a ir todos los días a la ciudad deportiva, pero no podía jugar porque había surgido un problema con el tema del pase. No podía firmar por Central. Aunque después de casi un año sin poder hacerlo se arregló y terminé fichando, ya con Daniel Teglia como coordinador de inferiores", expresó. "Recuerdo que al principio fue duro porque era volver a empezar. No sólo para mi sino para todos. Fue algo que había soñado pero me acuerdo que al principio me costaba adaptarme", narró.
"Lo mío se fue dando todo bastante rápido. Tenía doce años y arranqué en Rosarina. Luego fiché en AFA y jugué hasta la séptima hasta que me mandaron a entrenar a Arroyo Seco con Hugo Galloni. Me fue bien hasta que el Chacho Coudet me hizo ir a practicar con el plantel profesional con 16 años. Y luego me hizo debutar en primera", sostuvo a manera de crónica.
Consultado sobre la chance de mostrarse de titular el sábado ante Boca, Lovera aseguró: "Si me toca jugar, espero hacerlo bien. Quiero ayudar al equipo desde el lugar que me toque", destacó. "Me siento bien moviéndome de punta o de enganche", enfatizó antes de dejar sentado que "será una semana movida porque tenemos Boca y luego el clásico. Habrá que estar muy concentrado", cerró el pibe de 19 años en el que tanto confía el Patón y quien tiene real proyección internacional a corto plazo.