Para quienes no están en este negocio el dato puede ser revelador: en el sur de la provincia de Santa Fe se concentra la mayor producción nacional de arvejas y lentejas. Una de las protagonistas de ese fenómeno es Legumbres La Abadía, una industria ubicada en General Lagos, a 20 km de Rosario, con una capacidad de acopio de 40 mil toneladas. La noticia en este 2024 es que lograron un nuevo hito en los más de 75 años que llevan en el mercado: presentaron su primer Reporte de Sustentabilidad No Financiero. Suplemento Negocios de La Capital recorrió la planta para conocer de primera mano a los referentes de esta industria de peso de la región.
Con cuatro generaciones familiares a cuesta, Legumbres La Abadía, de la firma Careaga Hnos y Teglia SRL, se constituyó como una referente en la producción y distribución de legumbres, tanto con marcas propias como elaboradas para terceros. En línea con la calidad de sus productos, vienen trabajando en la mejora continua de sus procesos para generar un impacto ambiental positivo.
El informe anunciado es de carácter público y refleja la transparencia en sus operaciones, buscando evolucionar con las demandas del mercado para marcar un compromiso, no solo alimenticio, sino con el planeta y las generaciones futuras. Además, una parte del estudio está vinculado con la alineación de las políticas de la industria a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por las Naciones Unidas, como “Hambre Cero”, “Producción y Consumo Responsable”, “Trabajo Decente y Crecimiento Económico”.
“Fueron seis meses de una labor integrada con los procesos productivos de la empresa y que llevamos adelante junto a la consultora Coequiper liderada por Romina Hassan. Tres personas estuvimos involucradas en la redacción del informe, pero en la recolección de datos participaron todos los empleados”, señaló al suplemento Negocios Agustina Careaga, responsable del Sistema Integrado de Gestión de La Abadía, área encargada de conseguir la certificación en Normas ISSO 9001, 14001 y 45001, de gestión ambiental, seguridad y salud en el trabajo, que la firma realizó a lo largo de cuatro años, como paso previo a lanzar el reporte.
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María Agustina Careaga, cuarta generación al frente de Legumbres La Abadía.
Foto: Virginia Benedetto / La Capital.
Líderes en legumbres
La ciudad de General Lagos se encuentra en una región que funciona como clúster legumbrero de Santa Fe y la planta de La Abadía es un fiel reflejo de este sector alimenticio. Fueron Carlos Careaga y José Teglia, quienes iniciaron este camino en la actividad en el año 1948, con acopio de cereales, para luego dar paso al fraccionamiento de legumbres en bolsas, generando un negocio familiar a su alrededor, al cual le siguieron tres generaciones más a su cargo.
La dedicación que emprendieron les posibilitó desarrollar una estructura para fabricar una amplia gama de legum0bres, cereales y oleaginosas, además de alcanzar una red de distribución con la que llegan a todo el mercado argentino e incluso a países del exterior a través de terceros. Comercializan productos como lentejas, porotos alubia, negros, colorados, maíz pisingallo, blanco y colorado, harina de maíz, arveja partida y avena, en paquetes de 400 y 500 gramos, bajo sus dos marcas: La Abadía y Doroteo.
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Interior de la plata de Legumbres La Abadía en la ciudad de General Lagos.
Foto: Virginia Benedetto / La Capital.
“También hacemos mucha producción para terceros, se le llama marca blanca, para las grandes cadenas de supermercados como el Carrefour, que vende bajo el sello Classic, Maxiconsumo, que tiene a Marolio y a Diarco, con la marca Okey. Un 68% de la producción se destina a nuestras etiquetas y el resto para externos. Otro servicio que brindamos es el de acopio en la zona a productores agropecuarios, con semillas o agroquímicos”, contó a Negocios María Eugenia Careaga, gerenta Integradora de Planta en La Abadía.
100% sustentables
Según destaca el reporte de sustentabilidad publicado por la firma, con datos medidos durante el 2023, las legumbres no solo son una fuente rica en proteínas y nutrientes esenciales, sino que su cultivo es sostenible y tiene un bajo impacto ambiental. Esta realidad motiva prácticas responsables en toda su cadena de valor, desde la selección de proveedores hasta la repartición de los productos, aspectos con los cuales La Abadía se comprometió, asegurando que cada legumbre que llegue a sus clientes lo haga con el menor impacto en el planeta.
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De izquierda a derecha: Raúl Teglia, Gabriela Careaga, María Eugenia Careaga, Aníbal Careaga, Lisandro Careaga, Gustavo Careaga y Jorge Careaga.
Foto: Virginia Benedetto / La Capital.
Otra arista que plantean es la puesta en marcha de proyectos ambientales que tengan un impacto positivo en la comunidad. Entre ellos destaca, “Cultivando Futuros”, que invita a las escuelas de la zona a recorrer la fábrica para que los estudiantes puedan conocer los procesos de acopio, empaquetamiento y comercialización, además de concientizar sobre la importancia de no desperdiciar alimentos y aprender sobre hábitos saludables de alimentación. “Nos genera mucha ilusión poder recibirlos y mostrarles a los chicos la planta, con un trabajo integrado que puedan seguir los maestros en el aula”, indicó Agustina Careaga.
Entre las iniciativas, a su vez, figura la posibilidad de implementar un packaging más ecológico en una de las líneas de productos de La Abadía, debido a que el embalaje es un desafío crucial para cualquier compañía que busca reducir su huella ambiental. Por el momento están evaluando alternativas que sean reciclables, compostables y biodegradables.
Con miras a exportar
La empresa está cerca de alcanzar 29 millones de paquetes envasados en lo que va del 2024. Lisandro Careaga, gerente Comercial de la firma, consideró que este rendimiento positivo se debe a que el mercado de las legumbres viene en franco desarrollo, creciendo su consumo en temporadas de calor, cuando antes las ventas eran principalmente en el invierno. El producto que más venden son las lentejas, mientras que la avena arrollada es otra categoría que viene siendo muy consumida. Los clientes principales a los que les venden su producción son las grandes cadenas de supermercados, mayoristas y distribuidoras barriales, con fuerte presencia en regiones como Cuyo, Noroeste, todo Santa Fe y la Patagonia.
“Nunca abordamos la exportación de forma directa, le vendemos a exportadores del rubro que envían nuestra mercadería al exterior. El próximo paso es activar este segmento, sobre todo llegar a países como Chile, Bolivia, Uruguay y Brasil, para continuar la expansión”, aseguró Lisandro a Negocios.