El temor ante la desprotección de los mayores que se quedan en casa hace
transitar con culpa y angustia a muchas familias en esta época del año. Pero en la Argentina ya
existe un servicio —que está disponible en casi todo el país y también en Rosario— que
permite, apenas la persona pulsa un botón, ponerse en contacto con personal capacitado para
tranquilizarlo y activar los recursos para la atención de una emergencia.
Muchas personas mayores desean vivir solas. De hecho, pueden tener gran
autonomía y una vida social muy activa. Sus problemas de salud (la vejez los trae de la mano)
pueden estar medianamente controlados, y tal vez, hasta sean ellos quienes más desean que su
familia disfrute de las vacaciones sin preocuparse.
Marion Burghardt (foto) es una asidua asistente a los té
canasta que se realizan en La Federación, el centro de jubilados y pensionados de Zona Norte, en
Buenos Aires. Marion tiene mucha energía, estudia inglés, hace gimnasia, le gusta viajar y sale con
sus amigas, además de jugar a la canasta . Actividades no le faltan, y todo lo que hace lo hace
feliz y con mucho entusiasmo. Pero cuando conoció el servicio de teleasistencia domiciliaria se
entusiasmó porque así tendría siempre una ayuda rápida y confiable frente a una emergencia en su
hogar.
Marion confiesa que se siente segura y tranquila en su
hogar, ya que con solo pulsar el botón de su pulsera están del otro lado del equipo "las chicas"
para asistirla. A su pulsera con el botón para emergencias la llama "mi talismán"; cuando sale lo
lleva en la cartera y se lo pone ni bien regresa a casa, aunque confiesa que a veces sale a la
calle sin darse cuenta que la lleva puesta y le preguntan si usa dos relojes.
La hija de Zima Sbarolini, una mujer de 86 que vive sola en
su casa de La Plata, decidió probar una forma de cuidado de la que hasta hacía poco no tenía
noticia, y contrató para su madre un servicio de telasistencia domiciliaria. "Yo lo llamo mi
acompañante invisible", dice ahora Zima, que cuenta que hace un mes se despertó "ahogada, agitada y
con taquicardia". "Apreté el aparatito —dice señalando el botón de una pulsera que lleva
puesta— y a los 10 minutos tenía una ambulancia, y mi hija y mis nietos estaban todos
avisados."
"Aunque permite resolver efectivamente problemas en las
personas mayores y ser una herramienta para la autonomía de quienes viven solos, hemos pensado este
servicio como una forma de dar respuesta y tranquilidad a toda la familia y más en esta época",
explica Félix Safar, uno de los directores de Atempo, el primer servicio de teleasistencia
domiciliaria que se implementó recientemente en la Argentina. Según Safar, el hecho de saber que
los adultos que se quedan en casa contarán con una herramienta que activa su contacto social y sus
redes de ayuda en caso de peligro (desde un accidente, una emergencia de salud o una situación de
pánico) representa un salto en la calidad de vida de todo el grupo familiar.
"Este tipo de soluciones hacen que la persona pueda seguir
teniendo su independencia dentro del hogar, pero con más seguridad y tranquilidad", define la
psicóloga Vanesa Piatti, una de las coordinadoras del Centro de Atención. "Además de estar atentos
a casos de urgencia —aclara— insistimos siempre en que el llamado de la persona ante
cualquier duda o inquietud no nos molesta, que estamos para eso".
Técnicamente, el hardware de un sistema de teleasistencia
domiciliaria en la casa del usuario consiste simplemente en un dispositivo telefónico de manos
libres, y una pulsera que la persona lleva siempre consigo. Esta pulsera tiene un botón que al ser
oprimido abre la comunicación con un operador .
En principio, este operador, que forma parte de un equipo
especialmente capacitado para la atención de adultos mayores le preguntará sobre lo ocurrido, y en
base a eso podrá tranquilizar al usuario, activar los recursos personales disponibles (familiares y
emergencia) o de la comunidad (emergencia). Si el teleasistente no recibe respuesta, interpretará
el llamado como un pedido de auxilio y llamará sin demora a sus contactos directos o al servicio de
emergencia adelantándole los datos que disponga sobre el estado de salud del paciente.