La prioridad en la práctica obstétrica es el nacimiento de un niño
fisiológicamente maduro, que sea capaz de afrontar con éxito la transición a la vida extrauterina.
Los bebés deberían nacer luego de la semana 39º de edad gestacional, aunque a veces el parto se
desencadena antes, espontáneamente o el embarazo debe interrumpirse electivamente por causas
médicas maternas o fetales.
El nacimiento de niños antes del término (prematuros) ha sido y sigue siendo de
gran preocupación para toda el área de la medicina perinatal. Sin embargo, y a pesar de los grandes
avances científicos, la incidencia de parto prematuro no ha tenido en el mundo una disminución
notable. Sí es verdad que la sobrevida de prematuros muy chiquitos ha mejorado con el desarrollo de
las unidades de cuidado intensivo neonatal.
Sin embargo, los niños nacidos entre las 35 y 38 semanas, llamados "prematuros
tardíos" , han aumentado su incidencia y son motivo de preocupación en el mundo y también en
nuestra ciudad.
En los últimos años se ha verificado más de un 10% en el aumento de estos
nacimientos, dato que preocupa porque más que deberse a partos espontáneos, se relacionan con el
índice de cesáreas, partos inducidos y decisiones médicas de interrupción del embarazo.
Lo que debemos conocer, tanto la comunidad médica como la sociedad en general,
es que aun siendo la tasa de mortalidad baja, similar a la de los niños nacidos a término, estos
bebés presentan complicaciones no esperadas en un parto natural de término.
Entre los problemas más frecuentes se encuentran la dificultad respiratoria,
trastornos en la lactancia materna, ictericia y otros. Eventos quizás no de mucha gravedad pero que
desencadenan la internación del niño, la separación de su familia, gran preocupación y estrés de
los padres, a la vez que un significativo aumento en los costos de atención médica. Más aún, ya han
sido publicados trabajos de seguimiento a largo plazo donde se demuestran ciertas dificultades en
el aprendizaje escolar.
Las causas del aumento de los nacimientos de prematuros tardíos no están aún del
todo claras aunque algunos factores se han relacionado con este fenómeno:
- Aumento del control y medicalización del embarazo.
- Edad gestacional difícil de estimar y cálculo ecógráfico.
- Presunción médica y popular de que a las 34 semanas los niños "están
maduros".
- Aumento de las cesáreas y los partos inducidos por comodidad materna o
disponibilidad de los médicos.
- Deseos maternos o médicos de "no arriesgar" esperando el
desencadenamiento espontáneo del parto.
- Como se verá, son factores que tienen más que ver con cambios
conductuales, culturales y sociológicos antes que con reales causas de salud.
Si bien a las 34 semanas los niños "parecen" que están maduros, su nacimiento
anticipado, no espontáneo, los coloca en una situación de riesgo en el corto y largo plazo. Esto
podría evitarse a través de la interrelación fluida entre el grupo familiar, los obstetras y
neonatólogos.
Guillermo Ingrassia, Médico neonatólogo